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Realizando una operación en el Instituto Neofacial, una clínica privada de Badajoz. / CASIMIRO MORENO
La sanidad privada deja de ser un gran negocio
REGIONAL

La sanidad privada deja de ser un gran negocio

Sólo tienen éxito las especialidades que no cubre en su totalidad el SES, como Oftalmología, Odontología y Cirugía Plástica

CELIA HERRERA

Lunes, 29 de junio 2009, 14:59

El cierre en Badajoz del hospital privado Los Naranjos, que dejará a 43 profesionales sanitarios en la calle, ha hecho levantar la ceja a más de uno. La explicación de que había un «exceso de oferta de camas» en Badajoz justifica, en cierto modo, las dudas sobre la buena marcha del negocio de la sanidad privada en Extremadura.

«No es que haya exceso de oferta de camas privadas, es que existe déficit de demanda», aclara el presidente del Colegio de Badajoz, Pedro Hidalgo, que despeja de forma tajante cualquier duda que pueda existir al respecto: «la sanidad privada no es que no sea un buen negocio en esta región, es que la sanidad privada no es negocio en Extremadura».

Nicolás Montero, gerente del recién creado 'cluster' de Sanidad, que pretende aglutinar a las empresas del sector de la región, coincide en el diagnóstico. «La sanidad privada, como casi todos los sectores, está pasando por un mal momento, y más porque las clínicas en Extremadura dependen mucho de la Administración pública», y ésta está empezando a retrasarse en sus pagos, y a enviar a menos pacientes a los centros concertados por la crisis, explica.

«Prefieren esperar»

También influye la disminución que está experimentando el número de extremeños que pagaban de su bolsillo un seguro privado debido a los problemas económicos,

«La gente que deja de pagar estos seguros es porque tienen también la seguridad social, y aunque necesiten asistencia médica, prefieren esperar un poco más e ir a la pública, y quitarse un gasto extra», reconoce Montero.

En realidad, señala el experto, la sanidad privada va de la mano de la pública en un aspecto: a mayor lista de espera en la pública, mayor uso de los servicios privados al derivar la administración a los pacientes que superan los tiempos de espera; y también al contrario.

Realmente los que pagan por su sanidad privada no llegan al 13% de las consultas en las clínicas privadas de la región, según los datos del cluster sanitario, por lo que la disminución de los pacientes que deriva la Administración suponen un importante quebranto para sus cuentas.

Pedro Hidalgo señala otras dos razones que no dejan despegar el negocio de la sanidad privada en Extremadura: el bajo nivel de renta general de los extremeños y la expansión de la cobertura de la sanidad pública, que llega a muchas zonas geográficas en las que ni siquiera existe la privada.

Mal llamada «privada»

También influye, comenta Hidalgo, que la región apenas recibe turistas que utilicen los servicios sanitarios privados respaldados por sus seguros como ocurre en Levante, por ejemplo.

«La sanidad es mal llamada privada en Extremadura, porque el meollo del negocio pertenece a Muface, que es la opción que se ofrece a los funcionarios desde el sistema público, pero los niveles de doble cobertura que existen en el resto del país (ciudadanos acogidos a la Seguridad Social pero que pagan de forma voluntaria un seguro privado) son bastantes superiores a los que se registran en Extremadura», destaca el presidente del Colegio de Médicos.

«La rentabilidad de una consulta médica privada es siempre baja, pero se mantiene si la consulta y las instalaciones son propiedad del médico, y si ya tiene un nombre y una experiencia consolidados», relata Hidalgo.

En su caso particular, por ejemplo, muchos de sus clientes proceden de las provincias limítrofes, como Córdoba o Sevilla.

En cambio, sí tienen éxito las especialidades que no oferta, o no cubre suficientemente, el Servicio Extremeño de Salud, como Oftalmología, Odontología, Cirugía Maxilofacial, Cirugía Plástica y Ginecología (por problemas de fecundidad, principalmente).

De hecho, son las clínicas centradas en estas especialidades las que mayor éxito y desarrollo tienen en la región.

El Instituto Extremeño de Reproducción Asistida, por ejemplo, acaba de inaugurar nuevas instalaciones en Badajoz y de crear una fundación que se dedicará a investigar y a formar a profesionales en técnicas de fertilidad.

La oftalmología es otra especialidad que tiene gran demanda, sobre todo por el uso de técnicas de corrección de la miopía con rayo láser y otros sistemas avanzados.

La instalación en la capital pacense de dos de los principales profesionales del país, Ángel Sánchez Trancón y José Fernández-Vigo, motivaron que a la ciudad llegara a denominarse 'ciudad de la luz'.

Las clínicas dentales y las de maxilofacial también se encuentran en pleno proceso de expansión en la región, así como las de cirugía estética.

El Observatorio del Cambio del Proyecto Lica ya anunciaba hace cinco años que las especialidades menos cubiertas por el sector público representaban una buena oportunidad de negocio para la sanidad privada, al ser especialidades cada vez más demandadas por el incremento de la esperanza de vida, el mayor nivel económico y la mayor preocupación por la calidad de vida, el bienestar y la estética.

El informe también apuntaba que la sanidad privada debía ofrecer «un nivel de servicio muy superior en calidad al de la Seguridad Social, que no se debe basar sólo en la facilidad y comodidad del uso, sino que además debe realizar inversiones en tecnología y en formación de nuevas técnicas quirúrgicas y de diagnóstico».

Lo mismo opina Nicolás Montero, que advierte que el sector tendrá que apostar por la innovación y por ofrecer atractivos más allá de los conocidos de comodidad, rapidez o mejor trato personal que en la pública, en muchos casos.

José Carlos Moreno, director del Instituto Neofacial de Badajoz, una clínica especializada en medicina maxilofacial y estética que tiene previsto ampliar sus instalaciones en el futuro, opina que la sanidad privada debe adaptarse a las necesidades del mercado y seguir un modelo de gestión centrado en el cliente.

«Antes lo importante era el paciente, que hacía honor a su nombre porque era paciente y esperaba sin protestar a que le atendieran. Ahora el paciente es cliente, y exige que se le trate como tal, porque tiene capacidad de informarse, comparar y elegir, y eso es lo que hace que un centro sanitario salga adelante o no», explica este directivo.

Profesionales

Cinco años después del informe del proyecto Lica, la situación no es la más deseable en muchos establecimientos privados, que han reducido su oferta al no interesar sus condiciones laborales a muchos especialistas que ya ejercen en la sanidad pública, señala el Colegio de Médicos. Esta falta de interés se debe, en gran parte, a los bajos honorarios que pagan las aseguradoras a sus profesionales.

Por ejemplo, y tal como denuncian los organizaciones médicas colegiales de Extremadura, un especialista en Medicina Familiar cobra por atender una primera consulta entre seis y nueve euros; y casi la mitad, a partir de la segunda.

Un médico de otra especialidad, como Oftalmología o Ginecología, cobra de la aseguradora unos 15 euros por la primera cita, y alrededor de 10 en las siguientes.

«Los Colegios de Médicos llevamos tiempo reivindicando que los honorarios de los profesionales se adapten al trabajo realizado, porque los que ofrecen las aseguradoras dejan mucho que desear, y ello puede acarrear la pérdida de la calidad asistencial en la sanidad privada», advirtió Pedro Hidalgo.

Un estudio de ámbito nacional hecho por la consultora Áliad ya señalaba hace tres años que el descontento por los honorarios en la sanidad privada era generalizada, y que casi todos los colectivos expresaban su intención de abandonar sus empleos en el sector por motivos económicos.

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