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Investigadores extremeños estudian cómo convertir en piensos la pulpa de tomate
REGIONAL

Investigadores extremeños estudian cómo convertir en piensos la pulpa de tomate

Personal de la finca La Orden-Valdesequera, dependiente de la Junta de Extremadura, trabaja sobre diversas áreas de producción animal

LUIS EXPÓSITO

Lunes, 19 de mayo 2008, 03:54

Hacer de la necesidad virtud. Es en los tiempos difíciles cuando hay que aguzar más el ingenio para hacer frente a los problemas. Por este motivo, los investigadores que trabajan para las distintas áreas de innovación y desarrollo tecnológico de la Junta de Extremadura están redoblando aún más sus esfuerzos en estos días.

Así, científicos de la finca La Orden-Valdesequera, junto con la Universidad de Extremadura y empresas privadas, están estudiando distintas alternativas para que la subida de los precios de los piensos no arruine a los ganaderos. Sin embargo, éste no es más que uno de los ámbitos de trabajo. El departamento de Investigación en Producción Animal está realizando diversos estudios a través de varias áreas. El objetivo es implementar mejoras en todo el proceso productivo, desde la cría y alimentación de animales en la finca hasta la mejora de la calidad sensorial del producto final de consumo. Muchos de estos trabajos se realizan en la finca Valdesequera, dependiente de La Orden.

Por ejemplo, han obtenido óptimos resultados usando pulpa o cáscara de tomate o alpeorujos (también conocidos como alperujos, subproducto alpechín y orujo de las almazaras) como base de la alimentación animal.

El beneficio que se busca es doble. Por un lado, se da salida a unos residuos vegetales que ocasionan molestias. De hecho, el problema medioambiental que se plantea en las almazaras extremeñas es considerable. De otro, se buscan alternativas para los piensos, en un escenario mundial de crisis alimentaria y con los precios de los cereales en máximos históricos.

Según Fermín López Gallego, jefe de este departamento de La Orden, el proyecto tiene además otras ventajas. Por ejemplo, la carne de los corderos que se han alimentado con pulpa de tomate tiene más vida útil en la bandeja del supermercado, de forma que 'caduca' más tarde.

Mejoras

Esto es debido al licopeno, que es el componente que le da a los tomates su característico color rojo y al que se han descubierto propiedades funcionales; esto es, que resulta beneficioso para la salud por su elevado contenido de antioxidantes naturales.

Este proyecto es sólo uno de los aspectos con los que trabaja este departamento actualmente. Además, los investigadores tratan de resolver diversos problemas medioambientales y económicos, especialmente en lo referido al ganado ovino. Por ejemplo, también están trabajando en elaborar piensos elaborados con microfibra y sin paja para el cebo.

En este caso, el beneficio que se busca es también económico, puesto que es posible manejar este tipo de alimento de manera automatizada, con los consiguientes ahorros en mano de obra.

Rebaños

Otra de las investigaciones que está en marcha trata de profundizar sobre alimentación conocida como 'unifeed', (un sólo plato, literalmente). Este sistema permite controlar la alimentación de los rumiantes a lo largo de todo el año, de forma que los animales puedan autorregular su alimentación. Entre otras ventajas se logra evitar el sobrepastoreo de los animales y reducir el coste de la mano de obra.

Una parte vital de éxito de estos proyectos se basa en la colaboración con empresas, que trabajan para que los estudios tengan resultados concretos. Normalmente, se escoge a cooperativas, puesto que son las entidades que tienen el volumen suficiente y están tecnológicamente más estructuradas. Uno de los colaboradores en todo lo relacionado con los piensos es la cooperativa Casat de Don Benito. «Fundamentalmente, nosotros aportamos ayuda de dos formas. Por un lado, con la maquinaria que disponemos. Tenemos una planta de elaboración de pienso que es la que se usa para experimentar con el tema del alpeorujo o el tomate. También usamos la planta que tenemos para hacer pienso 'unifeed'. Ésta se caracteriza porque mezcla los cereales sin molerlos», cuenta Félix Liviano, jefe de ventas de esta cooperativa. «La segunda parte de nuestra aportación está en el trabajo de nuestros técnicos, que hacen un seguimiento del proceso, desde el preparado de la alimentación al comportamiento de los animales y el producto final», añade.

