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¿Qué ha pasado hoy, 13 de abril, en Extremadura?
Bañistas en la garganta de Alardos, en Madrigal de la Vera, bajo el puente romano. / E. G. R.
Extremadura dispone este verano de 62 zonas de baño
El otro turismo de interior

Extremadura dispone este verano de 62 zonas de baño

La Vera, el Jerte, el Ambroz, Las Hurdes y Gata concentran la mayoría, mientras que en Badajoz sólo hay registradas doce

MIGUEL ÁNGEL MARCOS

Lunes, 3 de agosto 2009, 18:34

Imaginemos a un bañista caprichoso, que no soporta los calores de Extremadura y que para mitigarlos busca casi continuamente zonas de baño en las que pegarse un chapuzón. Si estuviera sobrado de tiempo, tuviera dinero suficiente y ganas de hacer kilómetros podría descubrir y disfrutar las 62 zonas que ofrece este verano la región, ya sea en gargantas, riberas, ríos o embalses. La mayoría ubicadas en espléndidos parajes naturales, con pueblos de interés a poca distancia y dotadas de la oferta hostelera necesaria para completar la jornada con unos refrescos, unas cervezas o una suculenta comida. No me dirán que no les tienta la idea.

El censo de esas zonas lo lleva el Servicio Extremeño de Salud, que es el encargado de verificar que el agua es apta para el baño. Para un mejor control se distribuyen por áreas de salud, en las que tienen mucho más trabajo las de Cáceres que las de Badajoz, puesto que el reparto es muy diferente entre las dos provincias. Cáceres cuenta con medio centenar. Badajoz sólo con doce. Pero es que tampoco es equitativa su distribución entre las comarcas cacereñas, ya que mientras las del norte concentran la inmensa mayoría, en lugares de tanta solera turística como La Vera, el Jerte, el Ambroz, las Hurdes y la sierra de Gata, la existencia de esas zonas es testimonial en el Campo Arañuelo y en una comarca tan emblemática en aspectos ambientales como las Villuercas y nula en el resto.

El área de salud con mayor número de zonas de baño es la de Plasencia, con 27, al abarcar una parte de la Vera -como Jaraíz, Aldeanueva o Garganta la Olla- el valle del Jerte, el Ambroz y las Hurdes. Aquí destaca el rendimiento que se saca a los ríos Jerte y Los Ángeles. El primero tiene tres zonas de baño en Navaconcejo, dos en Cabezuela y Jerte y una en Plasencia y Casas del Castañar. El segundo en Azabal, Casas de Palomero y Pinofranquedado.

Al entorno de Plasencia le sigue el área de salud de Coria con 14 zonas. Casi todas están en la sierra de Gata, donde tienen especial protagonismo las riberas, de Acebo y Gata, y el río Árrago, que se ofrece al bañista en Cadalso, Descargamaría, Robledillo de Gata o Santibáñez el Alto.

Gargantas veratas

Al área de salud de Navalmoral están adscritas las zonas de baño de Jarandilla, Madrigal, Viandar, Losar y Villanueva de la Vera, en los dos últimos casos por partida doble. Todas se benefician del nervioso discurrir de las gargantas que bajan de la sierra de Gredos al río Tiétar, con nombres tan conocidos por los bañistas como Cuartos, Jaranda, Minchones o Alardos. Mención aparte merece la garganta de Descuernacabras, un sorprendente enclave natural situado a pocos kilómetros de Valdecañas de Tajo.

La relación de zonas de Cáceres se completa con el paraje La Nutria, en el río Ruecas, en Cañamero, que corresponde al Área de Salud de la capital.

También tiene una única zona el área de salud de Mérida, el embalse de Proserpina, y dos el de Badajoz, con el río Gévora en La Codosera y la playa fluvial Isla de la Ceniza en Cheles.

Finalmente están las nueve zonas de baño encuadradas en el área de salud de Don Benito, de las que tres se sitúan en el embalse de Orellana, en Orellana la Vieja, Campanario y Casas de Don Pedro. Dos están en el río Guadiana, en Medellín y Peloche, y las restantes en Castuera (isla del Zújar), Talarrubias (García Solar), Villanueva de la Serena (Entrerrío playa) y Zalamea de la Serena (embalse de Zalamea).

Fuente de ingresos

Volvemos, para terminar, a nuestro bañista caprichoso de principio de la información, que necesitaría más de dos meses para pasar al menos un día en cada zona de baño de la región. Aunque lo cierto es que en la mayoría de los casos quienes las disfrutan suele ser usuarios habituales, bien por ser vecinos de los municipios donde se ubican o sus cercanías, por tener familiares en los mismos o por pasar allí las vacaciones. Eso ocurre, por ejemplo, en Jerte, cuyo alcalde, Antonio García Santos, asegura que este año la piscina natural «está a tope», sobre todo viernes, sábados y domingos.

Porque tampoco hay que olvidar que esas zonas de baño suponen una importante fuente de ingresos para la economía de los pueblos en verano, al llevar un gran número de clientes a bares, restaurantes y a los chiringuitos que se abren en sus alrededores.

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