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Imagen de un convoy recorriendo la vía entre Puertollano y Córdoba. / ADIF. DIRECCIÓN DE COMUNICACIÓN
Los portugueses se bajan del AVE
El ferrocarril enfrenta a los principales candidatos

Los portugueses se bajan del AVE

La indiferencia domina entre los vecinos lusos ante el futuro de la alta velocidad, aseguran los corresponsales españoles en Lisboa

LUIS EXPÓSITO | MARÍA SAAVEDRA

Lunes, 14 de septiembre 2009, 10:51

Paro y crisis económica. Son las principales preocupaciones de los portugueses. Con el déficit público disparado y una caída de los ingresos tributarios, el debate sobre la conveniencia de tener ahora alta velocidad queda en segundo plano.

Ese parece ser el sentir mayoritario de los vecinos lusos, según la opinión de los corresponsales de prensa españoles destinados allí que ha consultado este diario. Piensan que los portugueses se han bajado del AVE, si alguna vez se subieron. Solamente en las zonas que se iban a ver más beneficiadas, como el Alentejo, y en algunos sectores, se han oído voces reclamando que no se paren los trámites.

El comienzo de esta historia es ya conocido. Portugal y España alcanzaron un acuerdo en la cumbre de Figueira da Foz (2003) para conectar sus capitales por alta velocidad en el año 2010. José María Aznar y José Manuel Durao Barroso fueron los encargados de estampar su firma. Seis años después. Rodríguez Zapatero y José Sócrates ratificaron el pacto, pero atrasando los plazos hasta 2013.

Pero cuando España ya ha comenzado la obras y Portugal está cerca de hacerlo, ha surgido un problema que puede retrasar mucho más los planes. La candidata del principal partido de la oposición (PSD, centro-derecha), Manuela Ferreira Leite, anuncia que paralizará la licitación de los contratos de construcción si gana los comicios. Y tiene opciones, puesto que ya venció en las pasadas europeas. Para más morbo, fue ministra del Gobierno de Durao Barroso.

El tren de alta velocidad enfrenta al primer ministro socialista luso, José Sócrates, y a la líder conservadora que ha prometido suspender el proyecto e insiste en que su país "no es una provincia española". La conexión de alta velocidad con España produjo uno de los momentos más tensos en el debate electoral entre los líderes de los dos principales candidatos a las elecciones generales del próximo día 27 en Portugal, en las que el partido Social Demócrata (PSD) de Ferreira Leite aspira a suceder al actual Gobierno socialista.

La líder de la oposición ha dicho que no le gusta "que los españoles se metan en la política portuguesa" y achaca el interés de España por que el tren de alta velocidad llegue a Portugal a que, de ser así, recibirá más fondos de la Unión Europea. Sócrates, defiende en cambio las "inversiones en las redes de alta velocidad" para ayudar a superar la crisis y criticó que la candidata de la oposición esté dispuesta a faltar a su palabra con España y echarse atrás en un proyecto que respaldó cuando era ministra en 2003.

Pero Ferreira Leite insiste en que si llega al Gobierno suspenderá "inmediatamente todas las inversiones en esta materia" y subrayó que ella se debe a los intereses de los ciudadanos portugueses y no a los españoles. "Portugal no es una provincia española", ha dicho en dos ocasiones la dirigente conservadora, que se quejó de "manifestaciones, peticiones y presiones" contra ella realizadas de forma conjunta por socialistas lusos de las regiones fronterizas con España y alcaldes españoles de la zona.

Sócrates defiende el proyecto

"La situación económica del país es insostenible y estas inversiones no se pueden llevar a cabo", argumentó Ferreira Leite, que hace hincapié en el problema del endeudamiento de Portugal para justificar su oposición al proyecto de alta velocidad. La prevista conexión ferroviaria, que uniría Lisboa con Madrid y con la ciudad gallega de Vigo -a través de Oporto- debe estar terminada en 2013, según varios acuerdos suscritos entre ambos gobiernos, y tendrá un costo para Portugal de unos 9.000 millones de euros.