Se trata, en definitiva, de conseguir que el trabajo se pueda convertir en industrial. En el caso de que fuera eficaz y rentable, las propias empresas implementarían estos procesos en su producción.

Necesidades reales

Otra de las entidades que trabajan junto a la Junta es la cooperativa ganadera Oviso, una de las mayores de la región en lo referido al ovino. Según su gerente, Juan Carlos Pozo, estas investigaciones tienen beneficios directos en el trabajo diario. «Nosotros tenemos mucha necesidad de investigación para resolver los problemas que nos surgen día a día. Antes cada investigador iba un poco por su lado. Ahora, gracias al contacto que tenemos, trabajan para resolver los problemas», asegura.

Según cuenta, «dentro del trabajo de I+D+i, le dejamos a la Junta la labor de investigación (I), porque tiene unos costes enormes. Nosotros nos centramos en el desarrollo e innovación (D+i), aunque también con ayuda suya». En el fondo, se trata de un trabajo de ida y vuelta. «Nosotros le trasladamos a la administración un problema que tengamos, y ellos instalan los equipos para investigar. Una vez que se ha desarrollado a nivel experimental, nosotros lo aplicamos a nivel real, en nuestras explotaciones y con nuestros animales. Si funciona, se aplica en masa; si no, se desecha».

Pozo enumera algunos de los proyectos que tienen más avanzados. «Llevamos cinco años con el tema de las microfibras. Esperamos tener resultados finales muy pronto. En el caso del tomate, el proyecto tiene dos años de antigüedad. En este caso unimos el aprovechar una materia prima que sobra con los antioxidantes que tiene la carne resultante».

Manejo

El manejo de las producciones ganaderas supone otro campo de acción de La Orden. Por ejemplo, se trata de desarrollar las aplicaciones del microchip que la legislación comunitaria obliga a colocar en los reproductores. Así, un lector digital colocado en una portería de una finca puede identificar los animales a medida que éstos la atraviesan. Así se puede saber qué ovejas están recién paridas o cuáles deben ser vacunadas. Incluso, se podría automatizar las tareas de selección ovina. Por ejemplo, llevando un control de la producción de leche de cada animal.

Los estudios de Producción Animal no se limitan a estudiar mecanismos que mejoren el trabajo o productividad de las explotaciones. También se interesan por resolver casos concretos. Por ejemplo, con acabar con el síndrome diarreico neonatal, que es una enfermedad que ataca a los borregos recién nacidos. En este caso, se está trabajando para mejorar la automatización de los manejos, es decir, favorecer la implantación de autovacunas. Éstas están elaboradas con los gérmenes aislados en cada explotación, de forma que tiene una efectividad innegable en ella. En este tipo de problemas también puede tener mucha utilidad una utilización eficiente de la alimentación 'unifeed'.

Merinas

Las peculiaridades de la raza merina, predominante en la cabaña extremeña, también es objeto de estudio. Este departamento ha desarrollado la única instalación de ordeño específica para este tipo de animales. No es una cuestión menor, puesto que está comprobado que las ordeñadoras convencionales ocasionan diversas enfermedades a esta raza de animales. Según López Gallego, con este sistema se está ordeñando actualmente del orden del 70% de la cabaña de esta raza en la región. Además, también se ha exportado a países como Argentina, Chile y Uruguay.

También en este campo se está estudiando la manera de mejorar el sistema de reproducción de estos animales. Aunque es una de las razas más fértiles, la merina pura es una especie que no ovula en abril, lo que reduce su fertilidad. Por eso, se están haciendo pruebas para optimizar el rendimiento de las hormonas que utilizan los ganaderos para salvar este problema. Se trata de utilizar la mínima cantidad que genere resultados, para abaratar costes y para cumplir con los requisitos legales.

Los trabajos de investigación de La Orden abarcan todo el ciclo productivo de la producción ovina, como ya se ha dicho. Por ejemplo, se trabaja sobre la calidad de la carne o la seguridad alimentaria de esta producción transformada. También se está investigando en la mejora genética de los animales o en la trazabilidad de los ejemplares. Incluso, se está incidiendo sobre los preparados de cuarta o quinta gama o en mejorar la calidad sensorial de los alimentos.

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