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CLAUDIO MATEOS
Miércoles, 20 de febrero 2008, 09:06
«Me parece que este año no pasa por aquí el Cristo Negro». El augurio de uno de los operarios de la empresa Canal de Isabel II será cierto o no en función de la importancia de los restos arqueológicos que ayer aparecieron en la plaza de San Mateo. El hallazgo de varios huesos humanos en una zanja abierta por los trabajadores obligó a parar la obra, y de momento no se sabe cuándo podrá continuar.
Fue a primera hora de la mañana de ayer cuando se percataron de que unos objetos extraños aparecían entre la tierra, bajo una de las tuberías. Al tratarse de una obra en la Ciudad Monumental es obligatorio realizar un seguimiento arqueológico, contratado en este caso con la empresa emeritense Arqveocheck S. L., cuyos técnicos llegaron de inmediato y comenzaron a recoger muestras.
Aunque no existe confirmación oficial, la primera impresión era que se trataba de huesos humanos correspondientes a al menos dos personas distintas y de una talla reducida. Este diario se puso en contacto con la empresa, el Ayuntamiento, y la Junta de Extremadura, nadie quiso aportar ningún dato.
Cuatro cementerios
La tesis más probable es que se trate de restos de enterramientos medievales, ya que la iglesia de San Mateo, situada a pocos metros, era una de las cuatro que contaban con cementerio en Cáceres. Las otras tres eran San Juan, Santiago y Santa María.
El hallazgo es similar al acontecido en agosto de 2004 en el entono de la iglesia de San Juan, cuando fue necesario interrumpir las obras de canalización del gas tras la aparición de varios huesos humanos. La Dirección General de Patrimonio de la Junta confirmó entonces que durante varios siglos se habían producido enterramientos en los alrededores de la iglesia.
Los arqueólogos de la empresa Arqveocheck y los de la Junta de Extremadura trabajaron durante todo el día de ayer en la extracción y el estudio de los huesos encontrados en San Mateo. Lo que apareció por la mañana fueron fragmentos de al menos dos cráneos, y también un fémur casi entero. Por el momento no se han ofrecido detalles sobre la importancia del hallazgo ni sobre la posible antigüedad de los restos, que se encontraban a una profundidad de entre 50 centímetros y un metro. La fuerte lluvia que cayó durante varias horas dificultó la tarea, ya que descolocó los huesos de su posición original.
Las obras de mejora del suministro de agua se encontraban ayer interrumpidas a la espera de lo que decidan los arqueólogos.
Según explica Antonio Bueno Flores en su libro 'Cáceres. Historia escrita en piedra', la iglesia de San Mateo se menciona por primera vez en un documento de 1345, aunque fue reformada y completada en siglos posteriores, y otras dos veces en el siglo XX. En su interior fueron enterrados muchos personajes importantes de la nobleza local, entre ellos Juan de Ovando, jurisconsulto de Felipe II. Como era práctica habitual, para los nobles estaba reservado el interior de las iglesias, mientras que el pueblo llano recibía sepultura en el exterior. De ahí el hallazgo de los huesos junto a la iglesia de San Juan en el año 2004 y, posiblemente, el realizado ahora en la plaza de San Mateo.
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