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ROCÍO ROMERO
Miércoles, 5 de febrero 2014, 10:55
En su día tuvo capacidad para doce cañones y 300 fusileros. Hoy es un lugar para conocer la historia de la ciudad. El día después de la inauguración del Fuerte de San Cristóbal rehabilitado ha abierto el monumento a los escolares de la zona. Este fin de semana se celebrarán jornadas de puertas abiertas. El sábado y domingo se podrá visitar entre las 10 y las 14 y de 16.30 a 18 horas. Lo que los pacenses encontrarán será un recorrido guiado que nace en 1641, justo después de que comenzara la guerra con Portugal. Tras varias décadas de abandono vuelve hoy para convertirse en un punto esencial. No solo para los turistas que se acerquen a ver Badajoz, sino también para que los propios pacenses conozcan algo más de su historia.
Se pueden realizar tres recorridos. Uno por el foso, otro por el adarve y el tercero por su interior, donde se ubica el centro de interpretación del monumento.
El responsable de las oficinas de Turismo del Ayuntamiento, Fernando Fuentes, recala en los puntos más importantes del paseo.
En el adarve el guía para frente a la Alcazaba. Es el baluarte del sur. Esta vista es la clave de la construcción. «Es lo que nos ayuda a comprender por qué el fuerte se ubica en este sitio y cuál su función, que es la dominación sobre la plaza de Badajoz». De la Alcazaba parte el resto del sistema fortificado. Y es esa la clave de que en los inicios de la guerra se decidiera levantar en este punto un lugar donde colocar los cañones orientados justo al otro lado, frente a Portugal.
Camino cubierto
Fernando Fuentes se refiere también a que desde el fuerte partía un camino cubierto que lo conectaba con el Puente de Palmas. Ese camino era una especie de pasillo que resguardaba a los soldados de los enemigos. El monumento también permitía controlar el hornabeque del puente. Todavía no están en su sitio, pero está previsto colocar unos binoculares entre los baluartes sur y oeste. Con ellos se podrá ver Elvas y comprobar la cercanía de los portugueses. Los elvenses también van a colocar otro par en el Fuerte de Santa Luzia para ver Badajoz.
El baluarte oeste está orientado a Portugal. Este punto se ha aprovechado para recrear una cañonera y un cañón de la época, así como dos de los personajes que podrían estar al cargo de un cañón. Según los documentos de la época, hasta ocho personas podían estar pendientes de este arma. «En su día era muy similar a lo que hoy sería la entrada de un 'fórmula 1' en boxes. Cada uno tenía su función y lo hacía en el menor tiempo posible», señala Fernando Fuentes.
A partir del semibaluarte norte, el guía prefiere adentrarse en los hechos históricos. Señala, por ejemplo, el lugar donde las tropas francesas «acribillaron a los españoles» en la batalla de Santa Engracia, que tuvo lugar en 1811. «Hay que insistir en que el fuerte nunca fue tomado por los enemigos. Tras la conquista de los franceses, después de la batalla de la Albuera, hubo asedio de los británicos donde hoy está la barriada de La Luneta y abrieron brecha en este semibaluarte norte». Las vistas vuelven a ser espectaculares en el último semibaluarte, el ubicado al este. Desde allí se puede ver la antigua central eléctrica y la confluencia del arroyo Rivillas con el río Guadiana. Es allí donde el guía apunta de nuevo a la Alcazaba para explicar que en el antiguo castillo tuvo lugar el tercer asedio británico y sus tropas conquistaron la ciudad. «En ese momento los oficiales franceses se recluyeron en el fuerte y pocos días después rindieron la ciudad para dársela a los aliados y estos, después, a los españoles».
Las explicaciones no acaban aquí, porque el centro de interpretación muestra facsímiles y documentos. Entre ellos el plano más antiguo que se conserva de la ciudad rescatado del Archivo Militar de Estocolmo. En él se aprecia que la estructura arquitectónica de San Cristóbal se ha conservado prácticamente igual.
En el centro de interpretación se pueden conocer también algunas referencias a la antigua ermita de San Cristóbal, que dio nombre a la plaza militar, antes de desaparecer.
En el museo se puede leer un texto en portugués atribuido al general Joane Mendes de Vasconcelos, quien durante la guerra con Portugal escribió a la reina: «O forte está muito forte/ A estacada muito mais/ As balas não têm conta/ Senhora não posso mais».
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