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LUIS EXPÓSITO
Sábado, 30 de mayo 2009, 11:19
Era de sentido común, aunque aún no se había demostrado de forma pública. La economía extremeña ya está en recesión técnica, una situación en la que también se encuentran el conjunto del país y la mayoría de las economías occidentales.
Los datos estadísticos que ofrece la Junta permiten conocer la evolución regional de forma separada de la nacional, aunque es evidente que sus destinos están unidos. Extremadura ha aguantado mejor el tipo gracias al mayor peso relativo que los servicios públicos tienen en comparación con el resto del país, pero al final la dinámica estaba tan clara que también estamos en recesión. O mejor dicho, lo estábamos desde que comenzó el año.
En teoría económica, la recesión es la situación en la que entra un sistema cuando acumula dos trimestres con decrecimiento de su Producto Interior Bruto en clave intertrimestral. Es decir, de un trimestre con relación al anterior. Extremadura retrocedió una décima de julio a septiembre y un punto porcentual desde entonces hasta diciembre. En el arranque de este año la caída sigue: el PIB descendió el 0,6% entre enero y marzo. Por tanto, tres trimestres seguidos en números rojos.
Estos últimos datos corrigen a la baja los provisionales que se hicieron públicos en enero y que hablaban prácticamente de 'crecimiento cero' desde marzo hasta septiembre. Este ligero ajuste adelanta la recesión, de forma que Extremadura lo hizo al mismo tiempo que España, en el cierre de 2008.
Sin embargo, esto no cambia la impresión de que Extremadura está soportando mejor la crisis, por lo menos en lo que se refiere a las grandes cifras macroeconómicas.
Tomando los datos con referencia interanual (el primer trimestre del año con respecto al mismo periodo del año anterior), el PIB extremeño cae la mitad que la media española: el 1,4% frente al 3% nacional.
Deterioro
El último Informe Regional de Coyuntura Económica hace hincapié en que, desde el punto de vista de la oferta, «el deterioro de la actividad ha afectado a las principales ramas productivas, en especial a los sectores de la construcción y de la industria. También los números en los servicios muestran signos de debilitamiento».
Julián Ramajo, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Extremadura, estima que los datos apenas aportan novedades en el sentido de que se confirma que «tanto la economía nacional como la regional siguen cayendo». La industria (-8,8%) releva a la construcción (-7,6%) como sector más afectado en el epicentro de la crisis.
Sin embargo, «todas las agrupaciones de ramas de actividad presentan un mejor comportamiento interanual que a nivel nacional». Especialmente llamativo son los servicios de mercado, que aquí crecieron mientras que en toda España retrocidieron casi dos puntos.
Esta circunstancia lleva al Servicio de Planificación Estadística dependiente de la Consejería de Economía a decir que «nuestra región está resistiendo mejor la crisis económica».
«Esto es algo que atestiguan indicadores como el Índice de Producción Industrial, el Índice de Comercio al por Menor, el Índice de Actividad del Sector Servicios o los datos de Licitaciones y Presupuestos de Obras Iniciadas», se añade.
«Más que la evolución de la industria o la construcción, creo que lo más llamativo es que los servicios están aguantando mejor en la región», abunda Ramajo.
La única excepción, y además llamativa, está en los servicios de no mercado, que aunque crecen un 2,2% interanual, permanecen por debajo del total nacional. Esta rama de actividad, de curioso nombre, agrupa a los servicios que se gestionan y se facturan desde las Administraciones Públicas y las instituciones no lucrativas.
Por regla general, los teóricos siempre se refieren en este apartado a la educación, la sanidad o la atención a la dependencia. Al no haber beneficio empresarial, estos sectores hacen crecer el PIB a partir del aumento del salario de sus trabajadores.
Cambio de tendencia
Los servicios de no mercado han sido los causantes de que Extremadura haya soportado mejor la crisis hasta ahora. La causa es evidente, su peso relativo es considerablemente mayor. Representa el 24,3% del Valor Añadido Bruto (VAB) regional, 10 puntos más que el porcentaje de la media española (14,7%).
Ramajo suele referirse a esta circunstancia como un «colchón» que la región tiene, tanto en términos de crecimiento como de empleo. «Es por este colchón por lo que estamos cayendo la mitad que la media nacional», incide.
Por eso, es especialmente interesante que Extremadura crezca menos en ese apartado y su comportamiento sea menos negativo en el resto de ramas de actividad.
Ramajo desearía tener más detalles para poder saber la causa de esta circunstancia, pero intuye que puede ser debido a que la licitación en obra pública puede ser más elevada a nivel nacional que en la región.
Según el informe, «el mejor comportamiento de Extremadura a lo largo del primer trimestre del año tiene su reflejo también en el sector exterior, en el que las exportaciones extremeñas apenas han caído el 0,6% frente a los importantes descensos, superiores al 20%, en las exportaciones de la Unión Europea y España».
Todos estos números vienen a indicar que Extremadura se suma a una situación en la que España se encuentra desde finales del año pasado. Antes ya entró el conjunto de la Eurozona, los 15 países que usan el euro. Por países, también forman parte de ese club Alemania, Irlanda, Italia y Portugal, por poner algunos ejemplos.
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