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CLAUDIO MATEOS
Jueves, 31 de enero 2008, 12:52
Los dueños del palacio de los Golfines de Arriba tienen miedo. Ya no saben dónde acudir para avisar de que las obras previstas para el futuro hotel Atrio pueden poner en peligro la estabilidad de su casa. Se trata de un histórico edificio del siglo XIV declarado Bien de Interés Cultural, situado a apenas dos metros de las antiguas dependencias de la Junta de Extremadura, donde se va a construir el hotel de cinco estrellas.
La actual propietaria de los Golfines de Arriba es la familia de Mercedes López Montenegro. Han decidido denunciar la situación públicamente en un intento de que la sociedad cacereña tome conciencia del peligro que, según ellos, supone ejecutar el proyecto aprobado para el hotel. Su mayor preocupación es el sótano del futuro establecimiento, ya que para construirlo está previsto cavar en toda la planta del edificio un enorme agujero de seis metros de profundidad a tan solo dos metros de su palacio, que es la anchura de la calle Olmos, la cual separa ambas construcciones. «La casa va a quedar colgando de un abismo», aseguran.
Informe técnico
El temor de los propietarios no se basa tan solo en suposiciones subjetivas. Un arquitecto está terminando un informe para presentarlo en el Ayuntamiento e intentar detener el proyecto antes del inicio de las obras, previsto para el próximo mes de marzo. «Todos los técnicos que lo han visto han dicho que es una barbaridad cavar ahí seis metros, no por lo que pueda pasar ahora, sino porque si se produce un mínimo movimiento sísmico, que los hay, la estructura que pongan en el sótano no será suficiente para soportar el empuje de los otros edificios», asegura.
Mercedes López Montenegro advierte además de que no está en peligro sólo su palacio, sino todas las construcciones que rodean al hotel. El motivo que apunta es que el futuro establecimiento hotelero se levanta, como los demás edificios de la zona, no sobre cimientos, sino sobre un suelo de cuarcita, una roca de gran dureza que proporciona estabilidad al entorno, pero dejaría de hacerlo al ser excavada hasta una profundidad tan grande.
Plan Especial
Desde el entorno de la familia propietaria se apunta además el malestar que existe por el hecho de que a los promotores del hotel Atrio les vayan a permitir excavar un sótano, algo que está totalmente prohibido en el resto de edificios de la Ciudad Monumental. Se quejan de que esto ha sido posible gracias a la modificación puntual del Plan Especial ¯el que regula el urbanismo del casco viejo¯ que aprobaron el Ayuntamiento y la Junta de Extremadura. «Lo han hecho con el único fin de favorecer los intereses privados de unos promotores», denuncia la familia.
Los propietarios del palacio de los Golfines de Arriba no presentaron en su día alegaciones durante el periodo de exposición pública del proyecto de Atrio, aunque aseguran que sí lo hicieron después, días antes de la aprobación definitiva, cuando fueron informados de las actuaciones que llevaba aparejadas la construcción del hotel. «No nos hicieron caso ni explicaron por qué no las aceptaban», señala Mercedes López Montenegro.
La familia cree que, si el proyecto sigue adelante tal y como está, será una lacra para toda la Ciudad Monumental, y se muestran dispuestos incluso a poner la situación en conocimiento de la Unesco, organismo que concede a las ciudades el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad.
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