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¿Qué ha pasado hoy, 25 de marzo, en Extremadura?
Don Apolonio recibirá mañana viernes un merecido homenaje por su 50 años como capellán de su querido Badajoz. / EMILIO PIÑERO
«Es desolador ver un campo tan grande como el Nuevo Vivero tan vacío»
DON APOLONIO NORIEGA GUZMÁN CUMPLE 50 AÑOS COMO CAPELLÁN DEL CD BADAJOZ

«Es desolador ver un campo tan grande como el Nuevo Vivero tan vacío»

«El Badajoz no ha desaparecido de verdadero milagro. Yo digo que la Soledad nos ha echado una mano»

JAVI PÉREZ

Jueves, 30 de octubre 2008, 09:48

Cuando el presidente Carlos Fernández le propuso ser capellán del CD Badajoz, el club estaba en Segunda y don Apolonio casi era un chaval. Era el 28 de octubre 1958 y el ahora canónigo emérito de la Catedral tenía 32 años. En este medio siglo ha visto pasar 22 presidentes -8 ya fallecidos-, celebrado cinco ofrendas a la Virgen de la Soledad por los ascensos vividos y llorado seis descensos. Ahora, 50 años después, su equipo intenta reencontrarse con su grandeza en Tercera. La vida de don Apolonio Noriega (Feria, 1926) camina paralela a la del Badajoz. El club blanquinegro no se entiende sin su carismático capellán, lo mismo que don Apolonio pierde sentido sin su Badajoz. Es historia viva de la entidad decana y de una ciudad a la que, como él mismo recuerda, siempre ha estado vinculado desde su salida del seminario, excepto el primer año que estuvo destinado en Burguillos. Entonces aprobó las oposiciones para la Catedral y hasta hoy sus muros siguen escuchando sus misas de quince minutos. Toda una vida que decora -y justamente reconocida- con distinciones como la Cruz al Mérito Policial o de la de la Guardia Civil. Sólo le falta la insignia de oro y brillantes del CD Badajoz. Aunque todo se andará. Porque mañana por la noche, el club le rinde un homenaje por sus bodas de oro como capellán del club con una cena en el Complejo Alcántara. -¿Qué espera de este merecido homenaje? -Muchas sorpresas. En el club no me dicen nada, pero según he podido saber por 'radio macuto' alguna sorpresa me voy a llevar. Sé que la directiva ha invitado a todos los presidentes vivos de estos últimos 50 años. -¿Recuerda su primer sermón? -Todos los años cuando comienza la temporada decimos una misa a la patrona para pedirle que nos ayude. Y luego, cada vez que había un ascenso íbamos también a darle las gracias. Yo nombré a la Soledad socia número 1 del Badajoz. -¿Cuántas veces ha tenido que dar las gracias a la patrona por el Badajoz? -Todos los años. Lo que pasa es que algunas veces no va la cosa bien y les tenía que decir a los jugadores que la Virgen nos estaba ayudando, pero que me había dicho que los goles los tenían que marcar ellos. Recuerdo que en el último ascenso a Segunda con el Cartagena, fuimos medio Badajoz a la Soledad y en la plática le dije 'Virgen Santísima, muchas gracias'. Después guardé un momento de silencio para darle emoción al asunto y volví a repetir 'Virgen Santísima, muchas gracias'. Así hasta cinco veces. Después me dirigí a los presentes y les dije 'Cinco veces que doy gracias a la Virgen por los cinco goles marcados', pero me volví una sexta vez y le dí de nuevo las gracias por el gol del Cartagena. -En estos 50 años, usted que tiene mano ahí arriba, ¿no ha podido hacer algo para subir al Badajoz a Primera? -Bueno, je, je. Eso es muy difícil. Estuvimos a punto un año, pero por un gol no fue posible. El Extremadura se puso delante y después subió en la promoción. -¿Es un milagro que el Badajoz siga existiendo? -No ha desaparecido por verdadero milagro. Yo digo que la Virgen de la Soledad nos ha echado una mano. Menos mal que este grupo de muchachos de 'Ambición blanquinegra' apareció para hacerse cargo del club. Ahora han vuelto aquellas personas que quieren