Borrar
Así hemos narrado la manita del Barça al Valencia
El presidente de la Junta se muestra contrario a la subida del IVA. También habla del céntimo sanitario incrementado hace dos semanas por su Gobierno. / BRÍGIDO- BEATRIZ CASILLAS
"Quien diga no a más recortes no tiene los pies en el suelo"
José antonio monagoun año de gobierno en extremadura

"Quien diga no a más recortes no tiene los pies en el suelo"

El presidente extremeño afirma que la calidad de la sanidad y la educación no han sufrido con los recortes

MANUELA MARTÍN

Martes, 10 de julio 2012, 02:47

Justo un año después de acceder a la Presidencia de la Junta, José Antonio Monago se muestra preocupado por la situación económica, pero no se aprecia que esté desbordado o que se sienta incapaz de afrontar los graves problemas que padece Extremadura. En esta entrevista, realizada el pasado jueves, en una pausa de un largo pleno de la Asamblea, el presidente extremeño insiste en el mensaje que está repitiendo en los últimos meses: hay que cumplir con el déficit - y él está seguro de que se logrará-, y para ello hay que hacer recortes y tomar medidas que ni a él le gustan, como la subida del céntimo sanitario. Tampoco le agradan decisiones que no dependen de él y que parece que están al caer, como la subida del IVA. «Yo no sería partidario porque aquí no lo paga ni Dios».

-Supongo que hace un año, cuando tomó posesión, no se imaginaba que iba a ser tan duro.

-Yo sabía que me enfrentaba a un escenario duro, porque ya la crisis había mostrado su intensidad, pero a ese momento duro que era la crisis global, se sumó la situación particular de la comunidad, que tiene unos lastres difíciles de atajar.

-En esta semana, por primera vez, se han conocido datos positivos sobre empleo. ¿Es un paréntesis o un cambio en la tendencia?

-Me gustaría que fuera así, pero no puedo dar seguridad de que lo sea. Los primeros días de julio han sido también positivos, hasta el día 3 se habían creado 2.500 puestos en nuestra comunidad. Pero no podemos decir que eso sea un cambio de ciclo. Eso sería cuando se sostiene mes a mes. Las reformas que se están tomando no van a dar resultado a corto plazo lamentablemente. A corto plazo se producen los milagros. Por más que uno rece no se van a producir. No hay que caer en el vértigo de la presión del corto plazo.

-La oposición insiste en que si la situación continúa tan mal estamos abocados a llegar a los 200.000 parados a final de año.

-Esa es una cifra difícil asumir. Querría decir que hay más clases pasivas que activas y haría insostenible la comunidad. Extremadura ya tiene unas debilidades preocupantes y es que nuestra capacidad de ingresos no llega al 3% de lo que recibimos. El resto son transferencias del Estado y de la UE. Tenemos que hacer una Extremadura más competitiva.

-Habla a menudo de un cambio de modelo productivo. ¿De cuánto tiempo estamos hablando?

-No le podría dar una fecha. No hay una balanza que lo mida. Pero es verdad que un modelo productivo donde la palabra ayuda está en la conversación está abocado al fracaso. Sobre todo porque la ayuda ya no puede llegar. De todos modos yo soy optimista, porque voy viendo luces. En los primeros días de presidente las visitas que recibía, sobre todo de sectores productivos, eran para hablar de ayuda. Ya no viene nadie con ese discurso. Hay tejido productivo que quiere que la administración se comporte como tal, no como una madre que tutela el desarrollo. Sobre todo quieren que se eliminen trabas y que las respalde, pero en ningún caso pide que nos hagamos socios. Y también hemos limitado los recursos de la Junta. Antes se daba mucho a grandes proyectos, ahora más a la pequeña y mediana empresa, que es la base de crecimiento.

-¿No existe el riesgo de que el ajuste sea tan fuerte que los jóvenes se acaben marchando y haya poca capacidad de iniciativa?

-En los meses de enero a junio se ha creado empleo para jóvenes. Y más de un tercio de los contratos de junio corresponden a gente joven. Deben tener mentalidad emprendedora. Me aterra cuando una chica me escribe un correo en el que me pregunta qué trabajo le puedo ofrecer a su hermano, que es aparejador. Yo no le puedo ofrecer un trabajo, soy la administración. Extremadura puede ofrecer muchas posibilidades a quien quiera emprender. En 42.000 kilómetros cuadrados hay un campo abonado para nuevas iniciativas empresariales. Pero en este estado de bienestar se ha desechado la palabra riesgo, que es inherente a la actividad emprendedora. Tiene que haber un cambio de mentalidad.

