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TANIA AGÚNDEZ
Jueves, 4 de junio 2009, 10:20
Saber que vuelven a tenerla cerca. Eso es lo más importante para los padres de Joanna y es lo que les hace felices. La pequeña no se separa de su madre. Revolotea constantemente a su alrededor y no para de darle abrazos. Será porque desde que le diagnosticaron una leucemia aguda no se ha separado ni un minuto de ella. «Aquel momento cambió nuestra vida por completo», dice su madre, María Ángeles Lozano.
Joanna, que tiene cinco años, vuelve a la normalidad tras el trasplante de médula ósea que le fue practicado en octubre del año pasado. Sus padres la describen como una niña fuerte y valiente, algo que siempre les ha sabido transmitir a ellos. «Es una niña que nunca se ha derrumbado y eso nos ha dado más fuerza a nosotros. Cuando le hicieron el trasplante le preguntamos al médico si había funcionado realmente, porque a los pocos días estaba montándose en una bicicleta estática».
Ser positiva
María Ángeles reconoce que ver cómo se recupera le da mucho ánimo y le ha hecho cambiar de actitud. «Antes era mucho más negativa. Lo primero que se me vino a la cabeza cuando me comunicaron que mi hija estaba enferma es que la iba a perder. Duele mucho ver mal a una hija. Pero ahora soy muy positiva, porque sé que ha salido adelante y que todo es posible. Lo que más me gusta es tenerla a mi lado, verla feliz y que esté en casa con sus hermanos». Aunque reconoce que la sombra del miedo siempre va a estar presente de alguna forma en sus vidas. «Todavía está tomando medicamentos, y cada mes tenemos que ir a Madrid a que le vea el médico. Lo más duro ahora son los momentos en los que estamos esperando los resultados de las pruebas. Por eso intento vivir el día a día. Voy a aprovechar cada momento con mi hija, pasar más tiempo con ella. Ahora valoro mucho más la vida».
El hecho de que sea más optimista se debe en buena medida a ver de cerca otros niños que, como Joanna, han pasado o están pasando por la misma situación. La pequeña ha tenido la oportunidad de conocer a Miguel, un niño al que le diagnosticaron la enfermedad cuando tan sólo tenía 7 meses de vida y al que operaron 6 meses más tarde. Actualmente Miguel tiene 6 años y es un niño fuerte y alegre que sirve de ejemplo para muchas familias que están pasando lo mismo que ellos. Conocer el caso de Miguel ha ayudado mucho a Joanna y toda su familia. «Te dices a tí misma que si ha salido él adelante, mi hija también puede salir», comenta María Ángeles.
Carla Martín, la madre de este pequeño, coincide con la de Joanna en que estos casos pueden servir de mucho para promover la donación de médula ósea, ya que es una manera de que la sociedad sepa que los trasplantes salvan muchas vidas. «Yo les diría a todas las familias que están pasando por esta situación que sean fuertes, que no pierdan la esperanza», afirma Carla.
Ahora Joanna sonríe de nuevo, corre, juega en el parque y se pelea con sus hermanas. La pequeña ha vuelto a la vida.
Más información
Para hacerse donante: Llamar al teléfono 924 271 646' o mandar un mail a admo@bme.es.
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