Sócrates defiende también la importancia del proyecto por el carácter periférico de su país en Europa y criticó que su rival "intente frenar y hacer retroceder Portugal". "No comprendo -ha dicho a su interlocutora el primer ministro- por qué su partido cuando estaba en el Ejecutivo consideró que la conexión de alta velocidad con España era una prioridad y ahora cambia de opinión".

Sócrates subrayó la imperiosa necesidad de incluir a Portugal en las redes europeas de alta velocidad y ha dicho que ante esa necesidad prefiere que la estación del tren portugués "esté en Lisboa y no en Badajoz". Pero la oposición del PSD al proyecto ferroviario obligó ya a Sócrates, que Gobierna con mayoría absoluta desde las anteriores elecciones de 2005, a anunciar en julio que no tomaría ninguna decisión sobre las adjudicaciones de las obras antes de los comicios de este mes.

Muchos analistas aseguran que la fachada política está sustentada por fuertes razones económicas. Así piensa por ejemplo Belén Rodríguez, corresponsal de ABC. «No se trata de un capricho. En todo ese debate, hay dos posturas enfrentadas. La mayoría de los economistas asegura que se trata de un gasto exagerado, teniendo en cuenta la situación del país. Pero, por otro lado, se espera que ayude a la reactivación económica».

La situación económica. Quizás allí esté la clave de todo. Nuno Ribeiro ejerce de corresponsal en Madrid del rotativo portugués Público, nada que ver con el periódico español. «Hay que tener en cuenta que la deuda pública portuguesa supera el 90% de su producto interior bruto, una barbaridad».

Para hacerse una idea de la magnitud de la cifra, se puede recordar que en España se mantiene por debajo del 50%. Sin embargo, no hay que olvidar que nuestro país está muy por debajo de la media europea y el peligro viene aquí de la deuda de las empresas.

«Los portugueses tienen en mente casos como el de la Expo 98 de Lisboa. La gente es consciente de que el AVE costaría un dineral. No tiene sentido hacer una inversión así en una situación económica como ésta. Además, hay que tener en cuenta la manera en la que se va a rentabilizar la inversión», asegura Ribeiro.

Sin debate

En lo que parece que está todo el mundo de acuerdo es que no se trata de un tema central en la vida pública portuguesa. «No hay un debate en la calle. La gente está más preocupada por otros asuntos como la crisis», afirma Emilio Crespo.

Reconoce sin embargo que «la decisión no ha sido bien vista en regiones como el Alentejo y zonas turísticas. Tampoco ha sido bien acogida por los comerciantes. En cambio, un grupo de economistas ha firmado un manifiesto en el que muestran su oposición, pero se trata de gente que se identifica ideológicamente de la oposición».

Belén Rodríguez, de ABC, coincide en la visión. «Aquí no se está siguiendo el debate con la misma intensidad que en España. Es cierto que está en el programa electoral de uno de los partidos con opciones, pero no veo a la gente muy preocupada al respecto. No es que la mayoría no quiera el AVE, se trata más bien de que hay otras prioridades. La gente opina que es una infraestructura tan grande, que conlleva tanto gasto, que se escapa de las manos. No hay dinero y se quiere conceder prioridad a otros temas, como la sanidad».

«Es necesario recordar que los portugueses tienen una mentalidad completamente diferente que los españoles», tercia Begoña Íñiguez (Cope). «Para la mayoría de los portugueses no se trata de algo prioritario. Si le preguntas por la alta velocidad a un gallego, un vasco o un madrileño, te dirá que es algo básico. Pero aquí no. La mayoría piensa en sus propios problemas, y opina que tener alta velocidad, en tiempos de crisis, no es algo importante. Cuidado, hay algunos que piensan lo contrario. Pero me parece importante destacar que a los portugueses les cuesta mucho dar un paso adelante. Lo mismo sucede con el tema del nuevo aeropuerto». Nuno Ribeiro se expresa en idéntica onda. «Para mis conciudadanos, el tema del AVE no es prioritario. Para muchos, es un auténtico despilfarro. El portugués medio no está muy volcado en el asunto, le preocupan más otros aspectos como el paro o el déficit».

