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M. M. N.
Miércoles, 23 de septiembre 2009, 03:59
Miguel Salazar ha sido durante años el azote de los hosteleros y los políticos. No porque tuviera nada contra ellos, sino porque reclamaba que se llegase a un acuerdo para conciliar el derecho a la diversión y al negocio de unos con el descanso de otros, en este caso, los vecinos como él. El presidente de la Asociación de Vecinos de la Madrila considera, no obstante, que a la nueva Ordenanza «hay que darle tiempo» y cree que impugnarla ante los tribunales, como ha hecho Cacereños contra el Ruido, «no es el camino».
«Las cosas no se resuelven en 24 horas. Quiero ser prudente y confiar en nuestros dirigentes. La Ordenanza se ha aprobado por unanimidad de todos los grupos políticos». Salazar añade que existen mecanismos para vigilar por el descanso de los vecinos. Y cita casos de denuncias que ya están ante los juzgados. «Esas denuncias ya se han presentado por incumplimiento de horarios», recuerda. El presidente de la Madrila pronostica que la impugnación tiene escasos visos de prosperar ante los tribunales.
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