

Secciones
Servicios
Destacamos
NATALIA REIGADAS
Sábado, 21 de marzo 2009, 12:01
Cuando se emociona recordando los momentos más emotivos de una vida llena de aventuras, sus enormes ojos oscuros brillan pero mantiene la compostura, no llora y sonríe. Bromea y saca la gracia que la hizo famosa con sólo 16 años cuando Otilia Pulgarín, nacida en la calle Felipe Checa de Badajoz con ocho hermanos y un padre minero, se convirtió en Rosa Morena y conquistó América. Rosa Morena fue la primera artista hispana en recibir el premio de la prensa en Nueva York, actuó junto a Sinatra y Dean Martin, en los 70 era la número uno en España y daba giras internacionales con 'Échale guindas al pavo'. Sin embargo, hoy, en Badajoz, es sólo Otilia Pulgarín, una señora con mirada de niña que se emociona al recordar sus juegos infantiles en el parque de Castelar y se siente orgullosa de una tierra que ha paseado por medio mundo. Ha superado un cáncer y ahora da clases de canto para recuperar la voz tras perder un pulmón. Otilia no se rinde, quiere volver a cantar. -Empezó a cantar con sólo seis años en Radio Extremadura y con nueve estrenó el espectáculo 'Los Dardos Extremeños'... -Antes de hacer ese espectáculo yo ya me había llevado todos los premios de Badajoz. El primero me lo dieron en la terraza del López de Ayala, a los seis años. Ese ya era mi teatro, es mi casa, esa terraza tiene todas mis ilusiones. Me acuerdo de Ernesto Cerezo, que era el director de la orquesta, y que me cogió en brazos cuando gané porque todo el mundo se echó hacia mi para felicitarme. Yo tenía miedo de perder el premio, que era un sobre con 5.000 pesetas que era una fortuna en aquel entonces y él me lo guardó. Es una anécdota, pero ahí se fraguó mi canoa, en el López de Ayala, esa noche, ese premio. A partir de ahí me llamaron los pueblos para actuar y entonces se hizo 'Los nardos extremeños'. -Con sólo 12 años llega a Madrid, ¿cómo fue? -Me voy a Madrid porque José Luis Pécker y Bobby Deglané llamaron a la radio diciendo «hay una niña ahí, Julián me he enterado de que hay una niña ahí que canta flamenco». Y yo llego a la radio en Madrid muy delgadita, con mucho pelo, mi trenza atrás, mi flequillo y de pronto, chiquilla, entra Lola Flores, ay, lo que me entró, me faltó poco para arrodillarme. Entonces le dicen «esta es la niña Otilia» y dice ella (Rosa Morena imita, y muy bien, a Lola Flores) «¿Esta es la niña que me habéis dicho que va a cantar esta noche con nosotros que no se puede aguantar de verla, que esta niña que es de Badajoz me han dicho ¿no?». Era muy buena persona. Yo dije «sí, soy yo». Cuando actué pensé que no me iba salir la voz porque después de mi iba Concha Piquer pero lo hice, canté 24 cascabeles de Antonio Molina y el auditorio se puso en pie. -¿Cuándo empezó a ser Rosa Morena? -Tuve que dejar a la niña Otilia Pulgarín y ser la mujer Rosa Morena. La niña la guardé yo aquí, en Badajoz y me colgué en el cuello una mujer. Desde niña era madura, antes era una madura niña y ahora soy una niña madura, ya la niña la he dejado salir y ahora soy otra vez Otilia Pulgarín, y aquí en mi tierra recordando por ejemplo, el parque de Castelar. Es que eso es mi infancia, eso era lo que yo guardé y vuelvo a tenerlo otra vez. Aquí ha resurgido otra vez, vuelvo a ser la niña Otilia Pulgarín. -Con 16 años, todavía una niña, pero se va a América... -La Bomba Española me dijeron cuando llegué a Buenos Aires, la Bomba Española ha llegado. Y yo, era todavía una catetilla, que cuando yo me bajé del avión me decían «saluda a la gente» y yo me iba a darle dos besos y me decían «no, con la mano mejor» Esa espontaneidad, esa niña tan humilde, esa niña con ese corazón volador, cautivó a la gente. -¿Y cómo fue llegar a EEUU? -Recuerdo mucho el concierto de Nueva York,una gala para recaudar dinero, donde yo cantaba cosas que todavía no eran mías pero canté 'Badajoz la tierra mía' que se paseó por toda América, era la única mía. Para mi fue muy importante, porque ahí estaba Judy Gardland, Frank Sinatra, Dean Martin, estaba todos los cantantes grandes americanos. -¿La acogieron bien al volver a España? -Muy bien. Entonces es cuando vienen ya los productores y me contratan para las películas que hice de protagonista. Eso fue en el 68, en el 70 vino 'Échale guindas al pavo' y en el 71 el premio de Pueblo, que era el oscar nuestro de antes. -Cuando la entrevistaban siempre insistía en que usted era extremeña, no andaluza... -(Se ríe) Me daba mucha rabia. Parecía que si cantabas copla con una bata de cola tenías que ser andaluza. Pues no, había una extremeña, una pacense que lo hacía igual, por no decir mejor. -¿Se siente querida? -Me siento muy querida por el pueblo, en la calle la gente me saluda, adiós Otilia, Oti, Oti, Pulgarín... -¿Le duele que le falte la medalla de Extremadura? -¿Cómo no me va a doler? Me duele, por ejemplo, que la tenga esa muchachita, Soraya, a la cual admiro muchísimo pero canta en inglés. Yo que llevo toda una trayectoria artística y la calle en Badajoz me la ha tenido que pedir el pueblo. -Ha superado una enfermedad muy dura, ¿qué le dio fuerzas? -Mi Virgen de la Soledad, claro y con muchas ganas de vivir. Aconsejo a la gente que no tire la toalla nunca. -¿Qué proyectos de futuro tiene? -Me gustaría descubrir talentos en esta tierra, en Extremadura se hace el mejor flamenco y hay que ayudar al que tiene arte. Además, gracias al maestro de canto Manuel Abendaño voy recuperando mi voz y me gustaría hacer algo que nunca pude, sacar un disco de flamenco.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.