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NACIONAL

Moderna y con coraje

Madrileña, divorciada y madre por inseminación artificial, rompe con la imagen típica de la mujer de derechas

CESAR CALVAR MIKEL CASAL

Viernes, 20 de junio 2008, 03:14

María Dolores de Cospedal es el polo opuesto a la imagen tradicional de la mujer de derechas. Es joven, moderna, divorciada y madre de un niño por inseminación artificial, acumula a sus 42 años un enorme bagaje político y amplia experiencia como gestora en los gobiernos central y madrileño. Tiene en su haber, además, el mérito de haber quebrado en las últimas elecciones autonómicas el poder casi monolítico de que gozó José Bono en Castilla-La Mancha desde el comienzo de la democracia.

Nacida en Madrid, inició su trabajo en la administración como abogada del Estado. En 1997, con 31 años, entró en la política de la mano del entonces ministro de Trabajo, Javier Arenas, que la incorporó a su equipo como jefa de la Asesoría Jurídica del ministerio.

Tras su divorcio y después de una corta misión en la Embajada de España en Estados Unidos, regresó a Trabajo y de allí pasó a Administraciones Públicas antes de recalar en Interior, donde fue subsecretaria en la etapa de Ángel Acebes.

Fue en ese período cuando conoció a Mariano Rajoy, entonces vicepresidente del Gobierno, que quedó impresionado por su eficacia. Cospedal era entonces la 'mano derecha' del secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, y a su lado había conocido a fondo todos los entresijos de la lucha antiterrorista.

En esa etapa le tocó vivir también los momentos más amargos de su carrera política: el 11-M. Ella organizó la gigantesca morgue que el Gobierno instaló en la Feria de Madrid para reunir los restos de los 191 asesinados y estuvo en el centro del huracán los días posteriores que desembocaron en la amarga derrota electoral de 2004 y el desalojo del poder de los 'populares'.

Tras el descalabro electoral quedó fuera del Gobierno, del Parlamento y sin cargo en el partido, por lo que volvió a su puesto en la administración hasta que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la recuperó como consejera de Transportes e Infraestructuras. Rajoy la incluye en el Comité Ejecutivo del PP en septiembre de 2004.

Sorpresa

En su época de consejera, sorprendió a sus compañeros del Gobierno madrileño al anunciar en uno de los consejos: «Estoy muy feliz, seré madre por San Isidro y tendré un hijo de padre desconocido». Dicho y hecho.

En el año 2005 dejó la Consejería de Transportes para ser la candidata a presidir la Junta de Castilla-La Mancha en unas elecciones que disputó al heredero político de José Bono, José María Barreda.

Tuvo el coraje de echarse al hombro a su hijo Ricardo, de poquitos meses, para hacer campaña y recorrer los pueblos castellano-manchegos, en los que encontró a un PP roto en familias políticas enfrentadas en una guerra en la que se disputaban las gangas de ser el eterno opositor en la cámara autonómica.

No logró vencer, pero mejoró los resultados de sus predecesores con el 42% de los votos y tres diputados más. «Ha matado a Bono», resumió una consejera de la Comunidad de Madrid tras conocer su gesta. REACCIONES

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