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C. M. C.
Miércoles, 1 de abril 2009, 13:19
José María Panadero (Cáceres, 1977) llega a la cita en El Corral de las Cigüeñas, en la parte antigua, caminando con aparente normalidad, pero un gesto de dolor al sentarse revela que algo no va bien en su rodilla derecha, una lesión que le ha obligado a pactar con el Cáceres 2016 la baja para el resto de la temporada, y que puede incluso poner fin a su ilustre carrera como jugador de baloncesto. -¿Qué tal la rodilla? -Me duele, me duele bastante. -¿Sigue sin querer operarse? -No, eso ha sido un error, un malentendido. He ido a seis médicos diferentes y ninguno me recomienda la operación. -Entonces, explique desde el principio lo que ha pasado. -Empezó después del partido en La Palma, donde jugué 30 minutos. Antes de eso me molestaba un poco porque el año pasado tuve un cuadro parecido, pero sin dolor. Al regresar de La Palma entrenamos el domingo, el mismo día que llegó Wayne Simien, por cierto. Habíamos perdido el partido e hicimos un trabajo fuerte. El lunes me dolía tanto la rodilla que no podía ni calentar. Pensamos que era una sobrecarga por haber jugado 30 minutos, y después el viaje y un entrenamiento, así que decidimos que debía reposar un poco. Esa misma semana fui padre, y entre unas cosas y otras apenas entrené, pero el partido en casa contra Illescas lo jugué ya con muchos dolores. A partir de ahí vimos que el dolor no remitía. Fuimos a diversos médicos tanto de la mutua, como del club, como uno privado personal que está en Valencia. Todos coincidían en lo mismo: que no era una sobrecarga, sino un edema óseo producido por un desgaste del cartílago. Desde el primer momento todos me recetaron reposo y descartaron una operación. -¿Pero qué ha producido esa lesión del cartílago? -Es una lesión degenerativa que me llega después de 15 años jugando al baloncesto. El cartílago se degenera, los huesos rozan entre ellos y se produce el edema. No es como otros dolores. Todos los profesionales tenemos que aprender a jugar con dolor. El problema de esto es que no es sólo dolor, sino que me crea una impotencia funcional. No puedo apoyar la pierna ni sentarme con normalidad, así que imagina saltar o correr en una cancha. Estuve tres meses parado, y después de volver de las Navidades, después de que me habían pinchado ácido hialurónico, me habían puesto factores de crecimiento, me habían hecho de todo , tres meses se fueron a la porra en una semana, porque entrené y volvieron los dolores. Hablé entonces con Piti. Le dije: «Mira, no puedo más». Pero era un momento complicado. Se estaba planteando el corte de Mike English, no había llegado Mantas [Ruikis] y Dan Cage no había empezado a rendir al nivel de ahora. Me pidieron que hiciera un esfuerzo y aguantara, y he estado aguantando hasta que me ha sido imposible seguir. -¿Cree que ese esfuerzo extra le ha podido perjudicar? -No. Si no lo hubiera hecho y hubiera estado parado otros dos meses, en cuanto hubiera vuelto a entrenar estaría otra vez igual. -¿Cuál es el tratamiento? -Pues no lo sabemos. -Pero no será usted el primer deportista que sufre esa lesión. -Al ser degenerativo, el tratamiento es complicado. Ahora voy a empezar uno nuevo con un médico de la mutua en Huelva. Reposo absoluto durante mucho tiempo, y veremos si da resultado. Efectivamente, conozco a otros dos jugadores que tuvieron un lesión degenerativa de cartílago, y los dos tuvieron que dejar de jugar al baloncesto. El médico me ha dicho que primero va a intentar recuperarme para jugador de baloncesto, y si no puede ser, por lo menos intentar recuperarme para mi vida normal. -Menudo golpe psicológico. -Pues sí, sobre todo después de cinco meses sufriendo y queriendo jugar. Si no hubiera tenido esto estoy convencido de que hubiera podido jugar mucho este año, como estaba haciendo, y además jugar varios años más. Tengo 32 años, no 40, y esperaba poder jugar en el equipo de mi ciudad al menos tres temporadas más, siendo capitán y disfrutando del baloncesto. Ójala hubiera sido una rotura de ligamentos y me hubieran dicho: «seis meses sin jugar», porque sabes que te recuperas y luego sigues con tu profesión. Yo tengo la incógnita de si el año