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En la piel de los alumnos ciegos
BADAJOZ

En la piel de los alumnos ciegos

El objetivo de esta iniciativa es que los futuros docentes estén preparados para detectar las necesidades educativas que tienen los escolares invidentes

TANIA AGÚNDEZ

Miércoles, 20 de noviembre 2013, 09:19

Vestirse, comer, moverse o estudiar. Tareas tan sencillas para cualquier persona se convierten en retos especiales para los invidentes. Para acercar a los futuros docentes las sensaciones y habilidades que desarrollan los ciudadanos ciegos, la ONCE (en colaboración con la Universidad de Extremadura) ha impartido un curso de braille y técnicas para la discapacidad visual a 90 alumnos del grado de Educación Primaria.

Los estudiantes de cuarto curso han estado realizando durante los meses de octubre y noviembre diferentes actividades formativas con el objetivo de que cuando se conviertan en profesores estén preparados para detectar las necesidades educativas que tienen los escolares que sufren algún tipo de deficiencia visual.

Los universitarios se han acercado a esta materia desde diferentes puntos de vista, utilizando siempre un sistema muy práctico. Así, Elena García-Baamonde, profesora del grupo en la UEx, y Miguel Ángel Martínez, profesor de la ONCE en Badajoz, han impartido las lecciones a través de situaciones reales.

La primera fase de este curso se ha centrado en la sensibilización y concienciación de los participantes sobre cómo se desenvuelven las personas invidentes en su día a día. Con dinámicas han aprendido a vestirse, comer y beber, desarrollar cierta autonomía en la movilidad y orientarse mediante los sonidos cuando se les privaba del sentido de la vista. «Se han llevado a cabo actividades en las que los alumnos se tapaban los ojos con un antifaz y tenían que ponerse ropa, reconocer alimentos y andar entre obstáculos. Los alumnos también aprenden las estrategias específicas que aplican los invidentes para realizar acciones normales como cruzar las calles, explorar edificios o hacer compras», explica Martínez.

La otra parte del curso ha consistido en tomar nociones básicas de las técnicas de estudio en el aula y materiales que utilizan las personas con discapacidad visual grave o ceguera. Han aprendido a utilizar regletas de braille, mapas y dibujos en relieve así como el código de lecto-escritura braille.

«El fin de esta iniciativa es que los futuros docentes se familiaricen con la lectura y escritura en braille, no para que tengan un dominio completo de este código de lecto-escritura. Se trata de que pierdan el miedo por si cuando lleguen a los centros educativos se encuentran con algún caso de discapacidad visual o ceguera. Para tratar a este tipo de escolares se requieren más esfuerzos por las necesidades educativas que presentan dichos alumnos», apunta Martínez.

La labor de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) está encaminada a promover la integración educativa y la normalización del alumno que sufre invidencia. Por este motivo, desde dicho colectivo consideran de notable importancia que los espacios educativos cuenten con docentes formados en este ámbito que puedan atender a escolares con discapacidad visual.

«Esta clase de problemas, por desconocimiento, siempre crea incertidumbre e incluso rechazo a tratar a la persona que lo padece. Con este curso conseguimos tumbar la barrera del temor. Si los profesores disponen de las nociones básicas para tratar a estos usuarios, podrán acercarse a ellos con toda la normalidad del mundo facilitándoles así la integración en el aula y en el centro educativo», manifiesta el profesor de la ONCE en Badajoz.

Más de diez años

Esta organización lleva más de una década acercando estos conocimientos a los estudiantes de Educación, materia que los propios universitarios consideran imprescindible para su profesión.

«Conocer estas técnicas es esencial para cualquier profesor porque vamos hacia una escuela inclusiva, es decir, hacia un sistema educativo que integre en los centros a los niños con capacidades especiales. Cuanto mayor acceso tengamos al material y al lenguaje específico que utilizan, mejor capacidad de reacción tendremos», afirma Lucía Fernández Terol, una alumna que ha participado en el curso.

Nora Álvarez, Cristina Diestro y María Espinosa coinciden con su compañera. «Creemos que la experiencia es muy positiva y beneficiosa. Ha sido un primer acercamiento, pero ha resultado muy interesante. Ahora no tenemos que tener miedo a la hora de afrontar situaciones educativas en las que estén implicados escolares con ceguera. Disponemos de las herramientas suficientes para comunicarnos con ellos y facilitarles el aprendizaje», destacan estas tres jóvenes.

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