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ANTONIO J. ARMERO
Jueves, 23 de octubre 2008, 12:16
Carlos Santillana estaba ayer cabreado. No le gusta cómo le ha tratado la prensa, y quiere que quede claro que él es médico, y que conseguir ese título le costó su buen dinero («veintitantos mil euros», asegura) y ocho años (desde 1994 hasta 2000) de estudios, más duros aún si se tiene en cuenta que los tuvo que compaginar con el ejercicio profesional del mentalismo. Su versión de los hechos es clara: no sólo no es culpable de nada sino todo lo contrario. «Soy una víctima en el peor de los casos», aseguraba ayer, sentado en una silla en el despacho de Ángel Luis Aparicio, su abogado. Los dos comparecieron ayer ante los periodistas para aclarar que, según ellos, casi nada es lo que parece. Si lo que plantean es cierto, estamos ante una trama internacional que salpica al consulado de España en Perú y a los ministerios de Asuntos Exteriores y Educación y Ciencia. «Yo creo que esto se verá en la Audiencia Nacional», anticipa el abogado de Santillana, que ayer se mostró como un hombre atormentado ante tamaña injusticia. Quizás por eso no le hicieron mucha ilusión algunas preguntas. - Yo le preguntaría -responde él- que si se siente usted capaz de trabajar en El País? - Claro que sí. - Pues usted mismo se ha respondido. O esta otra: - Aparte de los dos meses en la residencia de mayores Care de Villafranca, ¿ha trabajado como médico en otros sitios? - Sí. - ¿En cuáles? - Eso es asunto mío. Entre las pruebas que él muestra para que la justicia, la policía, la prensa y la sociedad tengan claro que él estudió una carrera, esgrime su título. Las letras más grandes son para el centro de estudios que lo expide: 'Universidad de San Martín de Porres', que otorga el título profesional de médico cirujano a Juan Carlos Cofrades Santillana, que hasta su sonado fracaso en Trujillo era más conocido simplemente como 'el mentalista Santillana', ahora perseguido. Ayer -cuenta él-, un Citroën C5 le esperaba a la puerta de casa para tirarle fotos. Después, ese vehículo le siguió por distintas zonas de la ciudad hasta que él decidió pararse y entonces, sus perseguidores huyeron a toda prisa. «Un poco de respeto, por favor, que tengo dos hijos», clama el presunto falso médico cirujano con título de Perú. ¿Y por qué estudio en el extranjero? Según explicó, porque siguió el consejo de José Lozano, implicado en la presunta red de falsificación de títulos y que, para su sorpresa, ahora ha declarado no conocer al cacereño. ¿Y viajó al país? «Dos o tres veces cada año», aseguró Santillana ayer. - ¿No le sonó raro estudiar una carrera como Medicina y no hacer prácticas? - Sí, me sonó raro, pero como todo se convalidaba según ellos y yo mantenía contactos con ellos directamente. - ¿No se quejó nunca ni le dio por llamar a alguien y decirle 'oye, que yo no he hecho una sutura en ocho años' o algo así? - ¿Toma! Le estoy diciendo que yo en estos ocho años he llamado. Y no sólo llamar, sino allí mismo, antes de un examen, se hacían cosas. Y yo te puedo enseñar perfectamente las aulas, las mayores y las menores. Puedo dar nombres. - En definitiva, ¿en esos ocho años ha hecho prácticas relacionadas con la Medicina? - Sí, claro que sí. Indudablemente. - Pero antes ha dicho que le sonaba raro no tener prácticas... -No, no, prácticas de cirugía y demás, pero como ellos decían que lo homologaban. Quiero decirte... Vamos, que sé por dónde vas... No estoy tonto. Es como si estudias en la Uned...
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