que viene voy a poder jugar, de pensar que si no me he recuperado en seis meses, cómo voy a recuperarme ahora en tres, y después, lógicamente, ¿quién va a querer que juegues con ellos? -De momento sigue siendo jugador del Cáceres. ¿Ha pedido entrar en la estructura del club? -Ahora mismo estoy de baja, como cualquier otro trabajador, y es la mutua la que me cubre. Tengo contrato hasta el 30 de mayo, y a partir de ahí el club ha hecho un comunicado conjunto conmigo en el que anuncia que no está en sus planes incorporarme a la estructura en otro puesto. Si después me he recuperado, pues podré seguir jugando, y si no, pues me convertiré en un parado más. Yo estaba dispuesto a entrar en la estructura del club, pero en este momento ellos consideran que no es necesario y yo lo respeto. Quisiera que esto quedara muy claro, que a mí me encantaría trabajar dentro, pero entiendo y respeto que ahora no cuenten conmigo si piensan que es lo mejor para el club. -¿Ahora mismo, donde se ve al inicio de la próxima temporada? -(Largo silencio) No lo sé , ojalá jugando. ¿Dónde? Pues donde pueda, porque eso significaría que mi rodilla está mejor y que soy de nuevo feliz jugando. Ahora, si mi rodilla dice que no, pues estaré colaborando a que la lista del paro llegue a los cuatro millones. -¿Ha empezado ya a mentalizarse en serio de que es posible que no pueda volver a jugar? -Sí, ya sí. Hace tres meses no, pero ahora ya me lo empiezo a plantear en serio. Espero que no ocurra, pero si no puedo jugar al baloncesto, pues tendré que buscarme la vida como todo el mundo. Ni soy tonto, ni manco, ni cojo. Bueno, cojo para jugar al baloncesto sí, pero no para hacer otras muchas cosas, y creo que puedo desempeñar muchas labores dentro de la sociedad. Me encantaría que fuera dentro del mundo del baloncesto, donde tengo muchos contactos, y espero que eso algún día me pueda ayudar para que alguien cuente conmigo. Me gusta trabajar en el deporte, especialmente con niños, y por eso estudié Magisterio por la rama de Educación Física. Pero insisto en que de momento para mí esa es una segunda opción. -Usted tenía mucha ilusión puesta en esta temporada, ¿verdad?. -Pues sí, tanto que cuando renové me ofrecí para dos temporadas. Tenía tanta ilusión que me preparé a tope durante el verano por mi cuenta, trabajando muy fuerte, lo cual quizás fue un pequeño error porque ya no tengo 20 años, pero quería demostrar a la gente que estaba preparado para jugar en LEB Oro. -¿Sigue asistiendo a los entrenamientos y ejerciendo como capitán? -Sí, sigo yendo, aunque lo de capitán prefiero dejarselo ya del todo a Juan [Sanguino], porque desde fuera es difícil que las cosas que dices tengan el mismo efecto. Pero sigue siendo mi equipo y mi club, y quiero ayudar en lo que pueda, aunque sea sólo para traducir. El jugador más querido -¿Ha sentido estos meses el cariño de la afición cacereña? -Mucho, y por un lado me siento agradecido y feliz, pero por otro me da pena. Salir a un partido después de tres meses y que la gente me aclame y grite mi nombre, y después no poder responder como es debido, pues me hace venirme abajo, la verdad. -¿No hay demasiadas lesiones de rodilla en este equipo? -A ver, está la mía, la de Adrian [Moss] y la de Wayne [Simien]. Bueno, hay que tener en cuenta que los jugadores de baloncesto somos gente pesada y castigamos mucho las rodillas. Además, aunque yo no soy médico, creo que en los tres casos son problemas que tienen su origen tiempo atrás. La mía viene por acumulación, la de Adrian por acumulación y por la mala suerte de que encima se la tuerce en el partido de Vic, y en el caso de Wayne, si no tuviera la lesión de rodilla que tiene estaría jugando en un equipo de la NBA, porque rebosa calidad. No creo que sea porque se esté haciendo nada mal. -Hablando de Simien, ¿entiende que el club le haya dado un permiso indefinido para estar con su hermano? -Sí. Él nos dijo al irse que su compromiso con el equipo era alto, pero con su familia era mayor. Yo en su situación haría lo mismo, y si el club no me diera permiso rescindiría mi contrato. -¿Cree que con otro jugador el club habría actuado igual? -Sin ningún tipo de duda.
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