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SERGIO LORENZO
Viernes, 9 de mayo 2008, 15:31
Debe ser que últimamente a la Diosa Ceres, símbolo del Cáceres romano, no le gustan los festivales de música en la ciudad que protege desde una esquina de la Plaza Mayor. Si hace 21 días descargó un diluvio sobre 12.000 seguidores de Extremúsika, hundiendo el Festival, ayer envió una granizada cuando estaba a punto de levantarse el telón de la edición número 17 del Womad de Cáceres.
Una hora después de la granizada, a las seis de la tarde se iniciaba oficialmente el Festival en un acto que tenía lugar en el Gran Teatro. El presidente de la Diputación de Cáceres, Juan Andrés Tovar Mena, medio en broma medio en serio, comentaba que quizá la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, tendría que llevar huevos a las monjas de Las Claras, refiriéndose a la tradición que hay en esta ciudad de regalar huevos a estas monjas para asegurar el buen tiempo al día siguiente en fiestas como bodas y comuniones. Quizá por la promesa, las nubes se abrieron y dejó de llover, dando descanso a los atemorizados dueños de los puestos que abarrotan el Paseo de Cánovas.
Lo cierto es que los hombres y mujeres del tiempo, que cada vez parecen menos fiables, señalan que hoy hay entre un 40 y un 50% de probabilidades de que llueva en Cáceres, y que para mañana sábado la probabilidad aumenta hasta llegar a un 65%.
La alcaldesa comentó en el mismo acto de la inauguración, también medio en broma que quizás habría que hacer rogativas «para que llueva en el campo y no en la ciudad». Carmen Heras expresó públicamente su satisfacción por seguir Cáceres siendo sede del Festival Womad, que sitúa a la ciudad en el panorama musical nacional e internacional. Recalcó su deseo de que el festiva sea un éxito, «y que nos podamos seguir llamando hermanos y amigos que es lo que somos todos».
La chaqueta amarilla
En el mismo acto la consejera de Cultura, Leonor Flores, vestida con una chaqueta amarilla (color de mal agüero en el mundo del espectáculo), dio la bienvenida a los músicos que han llegado a Cáceres procedentes de cuatro continentes. Recordó que a Cáceres se le dio un premio por su lucha contra la xenofobia, y que Extremadura era, el año pasado, la comunidad autónoma española que acogía más inmigrantes menores llegados en cayucos a Canarias. La consejera defendió el buen hacer de los músicos extremeños, y dijo ante los representantes del Womad que es necesario que los músicos extremeños toquen en otros lugares, «tenemos que apostar por todos y por lo nuestro».
La consejera es la presidenta del Consorcio Gran Teatro, que hace posible este Festival gracias a la inversiones de la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento de Cáceres, la Diputación Provincial de Cáceres y Caja Extremadura. Entrando también en este grupo el Consorcio Cáceres 2016.
Quizá para potenciar lo extremeño, el grupo que abrió este esperado Festival Womad 2008 fue Malandanza, un quinteto cacereño. Fue el primero de los dos grupos que actuaron ayer en el Gran Teatro, desde las nueve y media de la noche. Luego le siguió el venezolano Luisito Quintero, percusionista que recordó a Tito Puente y al nigeriano Fela Kuti.
El Gran Teatro se llenó de gente que quería disfrutar de la música, aunque eran tantos que muchos tuvieron que desistir después de hacer cola para intentar entrar. Estos no entendieron el que estos grupos no actuarán en el escenario de la Plaza Mayor que aparentemente ya estaba totalmente montado.
El Festival de este año, que por fin llega hasta el sábado y potencia más la Ciudad Monumental, busca una mayor participación de los niños. Hoy y mañana se ofrecen talleres infantiles en el Gran Teatro, de 11 a 13.30 horas y de 17 a 19 horas. Tendrán como tutores a dos grupos: el Cactus Crew, formado por tres profesores de arte que se inspiran en la arena de las dunas para hacer totems, estrellas fugaces y cactus que no pinchan; ellos harán un lagarto gigante para el pasacalles que habrá el domingo. El otro grupo es el de Las Chicas del Sol, tres artistas del sur de Inglaterra que construyen paraguas de colores, sombreros con forma de nube o estructuras en forma de rana.
Otra novedad del Womad 2008 es la participación de la Filmoteca de Extremadura, cuya sede se encuentra también en la Ciudad Monumental, en el centro cultural San Jorge . Hoy ofrece un ciclo de cine documental comprometido con el continente africano y con el Sahara. A las once de la mañana proyectará el documental 'Cayuco' de la directora María Miró, que muestra la realidad de la inmigración ilegal tomando como punto de partida a los propios inmigrantes y a sus familiares. Tras el documental, a las doce comenzará un coloquio con la intervención de la directora. A la una de la tarde se proyectará el documental 'Mariem Hassan, la voz del Sahara, del director Manuel Domínguez, que ha acompañado a la artista saharaui en sus viajes, y conciertos. A las dos se ofrecerá otro coloquio con el director.
Esa edición del Womad trae a 25 grupos, de los que 5 son extremeños, 4 son de otros puntos de España, 3 del Reino Unido, 2 de Estados Unidos , otros 2 de Turquía, y un grupo de Malí, Marruecos, Israel, Argelia, Venezuela, Sahara, Japón, Madagascar y Zimbabue.
Ayer por la tarde ya se vivía la magia de la integración, del mundo convertido en un pañuelo en las calles y plazas de Cáceres, en el mercado global de la plaza de Santa María y del paseo de Cánovas, en las comidas del mundo de la plaza de San Mateo, en el botellón de la Plaza Mayor. Se hacía realidad la frase publicitaria que colgaba de grandes carteles: «Música, color, libertad... esto es Womad».
Hoy puede que llueva. Seguramente lloverá mañana, pero ¿en qué sitio mágico no llueve?
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