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R. R.
Viernes, 7 de agosto 2009, 10:47
Este verano, a Fragoso le ha tocado ser el becario de Celdrán. Se trata de 'su primera vez' al frente del Ayuntamiento mientras el alcalde disfruta de sus vacaciones. Así que si alguien va al despacho de Alcaldía, se encontrará con este profesor de la Uex firmando documentos sin parar. Aun así, se muestra reticente a hacerse la foto sentado en el sillón del alcalde y accede casi a regañadientes a posar de cualquier otra manera en el despacho. «Por favor, sácame alto y guapo», le pide al fotógrafo.
-¿Se vive igual el verano siendo becario de alcalde?
-Desde luego que no. La responsabilidad es mucho mayor y no te quiero ni contar la cantidad que firmas que tengo cada día Al fin y al cabo uno tiene alguna responsabilidad más que no tiene el resto del año. Aun así, ahora estamos a medio fuego.
-En este puesto otros años se quedaron Monago o Nicasio Monterde y sus carreras políticas han sido totalmente opuestas, ¿cómo se ve usted dentro de unos años?
- De aquí a uno o dos años me veo como presidente provincial del PP, un cargo en el que cumpliré un año en diciembre, y como uno de los principales colaboradores de Miguel Celdrán.
-Celdrán ha dicho alguna vez que el sillón de su despacho no es muy cómodo, ¿a usted qué le parece?
-Muy cómodo no es. El que yo tengo en el despacho de primer teniente de alcalde es bastante más cómodo.
-¿Qué cambiaría de este despacho?
-Eso lo deciden los alcaldes.
-Pero los becarios tienen tiempo para pensar. Algún toque personal seguro que le daría, ¿qué?
-Es un despacho francamente clásico. Lo que sí me falta es un ordenador.
-¿Esta beca de verano implica usar el famoso Volvo y llevar conductor en sus desplazamientos?
-Excepto para alguna salida que haya que hacer a media mañana, no lo utilizo. Creo que en este asunto ha habido un intento maledicente por parte de la oposición de insinuar que el segundo Volvo se compraba para satisfacer el ego de los tenientes de alcalde. Pero se compró porque creemos que es el que mejor representa a la ciudad que queremos transmitir. Mi ego no se satisface montándome en el Volvo. Vengo en el 'polino' que me tiene prestado mi mujer, porque en el otro coche tenemos las sillas de los niños y resulta muy complicado montarlas y desmontarlas todos los días.
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