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ANTONIO J. ARMERO
Lunes, 16 de marzo 2009, 10:07
EL 30 DE SEPTIEMBRE DE 1984, el Consejo de Ministros tomó una decisión de la que se vuelve a hablar ahora. Durante los últimos años, aquel acuerdo ha estado presente en determinados foros, sobre todo en la zona norte de la provincia. Nunca se perdió la pista al asunto, pero ahora ha vuelto a renacer el debate. Aquel día, el gobierno socialista de Felipe González aprobó el cierre de la línea ferroviaria Plasencia-Astorga, que se hizo efectivo en enero de 1985. El motivo principal para explicar la desaparición fue la falta de rentabilidad económica. Ese tren no tenía los viajeros suficientes como para mantenerse, fue el argumento. Los entusiastas de este medio de transporte, que son legión, no han olvidado esa ruta, y en más de una ocasión han denunciado año tras año el olvido en el que han quedado esas traviesas. Ahora, esa bandera la enarbolan también otros. Al margen de los partidos políticos, han aparecido en escena las cámaras de comercio. Las de Cáceres, Astorga, Béjar, Zamora, Salamanca y León se reunieron el 12 de febrero para unir esfuerzos en la lucha por ver de nuevo circulando a ese ferrocarril. Quieren que reabra la línea de Plasencia a Astorga, pero consideran que eso sería sólo un primer paso dentro de una aspiración más ambiciosa: un tren moderno que comunique Gijón con Algeciras. «La viabilidad de esa línea pasa porque sea veloz y eficaz», apunta Jorge Prieto, secretario general de la Cámara de Comercio de Cáceres. Él es la persona que ha representado a la institución provincial en las reuniones con las otras cinco, y uno de los que se volverá a sentar a la mesa para debatir el asunto en el mes de abril. Una cita histórica Para esa fecha se está preparando una nueva reunión, esta vez más numerosa. Si todo va bien, se citarán una treintena de representantes. Porque la idea es rescatar una figura que no ha desaparecido, pero que apenas tiene actividad: la Conferencia de Cámaras de Comercio de la Ruta de la Plata. Ese encuentro previsto para abril tendrá cierto carácter histórico, pues hace años que sus miembros no se reúnen. «Es una agrupación que no ha muerto, aunque apenas ha tenido actividad en los últimos años -cuenta Jorge Prieto-. Nació para reivindicar la autovía y el ferrocarril para la Ruta de la Plata, y una vez conseguida la carretera, se diluyó lo del tren». A su rescate han acudido las seis instituciones involucradas en el trazado Plasencia-Astorga, las que lideran el proyecto que quiere resucitar al tren Ruta de la Plata. «Cuando desapareció tenía máquinas viejas, y ahora sólo tendría sentido con máquinas modernas», apunta el secretario general cacereño. Todas sus aspiraciones pasan por contar con el apoyo de las instituciones. En su día se dirigieron al Gobierno central, que les dijo que todo dependía de la voluntad de las comunidades autónomas. En el caso de Extremadura, la respuesta de la Junta ha sido que estaría dispuesta a cofinanciar con el Estado los 48 kilómetros que discurren por su territorio (los que van de Plasencia a Baños de Montemayor), algo que no gusta al PP regional, que considera que es un proyecto que compete al Gobierno central. En cuanto a Izquierda Unida, la asamblea local de Cáceres ya se pronunció a favor en noviembre del año 2005. Sin embargo, la mayor parte del pastel está en manos de Castilla y León, pues 282 de los 330 kilómetros que separan Plasencia y Astorga están en su territorio. En este sentido, las seis cámaras que están a la cabeza de esta iniciativa han pedido una entrevista con el consejero de Fomento, para conocer cuál es la postura de la comunidad autónoma. También quieren trasladar su proyecto al delegado del Gobierno en esa región y a Magdalena Álvarez, la ministra de Fomento. El pasado mes de noviembre, la Diputación de León aprobó por unanimidad de los distintos grupos políticos representados un acuerdo que urge a las administraciones a acelerar la puesta en servicio del desaparecido ferrocarril. Jorge Prieto tiene claro que un tren desde Gijón hasta Algeciras tendría múltiples beneficios. «Sería una vía de comunicación muy buena porque uniría Europa con las plataformas que se están construyendo en el norte de Marruecos». «Ninguna industria ni ninguna factoría se instala en un sitio que no está bien comunicado -añade-, y si es moderno, veloz y eficaz, el tren es un medio de transporte más barato que la carretera».
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