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PABLO CALVO
Domingo, 10 de febrero 2008, 11:58
Eloy Peña, emeritense, alumno de la Escuela Politécnica, en Cáceres, lleva un pendiente en cada oreja con una calavera pintada. Una carpeta, con la imagen del Che Guevara a un lado y Camarón al otro, contiene los apuntes del examen que va a hacer a las cinco de la tarde. «No, hombre, no vengo a fotocopiarlos el último día, los apuntes son míos», afirma.
Al otro lado del mostrador está Miguel Ángel Vaquero, personal de administración y servicios de la UEx, con el que mantiene una larga relación porque Eloy lleva siete años estudiando Arquitectura Técnica, una diplomatura de tres cursos.
Pero Eloy no es un ningún bicho raro. Al revés. En la tertulia improvisada que se monta, se llega a la conclusión de que los raros, por minoritarios, son los alumnos capaces de aprobar curso por curso las carreras que allí se imparten: varias ingenierías informáticas, de Obras Públicas o Telecomunicación, entre otras. «Es gente que no tiene vida, yo prefiero vivir», asegura el alumno de Arquitectura Técnica, que los fines de semana trabaja en un after de La Madrila.
Será porque esta filosofía ha calado en la mayoría de los jóvenes, o porque realmente sacar adelante una carrera universitaria es labor complicada, o porque la base formativa con la que llegan a la Universidad, como sostienen muchos profesores, no es la mejor, o, en fin, porque los cambios en los planes de estudios a veces desorientan a los estudiantes, el resultado es que los universitarios extremeños cada vez emplean más tiempo en terminar sus carreras.
Entre las titulaciones clásicas, la duración media de Derecho ha pasado de 5,51 años en el curso 2004/05 a 6,51 en el 2006/07; Matemáticas (plan de 1998), de 4,65 a 7; Medicina, de 6,02 a 6,12; Veterinaria, de 5,58 a 6,65; Economía, de 5,49 a 5,98, y entre los estudios técnicos, el aumento es generalizado. Se mantienen las especialidades de Magisterio, que acumulan poco retraso en la terminación de los estudios sobre los tres años de la diplomatura; y el grupo de las filologías.
«El 1% aprueba todo a la primera», calcula el trabajador de la UEx, que acumula más de una década de contacto con los alumnos. Se atreve a concretar: «Obras Públicas se hace en ocho años; Arquitectura Técnica, en cinco; y 'Teleco'... en cinco o seis años». Todas tienen tres cursos académicos en su plan. Miguel Ángel no yerra demasiado porque, según la estadística de la Uex, las ingenierías son, con diferencia, las titulaciones que más cuesta aprobar, como se puede observar en el cuadro.
La UEx reconoce que, junto a las tasas de abandono que registra cada carrera, la duración media de los estudios es también un indicador relevante para medir la eficiencia de los planes de estudios. Lo llama «bolsas de retraso».
La bolsa de retraso de la Uex es de 1,12, lo que significa que se emplean 1,12 años más que el tiempo previsto en el plan de estudios. Una licenciatura, pues, no se termina en cinco años, sino en 6,12, por ejemplo. Treinta y dos titulaciones de la UEx presentan una duración superior a esta media (cuadro adjunto).
El retraso es bastante mayor en el caso de las titulaciones del campo técnico, las ingenierías medias o superiores, en las que, de promedio, la duración real de los estudios supera en dos años el período establecido. Entre las ingenierías también existen titulaciones «en las que la duración efectiva es superior al doble de lo estipulado nominalmente», asegura la UEx, como es el caso de los estudios de Obras Públicas y casi de los de Industriales. La media está en los seis años para tres cursos académicos.
Eloy se encuentra en esta situación, lo mismo que su amigo Luis Martínez, seis años. ¿Y qué dicen sus padres? «El profesor es mi padre», responde Luis, tocado con una gorra. La circunstancia le favorece porque «él sabe de la dificultad de la carrera».
Las familias se consuelan, además, con el dato cierto de que las carreras técnicas son las que mejor inserción laboral registran, y que aunque los hijos alarguen su vida universitaria, valdrá la pena. «Sí, te colocas pronto, pero mal pagado. Tanto esforzarte para que luego te exploten», denuncia Eloy.
Desde el Vicerrectorado de Calidad y Formación Continua de la UEx, se señala que el nivel de retraso en la aprobación de las carreras está en consonancia con la Universidad española.
«En los estudios técnicos se aprecia una duración similar, lo que tampoco debe servir como consuelo ni justificación», afirma la vicerrectora, María José Martín.
La conclusión de los informes elaborados en la UEx para su nuevo plan estratégico es que «a pesar del mayor o menor retraso en los estudios, no hay ninguna titulación de la UEx que presente graves índices de fracaso».
El catedrático de Economía Aplicada de la Facultad de Ciencias Empresariales, Pedro Álvarez, no opina lo mismo. «No hay fracaso escolar porque los alumnos no se presentan a los exámenes. Cada vez hay más no presentados, porque nos les corre convocatoria, y no aparecen como suspensos». A su juicio, «es un fracaso escolar encubierto» que las autoridades académicas, en general, no se atreven a afrontar. «Si se sumaran los suspensos y los no presentados en cada convocatoria, el porcentaje sería muy alto».
Su diagnóstico es que los jóvenes llegan con una base formativa muy floja del Bachillerato y la Selectividad se ha convertido en una prueba ineficaz que todo el mundo aprueba. Él mismo se ocupa de diseñar un test al que somete a sus alumnos para medir el nivel académico con el que entran en la Universidad. «A mi clase vienen al principio de curso, pero luego van desapareciendo porque se aburren. No se presentan al examen y dejan la asignatura de lado hasta el final de la carrera, a ver qué pasa», señala. Según sus propias estadísticas, en la UEx se tarda 7,5 años en aprobar una licenciatura (cinco curso) y 5,5 años para la diplomatura (tres).
Salidas
Pero las cifras que maneja la Universidad extremeña no la diferencian demasiado de la realidad española. «Si se analizan qué porcentaje suponen los estudiantes egresados (que terminan la carrera) sobre los estudiantes matriculados en cada titulación, los datos de salida de la UEx (un 15,72%) son ligeramente superiores a los de la Universidad española (un 12,25%).
Se observan, no obstante, dos desvíos significativos. Uno, ya comentado, en las titulaciones técnicas porque «la duración prevista suele prolongarse dos años más»; y, otro, a favor de la UEx, en el caso de los títulos de Ciencias de la Salud, que al exigir una nota de corte muy elevada para acceder a ellos, «realiza una selección de alumnado de excelencia en sus aptitudes y actitudes, que se traduce en un menor índice de abandono y una mayor índice de egreso», señala el informe de la Uex.
Efectivamente, como indicaba el catedrático, dejar pasar el tiempo por si el profesor cambia es una de las tretas estudiantiles para aprobar una materia. Otra es aprovechar el año en el que toca el profesor hueso o la materia engorrosa para irse de becario Erasmus. Y una tercera la expone Miguel Ángel desde su mostrador: «Los alumnos me han ofrecido de todo porque yo fotocopio las preguntas de los exámenes».
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