-Usted apuesta por la agricultura, un sector que no es fácil que sea motor y que deje el valor añadido que deja la industria.

-Cuando hablamos de la agricultura no hablamos del señor que zacha, sino del que utiliza técnicas modernas, que comercializa bien su producto. Ahí se genera mucho valor añadido. Capacidad productiva tenemos toda la que queramos, porque hay tierra y agua. Hay mucho recorrido en este sector agroalimentario. Unido a la investigación. Aquí ha venido un señor a plantar cacahuetes y nadie lo había pensado antes, o nogal negro, de la mejor calidad de Europa. En Irlanda tienen una superficie parecida a Extremadura y han dado un gran salto de calidad en investigación y desarrollo. Probablemente porque, como me decía un director teatral, no culpan a otros de la crisis sino a sí mismos.

Miles de facturas pagadas

-En enero se aprobó un presupuesto, pero ha habido que recortarlo dos veces más. ¿Hasta dónde se puede recortar? Ahora se anuncia una nueva oleada.

-Habrá quien no entienda por qué se hace un presupuesto y después se hacen nuevos ajustes. Es muy sencillo, porque se ha hecho una previsión de ingresos que no se ha cumplido. Si hubiera habido una evolución positiva de la economía algunos ajustes no se hubieran hecho. Pero desde que soy presidente hay una evolución negativa. El recorte llegará hasta cuando los ingresos sean suficientes para acometer los gastos. Tenemos que decirles a los extremeños que debemos 2.500 millones de euros a los bancos y debíamos 500 a los proveedores y los hemos pagado con una línea ICO. Son muchas miles de facturas las que se han pagado.

-En septiembre usted decía que antes de recortar en sanidad y educación se cortaba un dedo. Ahora se lo recuerdan en pancartas.

-Está muy bien. Yo lo explico. No he recortado ni en calidad de sanidad ni en calidad de educación. No tengo que cortarme nada. Y si yo tengo que córtame algo por eso imagínese quien prometió 60.000 empleos y generó 60.000 parados. Lo tienen que pasar por la guillotina. Se me podría reprochar algo si alguien no tiene asistencia sanitaria o garantizado el sistema educativo. Aquí nadie tiene carencias en ese sentido. Otra cosa es que el PSOE, que no tiene nada que ofrecer en los pueblos a los habitantes que gobierna saca las pancartas.

-Hay protestas en pueblos como Quintana, donde nació usted.

-Es vergonzoso lo que están haciendo en Quintana, teniendo un centro de salud en Campanario, a donde se tardan ocho minutos en llegar, porque el PAC se cierra a las diez de la noche. El alcalde, que no ha hecho nada por su pueblo, se dedica a sacar a la gente a la calle. Nadie puede decir que ante una urgencia no tenga atención. Por cierto, que del barrio de San Roque a un hospital de Badajoz se tardan más de diez minutos.

-Pero a todo aquel que pierde algo le sienta mal.

-Hemos vivido en un momento en que había dinero y se podían mantener estas cosas. Pero lo que a mí me duele no es que la gente salga a la calle, sino que esto estaba previsto por el PSOE y no cerraron porque había elecciones. Si no hubiera habido, a lo mejor lo que se hace es lo de Andalucía, que se cierran los centros de salud por la tarde como medida de ahorro. Allí es medida de ahorro y aquí me sacan la gente a la calle. Hay algunos pueblos con 300 tarjetas sanitarias, menos que una urbanización de Badajoz o Mérida. Sabiendo los tiempos de respuesta se establece el criterio. En Villarta de los Montes o en Helechosa no se cierra el PAC porque están a 40 kilómetros de otro centro de salud.

-En la educación se va a prescindir de interinos. Para usted cuál es el problema, ¿que se pierdan empleos o la calidad de educación?

-Después de 28 años de gobierno socialista en Extremadura estamos los últimos, somos Objetivo 1 en Europa. Aquí hay dos cuestiones, la calidad y el estatus laboral. Un interino es interino mientras haya necesidad. Y la necesidad la marca la administración. Podemos dividir a la mitad la ratio y contratar al doble, ¿pero cómo se paga eso? Un interino es un señor que no tiene plaza. «Es que me han echado del trabajo», me pueden decir. No, usted ha cesado, ha terminado su relación laboral, que era temporal, de interinidad. Soy duro, pero es la verdad. Es una relación temporal.

