A la carpa le llueven las críticas

La carpa de la Plaza Mayor deja a pocos indiferentes. Los últimos en mostrar sus quejas por esta instalación han sido la Asociación Cacereños Contra el Ruido y el director del hotel Casa Don Fernando, Jesús Bravo. Sus críticas tienen un mismo motivo: las molestias generadas por la música que suena en la carpa y por los botellones organizados en su entorno.

El colectivo Cacereños Contra el Ruido ha recibido en los últimos días llamadas y correos electrónicos de vecinos de la Plaza y otras zonas próximas. «Nuestra asociación en nombre de la ciudadanía maltratada y privada de su derecho, no sólo al descanso, sino también a no padecer contaminación acústica, quiere expresar su repulsa por la participación municipal en este tipo de actividades. El Ayuntamiento participa activamente en un delito contra el medio ambiente por contaminación acústica, contra la intimidad de los ciudadanos en su domicilio y contra el derecho al descanso. Estos derechos no se pueden trastocar en aras a un pretendido derecho al jolgorio. Los poderes públicos tienen, por mandato constitucional, la obligación de proteger al ciudadano», denuncia Cacereños Contra el Ruido.

Algunos de los clientes que se han alojado durante el pasado fin de semana en el hotel Casa Don Fernando, situado a sólo unos metros de la carpa, han mostrado sus quejas por escrito. «Nos gustaría dejar constancia de nuestro desagrado por las molestias que hemos sufrido a causa del ruido procedente de la carpa instalada en la Plaza Mayor de su ciudad durante nuestra visita a la misma. Casi no pudimos dormir», escribe Ana Álvarez. «El ruido fue ensordecedor durante toda la noche, obligándonos a pedir al hotel el cambio de habitación a las tres y media de la madrugada, ya que era imposible conciliar el sueño», firman María del Carmen Ruiz y Alfonso Martínez.

Otros clientes, ilustra Jesús Bravo, han anulado sus reservas o se han marchado del hotel a media noche. «Es un espectáculo lamentable. Estamos a favor de que en la Plaza se hagan espectáculos cívicos pero no toleramos estas concesiones ilegales hechas a dedo. Los vecinos somos los auténticos perjudicados. Yo estoy desesperado», confiesa el director del hotel de tres estrellas. «¿Por qué no ponen la carpa en Cánovas?», sugiere Bravo.

La concejala de Festejos, María José Casado, sale al paso de las críticas y asegura que el Ayuntamiento solicitó al promotor de la carpa que anulara dos torres de altavoces para evitar, precisamente, que el volumen de la música fuera tan elevado. El promotor, José Luis Valle, confirma que ha desactivado parte de sus altavoces. «Es lógico que haya quejas. Yo lo entiendo pero no puedo hacer nada más. Una carpa es una carpa», razona el promotor de la instalación. «Lo que habría que plantearse el próximo año -añade Valle- es si la Plaza es el lugar adecuado para instalar la carpa». Por cierto, la carpa volverá a abrir los días 26 (hasta las 5.30 horas) y 24 y 31 de diciembre (permanecerá abierta durante toda la noche).

Contra los botellones

Carlos Jurado, concejal de Seguridad Ciudadana, avanza que la Policía Local ha montado un dispositivo especial para evitar que se repitan botellones ilegales como el que tuvo lugar el pasado jueves. Los agentes no intervinieron para no provocar incidentes mayores ante la masiva presencia de jóvenes, según justificó ayer Jurado. Sí se disolvió, en cambio, el botellón del miércoles.