El CD Badajoz da el primer paso

El CD Badajoz 1905 sufre, genera dudas, tiene a parte de su afición desencantada y con dos de sus principales baluartes lesionados (Copito y Gugu), pero ya ha cumplido con el primero de sus tres objetivos fijados para esta temporada. Una hoja de ruta que marca como fin de trayecto subir a Tercera. El equipo de Víctor López logró la clasificación matemática para la fase de ascenso con un triunfo de raza ante un gran Oliva. Aprueba el primer parcial a falta de cinco jornadas para comenzar la evaluación final, unos deberes que, por el momento, también ha sacado por adelantado el Sanvienteño entre los tres grupos de Regional Preferente.

«El primer objetivo está cumplido. Pero no tengo dudas del potencial de esta plantilla a nivel de grupo, estoy convencido de que vamos a ser campeones», apunta Víctor López, algo más tranquilo 24 horas después de los momentos de tensión vividos en el banquillo por el devenir de los acontecimientos durante el partido. Fue una victoria moral y regeneradora en todos los sentidos porque el ambiente estaba enrarecido con el Nuevo Vivero a punto de estallar de ira. «De la grada llega todo ahí abajo, lo bueno y lo malo. El público tiene derecho a expresarse como considere oportuno. Es muy respetable y nos viene bien para apretarnos. Pero cuando empieza el partido nadie puede solucionar lo que pase en el campo, sólo los jugadores y el entrenador. Y la misión del técnico es prestar la máxima atención a los futbolistas. Ya nos gustaría que todo el mundo saliera contento por el trabajo de los jugadores», reconoce el técnico del Badajoz.

De hecho, el gol milagroso de Sito actuó de retén ante un conato de incendio entre el equipo blanquinegro y su irritada masa social. «Me quedo con esos ojos de sangre, llenos de rabia con los que los jugadores llegaron al vestuario. Esa imagen es fiel reflejo del compromiso de la plantilla con el club y el coraje de los futbolistas por ganar el partido. Esa es la lectura más positiva que se puede sacar», expone Víctor López. El preparador blanquinegro se deshace en elogios por el arrojo y entrega de su equipo. «Intentó ganar hasta el último segundo. Los jugadores se dejaron la piel y es de agradecer, es lo máximo que puede pedir un entrenador». Y es que el Badajoz tiró de amor propio y recuperó su identidad. «En el segundo tiempo el equipo creyó en la victoria hasta el último minuto. Cuando todo estaba más difícil el equipo reacciona. Nos va a venir bien».

Víctor López cree que sus jugadores se contagiaron del nerviosismo de la grada, algo decepcionada con las últimas actuaciones del equipo. «En la primera media hora el equipo estuvo muy bien, recordó al de principios de temporada, con profundidad de banda. Hizo el 1-0 y pudo hacer el 2-0 que habría cambiado todo. Pero un error nuestro en el centro del campo desencadenó en el empate a uno y los problemas que tuvimos después. Le pudo la presión, la ansiedad, por todo lo que ha surgido alrededor del equipo tras los últimos resultados».

Pero el entrenador considera que no se hace justicia con los méritos del Badajoz. «Hay que valorar también al rival porque muchas veces nos ceñimos a nuestro equipo y no se ve el buen trabajo de otros. El Oliva es un buen equipo, bien situado en el campo, que está muy bien trabajado físicamente y nos lo puso muy difícil. A eso se añade un error que tuvimos con una pérdida de balón que nos costó el empate. Pero este tipo de partidos nos permitirá llegar al momento clave de la temporada en buenas condiciones».

El Badajoz ya se ha asegurado la fase de ascenso, pero para el campeonato tendrá que esperar algo más, ya que tiene al Calamonte a cinco puntos después de desperdiciar un buen colchón. Los pacenses llegaron a disfrutar de una ventaja de 12 puntos sobre el segundo. «Es verdad que el Calamonte nos ha recortado puntos, pero eso nos hará más fuertes para la fase final del campeonato y nos permitirá llegar mejor preparados que estar a 15 puntos del segundo».