-Luego está la cuestión de si con esos recortes sufre la calidad.

-A mí nadie me puede demostrar científicamente que porque se metan tres alumnos más en un aula se merma la calidad. La calidad tiene que ver con otras cosas, con la pérdida de valores y del valor fundamental del esfuerzo. Se pasa sin aprobar, no hay respeto al profesor y todo vale. Hay países con ratios más elevados de alumnos por aulas y mejores resultados en el informe Pisa. Cuando estudié en la Aneja éramos 50 en clase y de ahí salieron arquitectos, ingenieros y hasta un presidente de Extremadura. No creo que el sistema educativo entonces fuera peor que el de ahora. Estos pedagogos yeyés de que la enseñanza personalizada es mucho mejor... No, mire no. Ahora se ha relajado todo. Si no lo queremos reconocer nos engañamos. Otra cosa es lo de los interinos. Yo humanamente lo puedo entender, porque si se sube la ratio sobran profesores. Ya. Pero es que no puedo pagarles.

-Usted hace ocho meses decía que los extremeños entendían los recortes que había que hacer. ¿Cree que los entienden? ¿Se han explicado bien?

-Un recorte es muy difícil de explicar. El sistema necesita de más esfuerzo de todos. Está afectando a todos, incluida la Administración. Nosotros estamos haciendo con siete consejeros lo que antes hacían once. Y con la mitad de los eventuales y altos cargos.

-Mariano Rajoy anuncia más reformas y sacrificios para las autonomías. ¿Por dónde van a ir?

-Yo creo que si hay que hacer reformas tendremos que hablar las 17. Estoy hablando de un acuerdo nacional. No podemos seguir con 17 inventos.

-Pero a veces Madrid les salva a ustedes decidiendo recortes por decreto, y así los gobernantes autonómicos no son los 'culpables'.

-Claro, pero el problema grave que hay es que esas 17 comunidades somos casi 17 miniestados, con lo cual somos competidores entre nosotros. Cuando hablamos de renovables sin prima me llaman de otras comunidades para ver cómo lo estamos haciendo y yo no se lo digo, por muy compañero mío que sea. Si viene un inversor extranjero a Extremadura a poner 400 millones de euros yo no les digo a otros gobernantes cuáles son los cuadros de rentabilidad, porque al final en lugar de estar aquí podría irse a Castilla-La Mancha. Y a mí no me interesa, porque la mitad del IVA es para Extremadura. Fíjese que diabólico y duro es, pero somos 17 competidores. Yo creo que hay que hacer una reforma de la administración en la que cada uno nos especialicemos en lo que mejor sabemos hacer y si yo tengo capacidad agroindustrial, pues nos desarrollamos en ello y turismo interior, pero no me puedo poner a hacer nanotecnología, no tiene mucho sentido que invierta recursos en eso. A lo mejor Cataluña lo puede hacer. Y al final nos complementamos.

-Se habla de subir el IVA, bajar el sueldo a los funcionarios, bajar el subsidio de paro.

-Sí, de 24 a 18 meses.

-Y también el cierre de televisiones públicas. Si el Gobierno pone una serie de opciones para que las comunidades se ajusten, ¿usted qué haría?

-Yo no sería partidario de subir el IVA. Porque aquí ni Dios paga el IVA. Si fuéramos capaces de aflorar la economía sumergida no haría falta hacerlo. Va a haber más tentación de fraude fiscal con tipos del 23%.

-Pero la amnistía fiscal da el mensaje contrario, en contra de la responsabilidad fiscal.

-Zapatero también lo hizo. Si tomo una medida para que aflore el dinero puede salir, y si no seguirá debajo de los baldosines. Si aflora beneficia al conjunto. El problema no es que haya dinero negro es que no se ha gestionado bien, han fallado todos los filtros. Eso es IVA, compraventa sin factura.

-Se habla también de cerrar televisiones públicas. ¿Qué ocurrirá con la extremeña, se la puede permitir la región?

-De momento sí. Se ha aumentado la producción propia y los profesionales me consta que se han puesto las pilas, cosa que agradezco. Están ayudando a sacarla con menos recursos. Y es el referente que llega a los extremeños sobre Extremadura, a través de los medios de comunicación, por un lado la prensa escrita, y visualmente la televisión extremeña. Es también una medida de cohesión. Y ojalá yo pudiera tener una emisión por satélite, porque cada vez que salgo fuera en Cataluña, Madrid, Baleares, son muchos los extremeños que me dicen que es una pena que no pueden ver la televisión extremeña. Es el nexo que mantiene el vínculo con tu tierra. El presupuesto de la televisión extremeña, comparado con lo que hay por ahí, es muy asequible con la dimensión y riqueza de Extremadura.