Francesc Relea ocupa actualmente la corresponsalía de El País en Lisboa. Admite que «no es un debate que esté en la calle», aunque achaca una parte de ello al poco tratamiento que del tema se hace en los medios informativos.

Efectivamente, las portadas del vecino país están ocupadas por el 'caso TVI'. Así se llama una televisión lusa, propiedad del Grupo Prisa español, que está en el ojo del huracán porque han suspendido el informativo semanal 'Jornal Nacional', muy crítico con el Gobierno socialista. El asunto ha llegado incluso a la Asamblea nacional.

Victoria

La relevancia pública de la polémica sobre el AVE es tan reducida que no será una de las bazas ganadoras de Ferreira Leite si finalmente alcanza el poder. «Yo no diría que si gana el PSD se lo deberá a esta postura. Se habrá debido más al desgaste del Gobierno, a todo lo que ha pasado en estos cuatro últimos años. Más que la alta velocidad, me parece que los asuntos vitales son la educación y la sanidad», remarca Íñiguez. Aunque venció los comicios europeos, lo cierto es que los últimos sondeos hablan de un resultado muy ajustado.

El mito sobre el supuesto miedo que algunos tienen a una invasión económica española tampoco parece que influya en este asunto. Ninguno de los periodistas piensa que sea así. Quizás, el único matiz se base en que el PSD quiere sacar partido de la sintonía exhibida entre Zapatero y Sócrates en la pasada campaña de las europeas. «Sócrates apostó por la relación con España, que es el primer cliente y el principal suministrador de Portugal. Hay quien piensa que eso les ha hecho más expuestos», narra Crespo.

Muchas son las afirmaciones que se pueden verter sobre el futuro del AVE portugués, pero nadie conoce la cuestión fundamental: ¿Cumplirá Manuela Ferreira sus promesas electorales? Francesc Relea no lo tiene nada claro. «No es tan fácil que finalmente el PSD cumpla lo que promete. Una cosa es la campaña electoral y otra gobernar. Hay que tener en cuenta que parte de la obra se pagará con fondos europeos ¿Se perderán o podrán aprovecharse para otros fines? No soy adivino, pero dudo que se pare la obra».

«Si Portugal no tiene dinero, mejor que la cosa se quede así», comentan Manuel, José y Vale de Mare, tres paisanos en la peluquería que regenta uno de ellos en Elvas. Hablan del TGV, que es como por aquí se llama al AVE. Con más de 70 años cada uno a sus espaldas, apoyan la candidatura de Manuela Ferreira Leite. Todo ello sin dejar de pensar que sería importante para el desarrollo económico del país, «pero como no hay dinero, no se puede hacer», vuelve a apostillar uno de ellos.

JOAO ALVES

Director de Linhas

El director del periódico Linhas de Elvas, Joao Alves, afirma que la información que hay no es del todo correcta. «No es que ninguno de los partidos políticos quiera. Lo que argumentan es que de momento esperan por la situación económica del país. La mayoría quiere que ese tren se haga, con la diferencia de que unos lo desean ya y otros más adelante». Esto ha convertido la ciudad en una batalla política que sirve para ocultar cosas mucho más importantes, cuenta Alves.

Pero es una batalla que sólo se libra en el Alentejo. El periodista asegura que a unos 50 kilómetros, en Portalegre, ya no se habla de este tema. Al PSD (la oposición de centro derecha) le va a perjudicar esta postura a nivel regional y no es precisamente la zona en la que tenga más votos. Pero «al final no afectará en nada, porque el Alentejo es muy socialista».

BEATRIZ CATELA

Comerciante

Beatriz Catela tiene una tienda. Casi sin haber escuchado la pregunta completa, responde. «Aunque sea Ferreira quien gane, habrá TGV». Añade que todo esto ha surgido en plena campaña electoral. «Si todo empezó con el PSD, ahora no lo pueden dejar a medias».

Efectivamente fue con este partido en el poder cuando España y Portugal acordaron hacer el AVE entre Madrid y Lisboa.

