«Tengo 25 años y ya tengo vivienda propia»

Una ciudad dentro de otra ciudad. El Cerro Gordo dispondrá de polideportivo, centro comercial, instituto, colegio, guarderías, farmacias, parques,...todo para hacer la vida más fácil a los nuevos residentes. Ayer por la mañana los futuros inquilinos quisieron pasear por unas avenidas vacías, pero asfaltadas y con farolas.

Los más afortunados comenzaron a medir para saber dónde ubicar el sofá, en qué sentido colocar la cama de matrimonio, dónde irá la televisión o la mesita de noche. Otros tenían que conformarse con ver desde la calle la fachada de su futura vivienda. Este es el caso de Carmen y de Raúl, que esperan recibir las llaves en noviembre aunque tienen serias dudas de que llegue ese día. «Llevamos pendientes cuatro años, hemos tenido muchos problemas. La constructora y el Ministerio nos han estado mareando con los papeles», explica indignada Carmen.

Rechazo al alquiler

Estos dos pacenses están convencidos de que el alquiler no es la mejor opción para ellos. «Es una tontería. Es como tirar el dinero a la basura. Preferimos invertir en una vivienda que sabemos que en el futuro será nuestra. Aunque las hipotecas están muy difíciles, incluso teniendo dos trabajos. Esta oportunidad es muy buena para la gente joven en general, ya que en los días que corren resulta muy complicado aspirar a una vivienda», comentan.

Carmen trabaja como maestra, y Raúl está preparándose unas oposiciones para trabajar como auxiliar de administrativo. En la actualidad residen con sus respectivas familias, motivo por el que desean poder independizarse pronto, y disfrutar de su propio hogar, aunque tienen algunas dudas. «Después de lo que hemos pagado deseamos tener nuestro piso», reconoce esta pareja.

Los primeros

Entre los 77 vecinos que ayer recibieron las llaves de sus nuevas viviendas, están Javier y Gema. Ellos fueron los primeros en recibir los papeles de su nuevo hogar, aunque en un principio no estaban muy conformes con un bajo, «por eso de tener un patio interior, que luego te puede dar problemas. En principio queríamos un alto», apunta Javier.

Sin embargo, reconocen que están viviendo un sueño. El piso cuenta con ochenta metros cuadrados repartidos en tres amplios y luminosos dormitorios, dos baños y cocina. «Esto para mí es como si me hubiera tocado la lotería. Es un sueño. Tengo 25 años y ya tengo una vivienda propia», admite Gema.

A Javier le han hecho contrato fijo en un centro comercial de la capital, y Gema trabaja en una multinacional de alimentación. No obstante, han encontrado diversas trabas hasta conseguir su nuevo piso. «Problemas de mala organización, sobre todo. Teníamos que insistir con el Ministerio para confirmar los datos y demás. Pero ha merecido la pena porque estamos muy contentos. Las puertas son preciosas», dice llena de ilusión y felicidad esta pacense.