-¿Y qué va a ocurrir con la orquesta? Parece que ha entrado en proceso de liquidación.

-Son tres millones de euros de presupuesto y no es solo eso, sino que arrastra una historia de deuda importante. Aquí se está utilizando de manera política. Como si la cultura fuera una cosa de izquierdas y no de sensibilidad. Hemos puesto alternativas sobre la mesa, pero tiene que ser lo que digan tres señores del comité de empresa, que se dedican también, cuando dan conciertos, a repartir octavillas. Nosotros les pagamos el sueldo para que repartan octavillas, para que hagan declaraciones y para que, en definitiva, se produzca una pugna que tenía que ser en una mesa de negociación. Y luego hacen comparaciones que son odiosas. Se comparan con el teatro clásico de Mérida. El festival lleva vendidas por Internet 10.000 entradas de gente que viene de toda España. Que me digan si vienen 10.000 personas a ver la Orquesta de Extremadura. Cada uno tiene su dimensión. El teatro es cultura y la orquesta es cultura, pero tiene su dimensión. Hemos puesto una alternativa, pero no quieren, y entonces hacemos un ERE extintivo. Y se acabó, chimpón. Pero no puede ser lo que quiera el hijo del concejal de Cáceres, el señor Pavón.

-Otra de las medidas que baraja Rajoy es reducir empleados públicos. Al principio de la legislatura se habló de reducir trabajadores de GPEX. ¿Cuál ha sido la reducción?

-Hemos hecho una reducción importante de salarios de los cargos y también se ha prescindido de trabajadores. No sé la cifra exacta, pero son varios cientos. Se intenta hacer más con menos. El modelo socialista es contratar a mucha gente porque eso da mano de obra y consumo, pero ese modelo no se puede sostener en el tiempo.

-¿Se va a prescindir de personal de laboral?

-Se habla mucho de reducción, pero nosotros hemos mantenido la oferta pública de empleo y no todo el mundo lo está haciendo en España. Queremos cambiar temporalidad por fijeza. Hay interinos en el SES que están haciendo suplencias y que queremos estabilizarlos. Vamos a seguir con ofertas de empleo y consolidando y profesionalizando la función pública.

-¿Le han llegado protestas de pensionistas que ahora tienen que pagar por las medicinas?

-A mí me ha protestado todo el mundo. Pero hay medidas que son necesarias. Extremadura es la comunidad con más frecuentación médica. Es un rito social ir al médico, te trata bien, son buenos profesionales, te toca, que en muchas casas a las personas mayores no les toca nadie. ¿Es verdad o no esa frase del jubilado que dice: hija, voy al médico, quieres algo? Eso hay que cortarlo. Uno tiene que ir al médico cuando sea necesario. Hay que hacer un esfuerzo todos. De todos modos, hay 600.000 extremeños que no pagan nada.

-¿Cuánto se podrá ahorrar por el copago?

-No hay un análisis. Hay que ver el comportamiento. No sabemos el impacto.

-Hablemos de impuestos. Usted dijo cuando llegó a la Presidencia que no le gustaba el céntimo sanitario e incluso habló de quitarlo si lograba el apoyo de IU. Pero ahora lo ha subido. Mucha gente dirá, explíquemelo

-Pues tiene toda la razón, se lo tengo que explicar.

-¿Lo que era malo hace un año ahora es bueno?

-No, no, lo que era malo es malo, el único problema es que no hay ingresos para mantener servicios esenciales y uno tiene que recurrir a medidas impositivas de manera temporal. El céntimo sanitario no me gusta, pero no tengo otro remedio. Y a quien se sienta molesto yo le pido disculpas porque tiene toda la razón. Aquí caben dos opciones: o cierro un hospital, o aplico el céntimo sanitario. O cierro otras unidades que pueden ser esenciales o aplico el céntimo sanitario.

-Ha subido también el agua.

-Me ha sorprendido también la última información de la competencia europea que habla de los combustibles en España y en comunidades como Extremadura, donde sin IVA tenemos los precios más altos.

-¿Y eso de qué depende?

-Depende del sector. Tendrá sus márgenes, hay menos competencia.

