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J. J. GONZÁLEZ
Miércoles, 17 de junio 2009, 11:11
El mal olor procedente de una depuradora de aguas fecales que no depura; la estampa ruinosa de un antiguo matadero medio derribado para hacer un centro de ocio que no se hace, y al fondo, en el cerro de los Pinos, un vertedero de escombros saturado que sigue sin dar paso a la restauración del paisaje prometida. Son los elementos visuales y olfativos con los que se encuentra el viajero al entrar a Cáceres por la carretera de Malpartida, que es el principal acceso a la ciudad Patrimonio de la Humanidad y aspirante a capital cultural europea.
Son deficiencias que han llevado a una organización ecologista, Adenex, a denunciar lo que califica como estado «deplorable» y «lamentable» de la entrada oeste de la ciudad. Lo dice el delegado local de Adenex, Antonio Díaz, quien repara en que algunas de las impresiones que los viajeros se forjan de una cuidad «comienzan a generarse ya desde sus accesos. Cree que la entrada por la carretera de Malpartida ofrece uno de los accesos «más impactante y degradado, un catálogo de lo que no debería ser una gestión municipal».
Adenex hace recuento de lo que ve ese viajero al entrar en la cuidad por la zona oeste: «Antes de llegar al casco urbano no le será difícil sufrir los malos olores provenientes de aguas residuales de una depuradora municipal que no funciona bien». Precisamente esta asociación ecologista ha presentado una denuncia ante al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil a causa de estos malos olores, que se deben al mal funcionamiento de esta instalación, inaugurada en 2003, como informó HOY el lunes, día 15. Esta depuradora resulta insuficiente para tratar la cantidad de agua residual que le llega de las urbanizaciones de la zona oeste, como Cabezarrubia, Castellanos, Vivero, etcétera. Se puede decir que se quedó pequeña nada más abrirse y ahora se ve desbordada, con lo que al final gran parte del agua fecal continúa vertiéndose a campo abierto sin depurar.
El Gobierno municipal actual reconoce que la solución tiene un alto coste ya que habría que hacer otra depuradora más grande y con un sistema de tratamiento más adecuado y fácil de mantener. Para ello está gestionando inversiones de los gobiernos central y regional.
Aparte de esta deplorable impresión olfativa, Adenex señala otros dos impactos negativos, en este caso visuales: las ruinas del antiguo matadero y la ladera del cerro de los Pinos llena de escombros como consecuencia del vertedero de residuos de la construcción que ha acabado colmatado con el paso de los años y sin que se haya repuesto todavía el paisaje, como se había prometido.
Adenex responsabiliza al Ayuntamiento de estos tres impactos negativos. Sobre el antiguo matadero recuerda que los ayuntamientos son responsables de que los solares y edificaciones respeten las debidas exigencias de ornato público. El antiguo matadero comenzó a derribarse en febrero de 2005 al tener previsto la propiedad de la parcela la construcción de un centro de ocio que al cabo de los años no se llegó ni siquiera a iniciar. Como se recordará, los propietarios piden al Ayuntamiento una recalificación urbanística del solar para poder incluir usos comerciales además de ocio.
Cantera
En todo caso las instalaciones siguen a medio derribar. Adenex cree comprensible que los propietarios busquen minimizar gastos, «pero el Ayuntamiento, que tiene competencias para obligar a mantener unos niveles mínimos de calidad estética, debería haber actuado hace tiempo para evitar el paisaje cochambroso, más que ruinoso, que se ha generado».
La organización conservacionista también denuncia el estado «lamentable» que ofrecen los cascotes que se derraman por las laderas del cerro de los Pinos al haberse llenado el hueco que dejó la antigua cantera de Balpia tras su utilización, desde el año 2001, como vertedero controlado de residuos de la construcción. De hecho, desde el año 2006 está previsto utilizar otro emplazamiento para el vertedero y la empresa concesionaria, el grupo Santano, anunció entonces que tiene otro emplazamiento en la carretera de Malpartida, en la finca 'Marrados y Cintados'. Adenex denuncia que allí se han arrojado, además de residuos inertes, otros contaminantes, como pilas y ordenadores.
Además, una vez precintado el vertedero, que todavía sigue funcionando, el Ayuntamiento deberá reponer el paisaje con una gran zona verde.
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