El día de la comarca reúne a centenares de vecinos

Con la presencia de centenares de vecinos y vecinas desplazados desde todas las poblaciones de la comarca, de todos los alcaldes de las diez localidades de la mancomunidad y de la directora general de formación para el empleo de la Junta de Extremadura, se celebró en Monesterio el acto institucional del Día de Tentudía. La banda de música de Monesterio dio la bienvenida oficial a los paisanos de la comarca, a lo que siguió un magnífico espectáculo flamenco a cargo de la academia de baile de Salva Calderón.

Tras el discurso de bienvenida, que corrió a cargo de Antonio Garrote, alcalde de la localidad anfitriona, tomó la palabra el presidente de la mancomunidad, Francisco José Aceitón. Durante su intervención animó a los emprendedores de la comarca «a dar rienda suelta a su imaginación» a la hora de presentar proyectos empresariales ante el inicio de un nuevo programa de desarrollo comarcal, que cuenta con un presupuesto superior a los 7,5 millones de euros, destinado «a fomentar nuevas empresas, y a consolidar las ya existentes, dando prioridad a la creación de empleo».

Fregenal

«Somos más grandes», dijo Francisco José Aceitón, quién afirmó que la entrada de este municipio hace que el número de sus habitantes pase de 22.000 a 27.000. En este mismo sentido se manifestaron tanto el alcalde frexnense, Juan Francisco Ceballos, como la directora general de de formación para el empleo, Gloria Fernández Oyola, para quienes «Fregenal hoy se encuentra en la comarca donde siempre quiso estar».

El momento más emotivo de los actos centrales volvió a coincidir con el reconocimiento a los abuelos de la comarca; Antonia Guareño Cantillo, de 94 años, natural de Monesterio, y Ángel López Paniagua, de 95 años, de Calera de León. Antonio Garrote y José Antonio Méndez, alcaldes de ambas poblaciones, les hicieron entrega de placas conmemorativas y recuerdos de esta celebración. Tras el acto institucional se invitó a todos los ciudadanos de la comarca a productos ibéricos de la tierra, y se cerró la velada con una verbena.