-¿Qué se puede hacer?

-Yo no tengo la varita mágica. Pero es que aquí cuando se aplicaba menos cantidad en el céntimo sanitaria la gasolina era más cara que en otras comunidades que lo tenían más alto. A mí no me gusta el céntimo sanitario porque creo que resta competitividad y es indiscriminado, no es una buena medida. Los impuestos son per sé una mala medida porque suponen quitarle al que consume y al que lo gana para repartirlo en muchas ocasiones al que no produce. Pero es el sistema que tenemos.

-Uno de sus mensajes claves en la campaña electoral era que iba a bajar impuestos.

-Sí, sí. Es que cuando llego yo me encuentro que no se había presupuestado la Seguridad Social de los trabajadores públicos, que eran 98 millones de euros. Hemos tenido que tapar el agujero que supuso la deuda histórica, que fue presupuestar 170, gastarlos y no ingresarlos. El agujero es de 170 y hemos hecho un ajuste de 163 millones. Si se hubiera tomado más en serio la crisis y se hubieran hecho ajustes ahora no habría que hacerlos. Ojalá yo conozca más pronto que tarde una recuperación económica para empezar a desandar lo andado en impuestos.

-¿Será posible bajar impuestos? ¿Cuándo?

-No lo sé. En el momento en que la economía crezca, empezaremos a bajar los tipos impositivos.

-En el debate del estado de la región usted ofreció dos pactos que han quedado en nada. Uno contra el pacto fiscal que plantea Cataluña y otro para decidir el uso de los futuros fondos europeos. Pero usted hizo un discurso muy duro contra Vara, lo que hacía pensar que no creía o no deseaba de verdad esos pactos, porque no allanaba el camino previamente.

-Claro que creo. Pero el debate del estado de la región era un análisis de lo que hay y de lo que pienso del futuro. Yo hablé del punto de partida, porque es especialmente duro. Es que son 2.500 millones de deuda con los bancos y 500 con proveedores. Es que Guillermo cogió con superávit los presupuestos. A él sí le dejaron perras en el cajón y a mí no me han dejado ni cajón. Y además tengo que pagar el cajón. Es que es muy duro. Que a mí el líder de la oposición me dé lecciones de lo que tengo que hacer cuando él no lo hizo y después de lo que ha hecho se merece que yo le diga lo que le dije. Y luego hablé de lo que hemos hecho y del futuro. Y dije que el pacto fiscal es un desastre para España y especialmente para Extremadura.

-Del pacto fiscal que reclama Cataluña.

-Si alguno quiere meter la mano en la caja de la que se nutre Extremadura, Extremadura tiene que chillar. Ya pasamos por el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que a algunos les pareció bien. Y ahora el pacto fiscal. ¿Pero esto qué, qué se han creído en Cataluña?

-Parece que usted ha recogido la bandera de Rodríguez Ibarra de denunciar la supuesta voracidad catalana. ¿Esa bandera todavía tiene sentido?

-Yo no tengo nada contra Cataluña. Tengo más familia catalana de nacimiento que extremeña. Seis hermanos de mi madre se fueron a Cataluña hace muchos años. No hablo de los catalanes, sino del gobernante, sobre todo nacionalista. Ser nacionalista es ser miope en un mundo globalizado. Ahora lo que quiere Cataluña es su propia agencia tributaria. Eso y la independencia es un paso y creo que es una línea que no se puede traspasar. Y no porque a mí no me apetezca, sino porque le viene mal a Extremadura y porque el nacionalismo nunca da un paso atrás.

-¿Dentro de su partido, en Madrid, se entiende y se apoya su postura?

-Habrá gente que lo entienda y gente que no. Yo creo que tengo razón. Estoy haciendo España y el que quiera hacer tonterías que haga tonterías. El PP es un partido nacional, que defiende a España y no compartimentos estancos e insolidarios.

-Usted se ha visto más veces con Rodríguez Ibarra que con Vara?

-No. Me he reunido más veces con Guillermo que con Juan Carlos. Con este he discrepado mucho, pero tengo que reconocerle una cosa, que entra de frente. Agradezco que se vaya de frente, sin estrategias.

-¿Se deja aconsejar por Rodríguez Ibarra? ¿Le pide consejo?

-Le he pedido opinión sobre algunas cosas, pero eso queda entre él y yo.

-¿Sobre qué cosas?

