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MARÍA JOSÉ TORREJÓN
Miércoles, 30 de septiembre 2009, 11:00
Ya están aquí. El curso acaba de empezar para los 11.500 universitarios que estudian en el campus de Cáceres. Su llegada altera el ritmo de una ciudad de 92.000 habitantes. No sólo por las novatadas que cada año acompañan al arranque de las clases, sino porque los estudiantes hacen que el servicio de autobuses aumente su flota de vehículos, porque ocupan un parque de viviendas dirigidas específicamente a ellos y porque hacen que las copisterías se froten las manos con su llegada.
Juan Antonio López estudia segundo curso de Derecho. Es de Plasencia y comparte un piso en el barrio de Moctezuma con otros tres compañeros. Paga 115 euros al mes por su habitación. A su lista de gastos hay que añadir los 15 euros semanales que invierte en fotocopiar apuntes, los 5,50 euros con los que paga sus desplazamientos al campus cada siete días y los 20 euros que se gasta cada jueves cuando sale por la noche. Son los efectos colaterales de la vida universitaria.
AUTOBUSES
Desde la Cruz al campus
Más de un millón de usuarios en un año
Diez autobuses se encargan de trasladar a los universitarios hasta las facultades. Seis de ellos, los que cubren la línea del Campus, son articulados. Es decir, tienen capacidad para 150 personas. Esta línea tiene una frecuencia de siete minutos y funciona desde las siete de la mañana hasta las once de la noche. En las horas de mayor afluencia de viajeros, entre las 7.30 y las 10.00 y las 12.00 y las 16.30 horas, el servicio se amplía con la línea del Refuerzo del Campus, que cuenta con cuatro vehículos de cien plazas cada uno y circulan con una frecuencia de doce minutos. Además, la línea 3, que une el centro con la cárcel, también incluye el campus universitario en su recorrido. Desde el lunes, el servicio funciona al cien por cien. El año pasado, la Línea del Campus registró 952.482 usuarios, mientras que la línea del Refuerzo del Campus tuvo 204.419. Entre las dos, suman 1.156.901 pasajeros.
La mayoría de los universitarios opta por sacarse la tarjeta mensual de 24,50 euros, que permite usar el transporte público sin límite de viajes. Pero en los meses con vacaciones y festivos, los jóvenes se inclinan por el bonobús recargable. Cada desplazamiento sale por 55 céntimos de euro mientras que el precio de un billete ordinario asciende a 75 céntimos. «Las líneas del campus son deficitarias como el resto del servicio público de autobuses», se aclara desde Busursa, la empresa concesionaria.
PISOS
Sólo para estudiantes
A partir de 115 euros la habitación
La ciudad cuenta con un paquete de viviendas orientado principalmente a estudiantes. Basta echar un vistazo a las farolas o a los paneles instalados en la calle para constatarlo. «Se busca chico/a para compartir piso. Amueblado, con amplia terraza y conexión a Internet. A cinco minutos de La Cruz». Es el texto de uno de los carteles que 'empapelan' estos días las principales vías de Cáceres. Beatriz Orellana, estudiante de Gestión Pública, vive en la avenida de Portugal, en el edificio 'La torre'. Paga por su habitación 125 euros, diez más que Juan Antonio López y 80 euros menos que José Alberto Cortés, estudiante de Derecho, que paga a medias un piso en el edificio Europa. La habitación le sale por 205 euros.
Aunque el piso compartido es la fórmula más extendida entre los estudiantes universitarios, hay otras alternativas. Cáceres también dispone de una red de residencias y colegios mayores. Y, además, el campus cuenta con 56 apartamentos con capacidad para 112 alumnos. Están gestionados por una empresa privada. Este año, por primera vez, se han cubierto todas las plazas en la primera convocatoria. El plazo para solicitar habitación en estos apartamentos acabó el 15 de agosto.
Los inquilinos deben pagar 115 euros al mes, además de los gastos de luz y agua. Durante el curso 2008/2009 la mayoría de los arrendatarios de estas viviendas procedía de la provincia de Badajoz, seguidos de los de la provincia de Cáceres y los de Castilla la Mancha. Un 51 por ciento de los ocupantes eran varones y un 49, mujeres.
SUPERMERCADOS
Se duplican los pedidos de pizzas
La comida preparada arrasa
En el supermercado Consumer, situado en la calle Arturo Aranguren, muy cerca de La Cruz, ya han advertido la llegada de los universitarios. El lunes las pizzas se vendieron antes que nunca y las estanterías de las bebidas alcohólicas se vaciaron. Maxi, el encargado de este establecimiento, hace una radiografía de la cesta de la compra de los estudiantes. «Consumen mucha comida preparada, refrescos y botellas de alcohol de cuatro o cinco euros. Durante el curso, tenemos que duplicar los pedidos de pizzas», resume el empleado del Consumer. «Y también compran muchas botellas de agua», añade.
Beatriz Orellana se acercó ayer hasta el súper a por productos de limpieza. Ella apenas cocina porque se trae cada semana de su casa la comida. «Mi madre me guarda toda la comida en 'tupperwares'», detalla.
APUNTES Y LIBROS
Prefieren las fotocopias
Es temporada alta en las copisterías
Ana Isabel Ovejero, propietaria de la papelería Mr. Copy, situada en el pasaje comercial de Antonio Hurtado, se prepara para la que se avecina. Llega la temporada alta a las copisterías y a las papelerías con fotocopiadora, como la suya. «Octubre es un buen mes, igual que diciembre, febrero, mayo y junio», subraya Ana Isabel.
Mientras tanto, Fernando García, de la librería técnica-universitaria Figueroa, anuncia en el escaparate de su establecimiento que dispone de todos los títulos editados por la Universidad de Extremadura. El veterano librero lo tiene claro: los estudiantes prefieren la copia al original. «Lo que intentan los estudiantes es ahorrarse dinero», apunta. Sólo recurren a los manuales originales los matriculados en Veterinaria, Derecho, Enfermería y los de la facultad de Filosofía y Letras.
El librero hace una llamamiento a la responsabilidad de los propietarios de las copisterías y recuerda que sólo está permitido por ley fotocopiar una parte del contenido total de un ejemplar siempre que el local pague el canon establecido para este tipo de operaciones. «El año pasado denunciamos a una copistería por incumplir la normativa», ilustra Fernando García.
Ana Isabel Ovejero no hace copias de libros. Tampoco las hacen en la imprenta Ricopy, situada en Santa Joaquina de Vedruna, donde se puede leer en una pantalla: «No se hacen fotocopias de libros ni total ni parcial».
LOS BARES
Beben, sobre todo, cerveza
Las novatadas inauguran la temporada
La hostelería ve incrementada su actividad con la llegada de los universitarios. Las novatadas inauguran la temporada. Desde ayer, los jóvenes llenan los bares de la Plaza Mayor y discotecas, como Cameron. A la hora de acercarse a la barra piden, sobre todo, cerveza, indica Marta Sánchez, propietaria del bar Taranto, situado en la Madrila Alta. «Se nota que ya están aquí», comenta la empresaria. Tiene razón. 11.500 universitarios alteran el ritmo de Cáceres.
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