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VIRGINIA RÓDENAS
Domingo, 17 de febrero 2008, 14:46
Están muy preocupados. Lo dice la pintura de sus palabras y lo diagnostica María Pilar Besumán, creadora del método de escritura inteligente, a la que 30 años de investigación grafopsicológica avalan como autoridad en la materia. «Pero tras la inquietud -añade la analista-, Zapatero se obstina en prevalecer en medio de una niebla de enigmas y bajo la premisa de que el que da primero da dos veces, mientras que la angustia de Rajoy se ve acentuada por cierta soledad respecto de su entorno. El candidato del PP es un hombre profundamente observador, intuitivo y muy sensible, que comparte con Rodríguez Zapatero el padecimiento de algunas fobias. A supersticioso le gana el socialista, un dato que se confirma por distintas vías de estudio de sus grafismos».
Recurrimos a Besumán, porque tras cursar grafología en la Escuela de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (año 1976) y haber tenido como maestras a dos de las más prestigiosas grafólogas -Silvia Ras y Mercedes Serra-, se dedicó durante años a la selección de personal en el departamento de recursos humanos de empresas tan importantes como la multinacional norteamericana General Motors. Allí la grafopsicóloga despachaba o recomendaba candidatos tras analizar sus caligrafías aplicando su ciencia -tal y como definió esta disciplina el psiquiatra Vallejo Nájera-.
Y si cualquier ciudadano debe pasar el tamiz de una selección para acceder a un puesto de trabajo -hemos sabido hace unos días que hasta hay quien se aplica en descartar aspirantes por ciertos rasgos biométricos pese a mucho master que se acumule-, ¿por qué no hacer pasar por una de estas pruebas a los máximos aspirantes a presidir el Gobierno de la nación? ¿Qué empresa de mayor envergadura en España que la gestión del propio país para obviar un proceso que busca aupar a los mejores? ¿Por qué no llegar a dónde el ojo del votante no alcanza?
Sobre la mesa de la consulta de Besumán dos firmas del candidato socialista, una de mayo de 2004 y otra del mismo mes de 2007, y un texto de esta misma semana del pretendiente popular, con su rúbrica.
«Si la letra de Zapatero va de menor a mayor (letra creciente), la de Rajoy es justo al revés. La primera nos indica que estamos ante una persona menos preparada pero que quiere imponerse a toda costa; la segunda, que se trata de alguien que no se impone por la fuerza sino con la sutileza y que suple cierta falta de lógica con intuición, hasta el punto de que podemos decir que se trata de corazonadas que se cumplen.
Artistas
Tanto uno como otro subrayan la firma (igual que González o Aznar frente a otros políticos españoles como Suárez, Fraga o Carrillo que no lo hacen), algo propio de artistas, que gustan de mirar a los demás desde un escalón superior. Muchos hacen el subrayado porque su verdadero yo está en todas las tachaduras que hacen sobre sí mismos, sus inhibiciones, su pasado... Vaya por delante -advierte- que también hay políticos que están alertados por un grafólogo, igual que lo están por los asesores de imagen, que les aconseja, y que les adiestra con el objeto de que no descubramos su yo más profundo. Así modifican su firma, pero no su escritura, que les sigue delatando».
¿Y qué encierran las letras de ZP? Según la grafopsicóloga, «en su firma de 2004 nos encontramos un hombre inteligente, con decisiones e iniciativas que en esos momentos están frenadas porque en su yo íntimo existen muchas dudas a la hora de franquear el umbral de la actividad por temor a tomar resoluciones comprometidas. Esta actitud de desconfianza, temor y dudas se ve claramente en las letras de su apellido que están inclinadas ligeramente hacia el lado izquierdo. Por el contrario, en la firma de 2007 ha habido un cambio de actitud muy significativa, está más confiado, con menos dudas, con deseos de prevalecer. Hay un predominio del pensamiento mágico sobre el lógico. Se alimenta más de imágenes que de conceptos. Choca frecuentemente con las opiniones de los demás y con la realidad, y se proyecta sobre las cosas movido y coloreado por el sentimiento, el asombro, la admiración y la ingenuidad. No trata de simplificar ni de resolver, sino que gusta de envolver las cosas en un halo de misterio».
El análisis de Besumán señala que Zapatero «busca con nostalgia los recuerdos de su niñez, los cuales atraen su interés existencial. Hace uso de una libertad de expresión propia de los artistas, con cierto fervor cándido y admirativo. Es una persona con cualidades de decisión e iniciativa, aunque sacrifica el sentimiento a la acción, el aparentar al ser. Su letra denota una gran severidad respecto a sí mismo, quizás por carencias sufridas en un plano afectivo».
Rúbrica
La rúbrica del presidente Zapatero indica por último, como explica esta investigación grafológica, «que en él hay un predominio de la actitud serena, del control de las pasiones. Se aprecia necesidad de reserva, carácter orgulloso, obstinado e inflexible, con tendencia a la ocultación de complejos y sentimientos de culpabilidad».
¿Le recomendaría a sus jefes? La grafóloga sonríe y se va por la tangente. «He tenido verdaderos dilemas acerca de las personas sobre las que tenía que emitir informes, pero llegué a la conclusión de que cada una tiene su puesto en la vida y cada letra define ese puesto». Luego su mirada se posa en la escritura de Rajoy y empieza su disertación tras horas de estudio.
Lo primero que saltó al ojo clínico de la analista, según confiesa, fue cierta angustia. Una primera impresión que no consiente que domine su estudio empírico. «Nos encontramos -subraya- ante la escritura de un hombre inteligente, receptivo y observador, con tendencia al descubrimiento y que por su vivacidad de comprensión es capaz de crear leyes nuevas sobre la marcha. Busca ante todo lo evidente, lo que puede ser demostrado. Afina sus sentidos procediendo con tacto, cautela, sagacidad y astucia. Desenmascara con habilidad e intuición los manejos e intrigas ajenas. Posee la capacidad de identificarse con los demás poniéndose en su lugar y comprendiendo sus situaciones. Detesta la violencia y la fuerza, utiliza la diplomacia y la persuasión. Posee una habilidad especial para disimular y evadirse de ciertos compromisos no deseados y denota aptitud para analizar los pormenores más que para ver el conjunto».
En el aspirante popular, Besumán diagnostica «un predominio del factor emocional sobre la razón, naturaleza variable y necesidad de entrar en contacto consigo mismo. Una personalidad poliédrica, con instinto de curiosidad, capacidad imaginativa y con receptividad de impresiones. Tiene una intuición previsora que imagina la solución del problema y guía el pensamiento automáticamente en la dirección en que éste es formulado. Aunque sus principios han sido duros, y le han marcado en su vida dejándole pequeñas cicatrices, tiene sentimiento del deber y seriedad ante la vida. Le gusta especialmente que su hogar sea bonito y confortable, de estética conservadora. Su firma denota sensibilidad, emotividad y gusto artístico».
¿Apostaría por él ante sus jefes? E igual que antes, vuelve a sonreír y apela «al secreto profesional». Ella es la creadora de la escritura inteligente y la Cartilla Escolar Grafológica(editorialbelsman.com) con las que ha demostrado que es posible mejorar el rendimiento y la capacidad intelectual».
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