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La Madrila denunciará en los tribunales a las autoridades por el ruido de la movida
CACERES

La Madrila denunciará en los tribunales a las autoridades por el ruido de la movida

Una asamblea vecinal aprobó acudir a la vía judicial y hacer una colecta de 10 euros por cada residente del barrio para hacer frente a los gastos de los abogados que se contratarán No irán contra los bares sino contra la Junta y el Ayuntamiento por dejación de funciones

J. J. GONZÁLEZ

Miércoles, 21 de noviembre 2007, 10:28

Hoy es jueves y esta noche, probablemente, Pastora Vega, enfermera jubilada, tendrá que colocarse sus tapones de los oídos para poder dormir. Lo lleva haciendo desde hace más de 20 años. Antes solía utilizar tapones de plástico, de nadadora, pero últimamente le gustan más los de cera. «Los amaso yo misma para adaptarlos a mi pabellón auditivo», explica. Pastora Vega vive en la calle Doctor Fleming, 2, y su casa da a las escaleras de uno de los accesos más utilizados para bajar a la Plaza de Albatros, una de las zonas de marcha nocturna por excelencia. No hace falta decir por qué esta mujer no puede dormir sin utilizar tapones.

Como ella, otros muchos vecinos de la parte baja de la Madrila llevan soportando desde hace años los ruidos de eso que un día se llamó 'movida'. Hartos de esta situación, los vecinos de la Madrila han decido movilizarse y han aprobado en asamblea acudir a los tribunales. No es la primera vez que lo anuncian, pero ahora parece que va en serio ya que se sienten amparados por las múltiples sentencias de los tribunales que en otras ciudades de España y de Extremadura han condenado a los autoridades, no sólo a los bares, por no garantizar el derecho al descanso de sus vecinos. La protección al medio ambiente está de moda y los tribunales han empezado a amparar a los vecinos en su lucha contra la contaminación acústica y por la defensa del descanso como un derecho más de los ciudadanos.

Asamblea

La asociación de vecinos de la Madrila celebró el martes una asamblea en la que participaron más de un centenar de personas, todas ellas afectadas por el problema de los ruidos nocturnos. Y todas ellas, según se aprobó, dispuestas a respaldar a la asociación para emprender acciones judiciales, por la vía penal, no contra los bares sino contra las autoridades: la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Cáceres. Para respaldar el recurso judicial, la asamblea ha decidido aportar los fondos necesarios para hacer frente a los gastos jurídicos y la contratación de abogados especialistas en las denuncias contra los ruidos.

Por ello, la asamblea ha decidido que la asociación de vecinos invite a los presidentes de todos los bloques del entorno afectado para que aprueben en asambleas la entrega de una cuota especial por cada vecino. El presidente de la asociación de la Madrila, Miguel Salazar, calcula que será suficiente que cada vecino aporte 10 euros, por ejemplo, para ese depósito con que empezar el proceso judicial, teniendo en cuenta que son 767 socios los que tiene la asociación. «Ahora ya no soy yo solo. Yo no me negaba a que la asociación se implicase en un proceso judicial, pero es que no teníamos medios económicos para hacerlo y de esta manera sí los tendremos», afirma y resalta su enorme satisfacción por el hecho de que la asamblea congregó a más de un centenar de vecinos y por el unánime apoyo a la acción judicial.

La convocatoria de la asamblea estaba motivada por el temor a que la administración pueda aceptar la pretensión de algunos hosteleros de transformar sus pubs o bares especiales en cafés-concierto, de tal manera que conseguirían un horario más amplio: podrían cerrar a las 5.30 de la mañana los fines de semana en verano y a las 4.30 en invierno, cuando ahora deben cerrar, como pubs o bares especiales, a las 3.30 en verano y las 3 en invierno. Los vecinos de la Madrila no se creen la vocación «cultural» de los locales que pretenden ser cafés-concierto con el argumento de ofrecer actividades musicales aprovechando que las autoridades locales puedan verse «sensibilizadas» con la necesidad de movimiento cultural nocturno. «Quieren la licencia de café-concierto para cerrar más tarde, con horario de discoteca, y a nosotros no nos venden la moto», afirma Salazar, quien señala que si consiguen esas licencias habrá bares abiertos en la Plaza de Albatros toda la noche hasta por la mañana: los que tienen horario de pubs, los que consigan el de discoteca y los que reabren a las 6 de la mañana al tener categoría de simples bares de tapas pero que funcionan como discotecas. «La Madrila está declarada como zona saturada y la normativa impide que haya cambio de licencias», recalca e insiste en el nuevo objetivo en la lucha vecinal. «Ahora no vamos contra los bares. Su misión es ganar dinero y la nuestra vivir y dormir en paz. Por eso vamos contra las autoridades, bien regionales o locales. Los bares no tienen la culpa de que la gente haga ruido fuera o de la gente que mea o vomita en la calle. El que tiene que velar por la seguridad ambiental y la higiene es la autoridad pública».

En la denuncia judicial aportarán pruebas gráficas de sus quejas, grabaciones de vídeo tomadas en los últimos años, donde se aprecian los motivos de su ira: orines, vómitos, bares que incumplen horarios, gente berreando y bebiendo alcohol en la calle de madrugada, coches y bocinazo, motos... «Ahora veo que tenía razón cuando hace tiempo dije que esto no se soluciona hasta que un concejal o alcalde vaya a la cárcel», afirma para señalar que en ciudades como Zaragoza o la extremeña Talavera la Real han sido condenados concejales a penas de cárcel por no acabar con el ruido de zonas de marcha.

Antonio Durán

Al igual que Pastora Vega, otro vecino, Antonio Durán, cuyo séptimo piso da a la calle Santa Teresa, encima de La Cancha, lleva años de «sufridor» de los ruidos. A los 17 años se marchó de Cáceres y regresó hace cinco. «Me vine del cielo al infierno», dice cuando explica que antes residía en Andorra, «donde los bares cierran a su hora y nadie da voces en la calle». Durán asegura que las molestias no son de una noche sólo: «son los miércoles, jueves, viernes y sábados», dice y apunta como solución que los locales de marcha se trasladen fuera de las zonas residenciales, a centros de ocio. Mientras llega esa posible y deseada solución, las llamadas a la Policía no sirven de nada «y hay gente que llama al teléfono de la esperanza a ver si le dan ayuda psicológica».

Mientras, Pastora Vega se colocará esta noche, como todos los fines de semana, sus tapones de cera amasados por ella misma. Y tal vez así no escuche la canción que sigue ocupando el número 1 indiscutible en las madrugadas callejeras de la Madrila baja: «la cabra, la cabra, la p... de la cabra». Dentro de los bares sonará Shakira o Bisbal, pero en la calle es otra historia.

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