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C.N.N.
Sábado, 25 de abril 2009, 12:43
Ana Hernández del Amo es nueva en la ciudad a pesar de haber nacido aquí hace 31 años. Ha vivido en Cuacos de Yuste, en Sevilla, en Barcelona y en Roma, becada por la Academia de España. Estación final o apeadero de paso, Cáceres se convierte ahora en su última parada, en donde ejerce como profesora universitaria y continúa su carrera como pintora. Hasta el 30 de abril expone 'Todo no' en la galería Punto Rojo (calle Abilio Rosillo, Madrila Baja). Es un conjunto de 15 obras en la que explora en la abstracción y en el color. También ha podido verse obra suya en el Palacio de Moctezuma, dentro de la colectiva 'La luce venuta da Roma'.
-¿Qué es 'Todo no'?
-La exposición iba a llamarse 'Todo no porque no cabe', pero al final decidí dejarlo en 'Todo no' y que la gente reflexione. En principio 'Todo no' se refiere a todo lo que no puedes plasmar en un lienzo. Siempre hay una elección, por un lado en lo que se refiere a la síntesis del pensamiento que quieres expresar y por otro en cuanto al espacio. 'Todo no' es también porque en la vida todo no puede ser, hay que elegir, y no es algo negativo.
-¿Siempre tiene una sensación de renuncia cuando pinta?
-Siempre hay un condicionamiento técnico, dependes de lo que la técnica te permite. Cuando estás creciendo en el mundo del arte rechazas unos diálogos pero porque te interesan otros.
-¿En qué momento surgen estas obras?
-Son del 2008 y del 2009. Las he pintado en Cáceres, pero no sé si el contexto tiene algo que ver. La geometría siempre ha sido algo del inconsciente. He intentado dialogar con el formato. Son estructuras que se están construyendo pero que se deconstruyen, y siempre tienen ese punto frágil, no son muy sólidas.
Historia personal
-¿Ha inaugurado una nueva era artística desde que vive en Cáceres?
-Todo es un proceso. Está claro que el contexto hace, pero me afectan más las sensaciones que esté viviendo en el contexto que me rodea, como la luminosidad de un espacio, que mi propia historia personal.
-¿Cómo ha caído en la ciudad? ¿Qué le parece el tejido artístico de Cáceres?
-Hay muchas diferencias con Barcelona, en dónde todo fluye de una manera súper rápida. Allí la gente está acostumbrada a una estética artística porque les rodea más en el día a día, desde el papel de publicidad que les dan en el metro hasta el sitio al que van a comer. Hay una cercanía superior a lo contemporáneo. Es una estética mucho más europea.
-Se dice que Madrid no es tan vanguardista...
-Es más castellano, pero es donde se mueve el mercado del arte. En Barcelona lo que hay es una cultura muy artística ente la gente.
-En todo caso, en todos los sitios se puede crear...
-Sí, y trabajar es lo que más cuesta. Lo que echo mas de menos son mis amigos artistas, porque nos ayudábamos unos a otros en los proyectos, había un pique sano que me gustaba. Aquí no hay una competencia tan directa, aunque en el tiempo que llevo ha habido gente que me ha sorprendido. Me gusta Cáceres, el campo está al lado, irte a la montaña es un subidón.
-¿Dónde le gustaría ver colgado un cuadro suyo?
-En el hall de un hotel súper bonito, dónde se pueda apreciar, en un espacio amplio. O en un museo, dónde lo vea mucha gente.
-Vender una obra debe ser algo que va más allá de lo económico.
-Es gratificante, porque significa que alguien te entiende y que ha gustado tu obra.
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