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ISABEL BARRENA
Jueves, 17 de julio 2008, 20:54
Recuperar la historia y conocer el pasado. Este será el trabajo de casi una treintena de jóvenes, 23 voluntarios y seis monitores, que durante quince días buscarán en Mérida restos de represaliados durante la Guerra Civil.
La contienda dejó en Extremadura cientos de muertos. Algunos estudios arrojan la cifra de más de 15.200. En las tapias del camposanto emeritense hay, según investigaciones recientes, una fosa común con restos de personas fusiladas durante el conflicto bélico.
Durante quince días, desde hoy al 30 de julio, jóvenes procedentes de varias comunidades de España realizarán labores de búsqueda, localización, excavación arqueológica y exhumación, en el caso de que fuese necesario, de restos de personas fusiladas. Es la primera vez que la Consejería de los Jóvenes y del Deporte de la Junta de Extremadura celebra en Mérida un campamento de trabajo dedicado a la memoria histórica.
Además del trabajo de campo, los asistentes al campamento comprobarán los datos que obtengan de la investigación con los archivos, actas de defunción y procedimientos judiciales con condenas a muerte o penas de cárcel en el caso de que existan. De lo que se trata es de realizar una completa investigación histórica, para la cual será de gran importancia la recogida de testimonios de familiares, la llamada «memoria viva».
La recuperación de testimonios de personas que vivieron la tragedia o de familiares de las víctimas de la misma se está convirtiendo en una importante fuente para obtener datos o información de qué sucedió en aquellos años.
En este sentido, diversas iniciativas ciudadanas pululan por la web para ayudar a encontrar dónde están enterrados muchos de los represaliados durante el conflicto. Un ejemplo de ello es el blog 'Información alternativa en Extremadura', donde pueden leerse los nombres de muchos de los asesinados en la comunidad, entre los que se encuentran muchos desaparecidos de la comarca de Mérida.
Arqueólogos unos días
El campamento de Mérida acogerá a estudiantes de Historia, Derecho, Telecomunicaciones, Ingenierías... Se agruparán en equipos de trabajo conforme a seis tareas básicas: excavación arqueológica en las tapias del cementerio de Mérida, anotación de los registros de defunción, investigación en los archivos municipales y registro de testimonios (memoria viva). Además de estas actividades, se dedicarán a recopilar material gráfico y documentación e iniciarán la construcción de un monumento a los «desaparecidos».
Las prospecciones se llevarán a cabo en la zona comprendida en el extremo sur-oeste del camposanto emeritense y abarca una superficie de unos 550 metros cuadrados. En este espacio se encuentran cuatro fosas excavadas en el sustrato natural de arcilla. En tres de ellas han aparecido restos humanos quemados y muy fragmentados, e incluso en una han sido hallados objetos metálicos como casquillos, proyectiles o hebillas de cinturón.
En la fosa más destacada, donde comenzarán los trabajos, hay aparentemente restos óseos sin alteración por el calor. La aparición de un pie con sus partes óseas en conexión anatómica y un fragmento de suela hace pensar a los investigadores que se pueden encontrar restos completos, aunque no se puede determinar aún el número de personas que pueden estar enterradas.
Un poco de historia
Todas estas tareas serán complementadas con charlas informativas que versarán sobre el desarrollo de la contienda civil en Extremadura y con salidas a lugares de gran importancia durante la guerra y posguerra.
Algunos de estos sitios también han acogido campos de trabajo para la Recuperación de la Memoria Histórica. Uno de ellos se viene realizando desde el verano de 2003 en la comarca de San Vicente de Alcántara-Alburquerque en una mina donde fueron arrojadas numerosas personas asesinadas. En el verano de 2004 en Talarrubias también tuvo lugar uno de estos campamento. Hace dos años en la Sierra de Tentudía fueron recuperados restos de más de 30 cuerpos de personas represaliadas durante el conflicto.
Los jóvenes participan en estas actividades de forma voluntaria. Además de un trabajo, se trata de una actividad que permite desconectar de la rutina diaria y vivir una nueva experiencia, así como conocer gente y nuevos lugares en un ambiente de participación.
En unos tiempos donde la recuperación de la memoria histórica se ha convertido en uno de los asuntos de debate y también disputa, la Junta de Extremadura ha lanzado este campo de trabajo dentro de la Campaña de Verano de la Consejería de los Jóvenes que pretende «conocer y recuperar restos de personas desaparecidas, así como dignificar su memoria».
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