Un amplio dispositivo policial veló para que no se celebrara el botellón

Un grupo de jóvenes camina por la calle Marqués de Salamanca cargado con bolsas hacia la antigua pista Ibiza. Sin embargo deciden cambiar su rumbo al percatarse de que en el lugar se encuentran patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local. Ahora marchan hacia la residencia de ancianos, donde el resultado es similar. Y así en varias ubicaciones más. Entre tanto las bebidas que portan en las bolsas se van calentando, no consiguiendo encontrar un lugar donde poder hacer su particular 'minibotellón'.

El amplio dispositivo policial desplegado para la ocasión evitó que el botellón proliferara en diferentes puntos del municipio, después de que se clausurase el recinto de la antigua pista Ibiza y que el alcalde, Rafael Mateos, prohibiera su celebración en cualquier otro lugar de la vía pública. Ocho agentes de la Policía Local y al menos dos patrullas de la Guardia Civil velaron por el cumplimiento de la orden municipal.

Tampoco se materializaron las 'quedadas' que algunos grupos fijaron a través de correos electrónicos y de mensajes sms. En unos casos se citaba a los jóvenes a las once de la noche del sábado en la plaza de España, mientras que en otros se incitaba para hacer botellón junto a la vivienda de Mateos. En ambos casos el resultado fue idéntico, en buena parte motivado por la masiva marcha de estudiantes a otras ciudades, que ante la cercanía de los exámenes por un lado y las recientes navidades por otro optaron por no salir.

Cinco patrullas

Hasta cinco patrullas se mantuvieron alerta durante toda la noche, vigilando tanto los puntos donde potencialmente se podrían concentrar practicantes del polémico botellón como los establecimientos comerciales donde se vende alcohol, recordando a sus propietarios la prohibición de vender este tipo de bebidas después de las diez de la noche.