IRIA PIMENTA

Bar TGV

Parece que alguien en Elvas ya sabía hace años que el TGV se pondría de moda algún día. Justo enfrente de la estación de ferrocarril hay un bar con ese nombre, 'bar TGV'. Su dueña, Iria Pimenta, ha escuchado campanas, pero no sabe dónde. «Si el tren pasa por aquí, seguro que será positivo. Pero al fin y al cabo, son los políticos los que deciden. Todo está en sus manos», afirma convencida.

Hay opiniones variopintas entre los elvenses, y los más jóvenes sacan sus propias conclusiones. En la puerta del centro de juventud departe un grupo de amigos. La política no queda de lado, a pesar de que uno ni siquiera sabe quién es la aspirante a presidenta por el PSD. Sus colegas, entre carcajadas, le dan una serie de datos, para ver si el chaval repara. Al final desisten y lo dejan fuera de la conversación.

RICARDO JOSÉ

Parado

Ricardo José tiene 24 años y está parado. Parece conocer a todas las caras de los candidatos. Piensa que Ferreira se está confundiendo. «No entiende que realizar obras públicas, como el TGV o la plataforma logística, es una forma de que los alentejanos podamos mantenernos». Piensa que, como medio de transporte, tampoco es que sea algo necesario. Sin embargo, la construcción de estos proyectos sí que lo son. «Movería muchos puestos de trabajo». Su amigo Bruno Calado sólo ve beneficios con el tren pasando por Elvas.

VERA BORBA

Asistenta social

Vera Borba tiene 24 años y es asistente social, pero en estos momentos está en paro. Recien salida de la peluquería afirma convencida: «Pasará por la ciudad a una velocidad que igual ni para, pero puede traer un desarrollo económico importante para la ciudad». Su testimonio se asemeja al lema electoral que aparece por las calles de la ciudad. Es de António Simão das Dores, uno de los candidatos a la presidencia de la Cámara Municipal de Elvas (ayuntamiento): «Mudança para Desenvolver Elvas». La frase es un acrónimo del nombre de su formación política, MUDE. Se trata de una coalición entre PSD, CDS y PP, todos de centro derecha. El partido de Ferreira quiere un «cambio para el desarrollo de Elvas», pero con un punto de partida diferentes. Desarrollo, pero ¿TGV sí o TGV no?

JOSÉ BELCHIOR

Dueño de un bar

El debate también afecta a los vecinos de Campo Mayor, a 15 kilómetros de Elvas. Haciendo un sondeo sobre la situación y tras preguntar a varias personas, las conclusiones son las mismas. Jose Eduardo Belchior es el propietario de una cafetería. Confía en que pase lo que pase, el AVE llegará al Alentejo. «Bastante atrasados estamos ya con respecto al resto de Europa como para que ahora lo estemos más. Tenemos que intentar ir acompasados». Muestra serio su postura, y entre café y café, sitúa a su país en el olvido del resto del mundo. «Ese tren puede ser para nosotros una puerta abierta hacia Europa. Ya hemos tenido bastantes puertas cerradas». Considera que ahora es el momento.

MIRIAM OREILHAS

Estudiante

Miriam Oreilhas vivirá sus primeras elecciones como votante. Ya ha cumplido la mayoría de edad y este año le toca ir a las urnas. Dice no estar muy vinculada a ninguna idea política, pero que el próximo 27 votará. Tiene claro que Ferreira no se llevará su papeleta. Con el tren habrá «más trabajo, más dinero, más turistas...». Miriam lo tiene claro. Su madre, Céu Piedade, escucha sus palabras. Céu funcionaria de la Cámara, apoya el razonamiento de su primogénita y añade que por la zona hace falta un movimiento de esa dimensión.

PATRICIA CHAVEIRO

Ama de casa

Patricia Chaveiro, a punto de dar a luz, está aterrorizada por el estado del país. Duda si votará al PSD, y piensa que es mejor retrasar la obra.

Como dice el periodista Alves, puede que sean cuestiones que no están bien explicadas ni entendidas, pero que se han convertido en una auténtica batalla política.

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