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MANUEL-M. NÚÑEZ
Sábado, 28 de noviembre 2009, 13:02
Recibe las preguntas como quien toma un regalo, con una sonrisa y buenas palabras, pero se piensa cada respuesta como si fuese una cuestión de vida o muerte. Y no porque no esté seguro de lo que deba responder, sino porque quiere utilizar el término exacto para evitar equívocos. Manuel Curiel (Trujillo, 1936) es la cara visible del nuevo proyecto vecinal surgido en la Madrila, un barrio emblemático de la ciudad, pese a no ser de los más antiguos, pero sí de los más agobiados por los problemas de la movida nocturna prácticamente desde su creación. Ahora, Ciudadanos de la Peña del Cura emerge como la segunda asociación de vecinos de una zona en la que viven unos 2.000 cacereños. ¿Y pueden surgir roces?. Curiel enseguida puntualiza que no nacen contra nadie, pero lo cierto es que el germen de 'Ciudadanos' hay que buscarlo en una escisión de la asociación de la barriada de toda la vida, la que preside desde hace varios años Miguel Salazar.
-Otra asociación de vecinos. ¿Para qué?
-La asociación surge como consecuencia de la necesidad que un grupo de personas hemos palpado. Estamos preocupados por el barrio y sus necesidades y hemos visto que éstas no son atendidas como nos gustaría. De ahí germina la idea de la asociación. Queremos que la gente vuelva a participar y que haya un sitio en el que se ocupen de sus problemas. Ese sitio lo queremos ocupar nosotros.
-Pero si ya existe una asociación, ¿por qué crean una nueva?
-Hemos pedido cosas, y no se nos ha atendido. Hubo un escrito firmado por 71 socios en el que se reclamaba la impugnación de la llamada ordenanza del ocio. Y nada. Los órganos de gobierno de la asociación no funcionan, no tiene actividad. La asamblea no se convoca. No conocemos cómo está todo. No hay participación.
-O sea que el enfrentamiento con Miguel Salazar es total...
-Nosotros no surgimos con una idea de enfrentamiento. Esa asociación seguirá funcionando y no nos oponemos a ella. Queremos aportar cosas, no ser críticos. Tenemos nuestras propias propuestas, por ejemplo para el tema de la contaminación acústica que es el principal problema del barrio. Eso sí, si nos hubiesen dejado participar en la asociación vecinal no hubiese sido necesario crear ésta, pero no ha sido posible.
-¿Cuántos socios espera tener la asociación?
-No es cuestión de número, aunque nos gustaría que fuese alto. Pero nuestros estatutos ya contemplan que la asociación está abierta a personas de otras zonas de la ciudad, no sólo a los residentes en la Madrila. Hay que apoyar la participación, aportar ideas, mejorar los servicios públicos. Por ejemplo, la limpieza, que es muy deficiente.
-¿Ya han llevado su modelo de asociación a las instituciones?
-Hemos hablado con Carmen Lillo, concejala de Participación Social y Ciudadana y le hemos dado cuenta de que estamos constituidos como asociación.
-¿Y qué les ha dicho?
-Que en Cáceres ya hay demasiadas asociaciones de vecinos. No creo que eso sea malo, sin embargo.
-El presidente de la Agrupación de Asociaciones Vecinales reconoce que ustedes no figuran...
-Nos inscribiremos. Vamos a hacerlo. Estamos esperando desde el mes de octubre a que se acepte nuestra inscripción en el registro municipal.
-¿Qué medios tienen?
-No tenemos demasiados medios. Hemos pedido un despacho en el centro cívico de la Madrila, pero la concejala responde que no hay sitio. Solo necesitamos un pequeño local para el papeleo.
-Dice que la contaminación acústica es el gran problema. ¿Se ha avanzado algo?
-Sí, hemos logrado que se nos escuche. La asociación Cacereños contra el Ruido ha hecho ahí un excelente trabajo.
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