-Cosas que tienen que ver con Extremadura, no cuestiones particulares, sino estructurales de la región. El me ha dicho que, si se la pido, me va a dar su opinión. Y en ocasiones hemos hablado.

-De sus manifestaciones, también en el debate, se deduce que lo considera mejor gobernante que a Vara.

-Habría que ver en qué. Lo cierto es que Ibarra dejó un superávit en 2007 y Vara dejó el segundo déficit más alto de España. Porque pensaba que la crisis era pasajera y empezó a tirar de gasto público. Todo era empleo público. Y arriñonaba la cifra de desempleo a base de empleo público. Si hubiera sido más cauto no hubiéramos estado en esta situación. Son dos liderazgos distintos, Guillermo estudió en un colegio de jesuitas e Ibarra yo creo que jugaba más a los bolindres en la calle, y eso se nota.

-¿Se siente usted más cercano a Ibarra?

-En la forma de ser, no en la forma de hacer política. Ibarra tenía mucha calle y yo he tenido mucha calle también. Cada uno tiene su forma de ser, y uno no elige cómo se va a criar, y tiene que estar orgulloso de ello, pero eso marca tu estilo. A mí me gusta la gente que me dice las cosas de frente y no me gustan los circunloquios. Ayer me reuní con los presidentes de las cajas y hoy me ha preguntado Guillermo qué tal la reunión. Pero no me ha dicho que después de la reunión estuvo una hora en un bar de Mérida con ellos. ¿Cómo me pregunta a mí eso y se calla la segunda parte? Esas cosas no me gustan.

-Mi impresión, que no sé si es equivocada, es que a partir de que Vara anunciase que podría presentar una moción de censura a final de año se han roto las relaciones entre ustedes.

-Yo respeto a Guillermo porque ha sido presidente y sé la responsabilidad que se tiene. Pero que cuando uno está dando patadas para buscar inversiones te digan que te van a poner una moción de censura lo único que hace es que salgan corriendo los inversores. Además era una boutade, porque no tenía el apoyo de Izquierda Unida. Y como le dijo Ibarra, la moción no se anuncia, se hace y punto. A mí me enfadó muchísimo. Y también me ha enfadado que en algunos círculos haya llegado a decir que este, por mí, no llega a enero. Eso no genera estabilidad. Entre él y yo hay una diferencia fundamental. Él a toda costa quiere ser presidente y yo estoy en un proyecto que cree en Extremadura. Ser presidente colma mis aspiraciones, pero si mañana tengo que estar en otro lado, lo estoy. No voy a llorar por las esquinas si pierdo unas elecciones.

-¿Se ha planteado adelantar las elecciones?

-No. No, porque entonces no se cumple el objetivo del déficit.

-¿Aunque IU no le hubiera aprobado el presupuesto?

-No, lo hubiera prorrogado.

-Pero IU utilizó ese argumento. Dijo que si no permitía aprobarlo usted podría adelantar las elecciones, conseguir mayoría absoluta y barrerles del mapa a IU.

-Eso forma parte de los miedos de Izquierda Unida. Pero yo creo que hay que cumplir con el compromiso. Ni se me ha pasado por la cabeza ni he pedido opinión sobre un posible adelanto electoral.

-¿Cómo es la relación con IU. Hay un sector en la coalición que no ve con buenos ojos su apoyo al PP.

-La relación es la normal. No creo que haya habido más encuentros con Pedro Escobar que con Vara.

-IU dice que ni un recorte más.

-Eso es también un eslógan porque tienen congreso en octubre. Gobierne quien gobierne en España tiene que hacer ajustes. Quien diga que no a más recortes no tiene los pies en el suelo. Luego cada uno puede tener su modelo.

-Su gobierno considera que hay que incentivar lo privado.

-Todo no puede girar sobre lo público. Una empresa cuyo único cliente es la Junta de Extremadura no es una empresa, es una franquicia con forma de empresa. Estaban condenadas a desaparecer porque cuando llega una crisis profunda y la administración no contrata, cae. La culpa de quién es, ¿de la administración? No, de usted. Porque si se hubiera metido en estrategias de internacionalización ahora tiraría. Yo he tenido que tomar decisiones muy duras en los últimos meses. De venir gente pidiendo ayuda, hacerle una auditoría a la empresa y ver que no tiene viabilidad y dejarla caer. Porque si te doy dinero, no es dinero mío, es de los extremeños. Necesito ese dinero público para inyectarlo a proyectos que sí son viables.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy "Quien diga no a más recortes no tiene los pies en el suelo"