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SERGIO LORENZO
Lunes, 29 de junio 2009, 10:51
«Llevamos cinco años esperando a que el Ayuntamiento decida sobre el Teatro Principal, pero no dice nada, absolutamente nada; y, mientras tanto, el tejado de la zona del escenario corre peligro de caer, y con él el escenario», advierte Andrés Alonso, uno de los cuatro propietarios de lo que queda del teatro más importante del Cáceres en el siglo XIX.
Bajando desde la Plaza Mayor a la zona de San Blas, poco después de pasar por el Palacio de Justicia, pegado a los baños árabes, en el número 7 de la calle Peñas, se encuentra la entrada de lo que queda del Teatro Principal.
Lo que queda
Tras abrir con tres llaves la puerta exterior, el visitante se encuentra con una habitación en la que hay butacas rotas y rollos con películas de cine antiguas. Tras pasar por una habitación a oscuras, llena de escombros, se llega a una amplia estancia llena de luz en la que hay cuatro arcos sostenidos por otras tantas columnas. Todo está en ruinas, con restos de pared, maderas y cristales en el suelo. Falta parte del techo por culpa de un incendio. Hay algunas destartaladas maquinarias que evidencian que aquí hubo una panadería.
Tras los arcos y las columnas se llega a un pequeño patio, sobre el que se han construido varias habitaciones que también están abandonadas. En el patio es fácil imaginar el espacio del teatro: donde están las columnas era la zona de atrás, de los servicios, y frente al patio se encuentra una gran arco que es la embocadura del escenario. Aquí es donde durante más de un siglo y medio se han representado obras de teatro y donde también se proyectaron películas. Sobre lo que fue el escenario, la parte más importante de lo que queda, aún se mantiene en pie el tejado de madera, pero se encuentra en mal estado.
Andrés Alonso comenta que todo lo que está ocurriendo con el Teatro Principal no es nada lógico. «Cuando gobernaba el PP - señala -, el concejal socialista Miguel Hurtado propuso la recuperación del Teatro Principal, y terminó la legislatura diciendo el alcalde Saponi que lo estudiaría. Tras las elecciones gobierna el PSOE, y los propietarios pensábamos que, por coherencia, ya se iba a recuperar, pero no dice si lo quiere o no lo quiere».
Cuando José María Saponi fue alcalde, se mostró de acuerdo en intentar comprar el solar. Alonso indica que el concejal de Izquierda Unida, Santiago Pavón, ha apoyado abiertamente la recuperación total del teatro; y que Foro Ciudadano, tras hacer un informe con un arquitecto, indicó que si el PSOE apoyaba la rehabilitación lo secundaría. La propiedad no entiende como ahora el PSOE no decide, «la alcaldesa ha estado aquí infinidad de veces, ha destacado la buena situación que tiene con respecto a la Plaza Mayor, que va a quedar una plaza preciosa. Ha puesto mucha voluntad, ha traído gente de la Junta de Extremadura, pero nada. Queremos una determinación, que se diga qué se va a hacer, porque el escenario va a terminar cayéndose».
Cada vez más ruinas
Es cierto que mientras los cuatro propietarios esperan, el local está sufriendo daños.
En el año 2004, unos días después de que Miguel Hurtado planteara comprar el inmueble, debido a un gran chaparrón de agua se derrumbó parte de unas bóvedas. En el año 2005 comenzó a ser cobijo de mendigos y de okupas, y a mediados de febrero se produjo un incendio a las dos de la madrugada, parece que por culpa de una hoguera que hicieron gente que dormía en este lugar. En abril de 2005 se produjo un segundo incendio por otra hoguera en el interior, y el Ayuntamiento se encargó de tapiar el muro por el que entraban los okupas, que daba a la plaza de Las Canterías.
Los cuatro propietarios son tres hermanos y un vecino de la calle Peña. Cuatro dueños que parece que ya están cansados de tantas visitas de concejales y alcaldes para seguir igual.
Andrés Alonso indica que ellos se adaptan a los momentos actuales de poca bonanza económica, «comprendemos que la situación económica del Ayuntamiento es un poco delicada, pero se le ha dado la posibilidad de empezar las negociaciones con algo de dinero en efectivo y permutando terrenos, pero siguen sin decir absolutamente nada».
Para él es paradójico, que mientras que en Cáceres no se rehabilita este importante teatro, en otras localidades como Arroyo de la Luz, Mérida, Navalmoral de la Mata o Almendralejo se recuperen espacios escénicos, «y es un teatro que está al lado de la Plaza Mayor y en una ciudad que es candidata a ser Capital Cultural de Europa en el 2016».
Lo que queda del Teatro Principal se ha revalorizado, tras la reciente publicación del libro 'El teatro en Cáceres' de Fernando Jiménez Berrocal y David Narganes Robas. Se recoge en esta interesante obra, que el siglo XIX se convierte en un auténtico siglo de oro para el teatro en Cáceres, gracias a que en el año 1802 se inaugura el Teatro Público, conocido también como el teatro de la calle Peñas, y de Pedrillas, y que a finales del siglo XIX se llamó Principal.
En este libro se indica que durante el siglo XIX fue el teatro de la ciudad, y que aunque a finales de ese siglo estaba viejo y era cobijo de ratones, no se construyó otro nuevo debido a que el dinero y el esfuerzo se invirtió en hacer la Plaza de Toros, que se inauguró el 6 de agosto de 1846.
Berrocal y Narganes indican que en 1886 ya pudo funcionar el Teatro de Variedades que estaba situado muy cerca, en la calle Nidos, en el número 5.
Teatro y cine
Gracias a las 'Ráfagas' de León Leal se puede llegar a tener una idea de cómo era el Teatro Principal a finales del siglo XIX: «Fue aquel teatro, de entrada no muy angosta con grandes puertas de madera (que se abrían hacia fuera, y estaban pintadas al exterior de color encarnado con friso negro), muy apañadito, con salida para su desahogo a un patio en que algunas veces se ponían mesas para refrescar. (...) Tenía un bonito patio de butacas, cercado por una elegante andanada de plateas, otra, análoga, de palcos encima, y unas no estrechas galerías para el gallinero. Era el teatro preferido por las familias de la buena sociedad cacereña, de la que ahora llamamos gente bien, y muy a propósito por sus buenas condiciones acústicas para compañías de versos, dramas, comedias y sainetes, que eran las que solían abrir un abono por 10 ó 15 funciones, a lo sumo, principalmente en épocas de ferias. Allí se representaron también algunas zarzuelas».
El libro 'El teatro en Cáceres' recuerda que en 1914 comenzaron las obras de demolición del Teatro de Variedades en cuyo solar se construyeron escuelas, y que en 1923 el obispo Pedro Segura Sáez adquirió el Teatro Principal, que pasó a ser cine con el nombre de Salón Extremadura. Pocos años después se cerró, y fue derribado parcialmente para construir viviendas y una panadería. Casas y panadería que ya se han convertido en ruinas frente a lo que queda del escenario del viejo teatro.
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