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J. L. A.
Jueves, 14 de mayo 2009, 19:57
La principal medida fiscal anunciada por el presidente del Gobierno en el Debate sobre el estado de la Nación perjudicará a 47.000 extremeños. Son quienes, con rentas anuales superiores a 24.000 euros, no podrán deducirse en sus declaraciones de IRPF la compra de una vivienda, salvo que la adquieran antes de enero de 2011. A partir de entonces, comprar una casa será para este nutrido grupo de contribuyentes un gasto neto, exento de cualquier tipo de ayuda.
La cifra, facilitada por fuentes oficiales y aportadas desde el sindicato Gestha de técnicos de Hacienda, representa un diez por ciento de los declarantes de la región. En Extremadura hay otras 36.000 personas con ingresos superiories a los 24.000 euros que ya se desgravan un 15% de sus hipotecas, hasta 9.000 euros anuales. En total, hay 434.591 declarantes.
Los que estén por debajo del techo de 24.000 euros, 350.000, van a mantener el beneficio fiscal, que sin embargo será menor que el actual salvo que los ingresos no lleguen a 17.000 euros.
Es decir, en la declaración de IRPF que se haga en el año 2012, y que se refiere al ejercicio fiscal 2011, se limita la desgravación dejando fuera a las rentas más altas, y además en las bajas será progresiva; máximas (iguales que las que hay hoy día) para los contribuyentes que ganen 17.000 euros o menos, y a partir de ahí se va recortando poco a poco hasta los 24.000. Tras ese umbral, la bonificación en el impuesto será cero.
No es retroactivo
Quedan fuera de 'peligro' los contribuyentes con hipotecas firmadas antes de enero de 2011, que mantendrán el descuento del que estén disfrutando aunque superen los 24.000 euros.
La medida anunciada por Rodríguez Zapatero afecta a cada contribuyente de forma individual; el que supere los 24.000 euros se queda sin desgravación aunque se trate de una vivienda que otorga beneficios fiscales a dos cónyuges.
El caso más común es el de una pareja casada con régimen de gananciales, que contrae una hipoteca para comprar un piso y se apuntan beneficios fiscales en su declaración de la renta.
A partir de 2011, ambos podrán desgravarse si cada uno de ellos percibe ingresos iguales o inferiores a 24.000 euros; el que sobrepase el límite no podrá hacerlo, y el que no lo supere se desgrava pero sólo en la mitad del coste de la hipoteca si es sociedad de gananciales, que es lo más común.
Esto va a producir un efecto «perverso» e «injusto» que ahora no se produce, protesta José María Mollinedo, secretario general de la asociación de técnicos de Hacienda.
Puede darse el caso de una pareja en la que cada uno gane 17.000 euros, sume por tanto 34.000, y sí se pueda bonificar en el IRPF, frente a otra en que sólo uno de los dos tenga ingresos y sean, por ejemplo, de 25.000 euros anuales.
Esta última familia no tendría descuento final alguno mientras que la otra, ganando más, sí lo disfrutaría. «Es el problema de hacer el corte por cifra de ganancias».
En su opinión, la medida «castiga» a las clases medias, gran grupo en el que incluye a todas las personas con rentas de hasta 60.000 euros y que son el 85 por ciento de los declarantes en España y un 98% en Extremadura.
Cada año la desgravación por vivienda le cuesta a Hacienda 6.300 millones de euros, y si lo que se quiere hacer recortándola es que la misma no se traslade al precio de los pisos (los promotores subirían los precios conocedores de esa desgravación), «lo mejor es dedicar ese dinero directamente a la vivienda en promoción pública general, social o de alquiler».
Animar la venta
La medida anunciada por el Gobierno tiene un doble objetivo: animar ahora la venta de pisos avisando del recorte fiscal en 2011 y fomentar el alquiler trasladando a éste parte de las bonificaciones en impuestos que ahora se dan a la compra. En España son más de 750.000 las viviendas terminadas y sin vender. En Extremadura la cifra se estima en 7.500.
Las tres asociaciones de promotores consultadas por este diario, Apdecoba (Badajoz), Fecons (Cáceres) y Pymecon (Plasencia), critican este nuevo rumbo porque creen que no animará el mercado y además dentro de dos años las consecuencias serán peores al dejar fuera de la deducción tributaria a buen número de posibles compradores.
Dar un plazo a los interesados, si no quieren ver reducidos sus beneficios fiscales futuros, no sirve de nada mientras se mantengan las dificultades actuales de conseguir una hipoteca en bancos y cajas de ahorro.
Sí le valdrá a los bancos con existencias de viviendas propias, que financiarán ellos mismos para quitarse de encima el 'stock' ya construido, «pero no a los promotores privados que necesitan sacar las suyas y empezar a construir otras nuevas que es lo que realmente crea empleo», lamenta Teresa Bardají, gerente de Apdecoba.
Las clases medias
«No sé si ha medido las consecuencias, la idea no parece brillante», secunda el gerente de Fecons, Víctor Valiente, refiriéndose a la propuesta del presidente del Gobierno. Duda de que en estos dos años, hasta el 2011, cambie el panorama financiero, con lo cual las clases medias y bajas, que son las que en estos momentos más problemas tienen para conseguir una hipoteca, puedan comprar un piso, «por lo que los únicos que van a aprovechar este período transitorio van a ser las familias más pudientes, que no tienen problemas de garantía bancaria».
A partir de 2011 tiene claro que la clase media en general, la que supera por poco los 24.000 euros de sueldo, va a quedar castigada y «desmotivada» para adquirir casa.
José María Mollinedo, secretario general de la asociación de ténicos de Hacienda, cree que en principio el anuncio de Zapatero tendrá algún efecto dentro de unos meses, «pero no va a eliminar el 'stock' actual, que es muy alto».
Eliminar la deducción tributaria va a ser contraproducente por las mismas razones ya citadas, tercia desde el sector de la construcción José Luis Iglesias, gerente de la asociación placentina Pymecon, confiado en que finalmente el anuncio no se lleve a cabo. Las clases medias en general van a ser las grandes perjudicadas, añade Iglesias.
Resta un 15 por ciento
Actualmente, los declarantes en IRPF se desgravan un 15 por ciento por los pagos (amortización e intereses) hechos en la compra de su vivienda habitual, pagos que tienen un límite anual de 9.000 euros. Esa ventaja en el futuro quedaría en exclusiva para quienes perciban ingresos no superiores a 17.000 euros.
La desgravación por vivienda, sumada a las retenciones mensuales en las nóminas de los empleados por cuenta ajena, son la base de la mayoría de las devoluciones que practica Hacienda.
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