al Badajoz, que saben de fútbol y parece que la cosa va bien. -¿Se imagina la ciudad sin el Badajoz? -Sería perder una cosa íntima. Que el Badajoz dejase de existir es como eliminar un patrimonio de interés bárbaro para la ciudad. -¿Qué le diría a aquellos que insisten en hacerlo desaparecer y crear un equipo nuevo? -Eso es como buscar una madre nueva. El club está íntimamente ligado a Badajoz y además ha sido siempre el equipo de Extremadura. -¿Cómo vivió el traslado de campo? -No me ha gustado. Está muy lejos y el viejo tenía su encanto. Se podía haber hecho un campo nuevo en el mismo sitio. Es una pena porque todo el mundo le tenía cariño. Yo iba andando y hacía una parada en el Azcona. Aquello tenía cierto sabor. Ayer precisamente me encontré a dos señoras con las que antes coincidía todas las tardes en el campo y ya no nos vemos porque al nuevo ya no van. En el viejo Vivero se vivieron los momentos de gloria. Es desolador ver un campo tan grande tan vacío. -Don Apolonio siempre fiel a los colores blanquinegros. -Siempre. -Se lo digo también por la sotana. -Claro por eso llevo la collareta blanca y la sotana negra. El Badajoz siempre presente. -¿Llegó a casar a algún jugador? -Buff. A muchos. A Toni Tienza, Pedrito, Job, Fernando D'Amico... También bauticé a los hijos de Jesús Carrillo Lumpié. Recuerdo que en el ascenso de 1966 estando él de presidente bauticé a su hijo en la Clínica de La Milagrosa. Como nació ese año le pusimos el 'niño del ascenso'. Ahora vive en Sevilla y me sigue llamando. -¿Con qué se queda de estos 50 años? -Pues que es un milagro. No conozco a nadie que haya durado medio siglo en un sitio. Todo se debe a que me he entregado al servicio de aquello que he tenido en mi mano. Por ejemplo, yo he sido capellán del Frente de Juventudes y tenían un lema 'Vale quien sirve', que yo he intentado ponerlo en práctica. En el Instituto Politécnico Militar también tienen otro que es 'Servir para servir'. Lo interesante es servir, no ser servido. Jesucristo lo dice en el Evangelio. -Otro personaje histórico que en su día cumplió también 50 años en el club fue Pepe Espinosa. -Ha estado toda la vida en el club. Un hombre que se preocupó mucho por el Badajoz. Tenía mucha amistad con la gente del fútbol, conocía a todo el mundo. Ha sido un hombre de gran eficacia, de enorme valor y muy trabajador. Gente así es lo que le hace falta al Badajoz. -¿Por qué ha llegado el Badajoz a esta situación? -En fútbol no se sabe lo que puede pasar. Lo hemos podido ver en estos últimos partidos, no se lo cree uno. El fútbol ha cambiado mucho. Antes, el Badajoz era algo más íntimo, más nuestro, más querido. -¿No será porque antes se rezaba más que ahora? -No creo que se rece menos. Antes, en el viejo Vivero cuando se moría un socio en lugar de un minuto de silencio, que no sirve para nada, se rezaba un Padrenuestro y la gente se ponía en pie. Una vez vino de Madrid Sánchez de León, que era muy aficionado del Badajoz, recé un Padrenuestro por megafonía y cuando terminó el partido me dijo que eso que había hecho no se hacía ya en ningún sitio. Se han ido perdiendo las costumbres. -Famosas eran también sus misas en la Policía. -Me lo recuerdan todavía. Se ponía a tope de gente. Iban los padres con los niños. La última fue en el 91. -¿Sigue celebrando 'misas-exprés'? -Es que yo soy rápido. Mire, de la Audiencia al patio se tarda dos minutos y un día me contaba uno que cuando entraba por la puerta de la Audiencia al escuchar en el nombre del padre le decía a su mujer: 'vámonos que no llegamos'. -¿Cuántas misas ha oficiado? -En mi libreta llevo apuntadas todas las misas. Donde las celebro, por quién... Son 22.845 desde la primera y de esas misas, por mi madre, que falleció hace 20 años, he dicho 766.

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