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Álvaro Rubio
Miércoles, 11 de mayo 2016, 22:42
Entre paisajes marcados por el amarillo seco del verano y el verde de las estaciones más húmedas nace La Serena. En esa comarca, concretamente en la finca Gamonital, ubicada en el término municipal de Campanario , campan a sus anchas cientos de ovejas de la ganadería de María Josefa León Gallardo. Es mayo y el campo aún muestra resquicios del invierno en un terreno con grandes penillanuras de granito y pizarra sobre las que escasamente crecen los pastos. Bajo un imponente silencio, donde el único atisbo de ruido lo provoca el viento, se crían estos ejemplares ovinos, protagonistas de una investigación basada en la teledetección de pastos por vía satélite.
«Es el sueño dorado, guiar al rebaño hacia el lugar en el que se encuentre la mayor cantidad y mejor calidad de materia seca según las necesidades del animal», explica Fermín López Gallego, director del departamento de Producción Animal de la Finca La Orden-Valdesequera del Cicytex, el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura que, junto a la Universidad de Extremadura y la cooperativa Oviso, han desarrollado un sistema de ayuda a la decisión (SAD) que permite asesorar al ganadero. «Podemos decirle en qué cerca tiene más pasto, qué calidad, con qué debe suplementar y en qué cantidad», apunta Beatriz Agudo, ingeniera agrónoma y coordinadora del departamento de I+D+i de la sociedad Oviso, una cooperativa de segundo grado que aglutina a más de 1.500 ganaderos.
Ese dispositivo ya se está ofreciendo a los profesionales del campo. En el mes de marzo empezaron a informar a través de charlas y por el momento han llevado a cabo cuatro acciones: en Cabeza del Buey, en Hinojosa del Duque (Córdoba), otra en Jabugo (Huelva) y la última en Trujillo. «En total lo hemos mostrado a unos 600 ganaderos», detalla Miguel Cortés Tamayo, veterinario del departamento de I+D+i de Oviso.
Él está siendo el encargado de realizar el trabajo de campo. Para que el usuario se pueda beneficiar de este servicio, Cortés primero digitaliza la finca con GPS, luego vuelca la imagen del satélite sobre las diferentes cercas de la finca en cuestión y, a partir de ese momento, comienza el asesoramiento.
Eso se puede hacer gracias a un modelo que junto a Fermín López, han desarrollado Pedro Rodríguez Medina, profesor investigador de Producción Animal y Ciencias de los Alimentos de la Universidad de Extremadura; Felipe Leco Berrocal, investigador de Geografía y Ordenación del Territorio de la UEx, y Javier Rebollo Castillo, del departamento de Expresión Gráfica del área de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Fotogeometría de la UEx.
Para ello han utilizado el satélite meteorológico denominado Modis, que mide entre otros aspectos la temperatura de superficie, la cartografía de la vegetación global y las características de la nubosidad. En él cada píxel de información equivale a 25 hectáreas.
El nuevo sistema recoge la imagen del satélite, es decir, la información de siete bandas espectrales y seis índices derivados, que son una combinación de los valores numéricos de esas bandas. En total, 13 informaciones que equivalen, tras realizar determinadas ecuaciones, a kilos de materia seca y a diferentes parámetros que definen la calidad del pasto.
A partir de ahí, la información química se traduce en energía, en proteína y en ingestión voluntaria por parte de la oveja. Por otro lado, se define el tipo de animal con el que se está trabajando, que se divide en función de sus características por el momento del ciclo productivo en el que se encuentra. También valores básicos como el peso del ejemplar, su estado fisiológico y la evolución de la condición corporal del animal, entre otros aspectos. Además, se tiene en cuenta el territorio sobre el que crece el pasto.
Luego se hace un balance entre las necesidades que tiene el rebaño y lo que la cerca es capaz de ofertar en pasto. Si el resultado es negativo, no cubrirá todas las necesidades de alimento con recurso natural y se calculará la cantidad de suplemento alimenticio que necesitará en este caso la oveja. «Nos dice el alimento que habría que utilizar en el momento que el ganadero quiera. Tiene en cuenta la época del año, las condiciones meteorológicas, así como situaciones concretas que se pueden dar en las diferentes explotaciones», explica Rodríguez Medina.
Orígenes
El nuevo sistema de teledetección de pastos por vía satélite es fruto de un proceso de trabajo que empezó hace diez años. «Mi padre, ganadero que no sabía escribir ni leer, siempre me planteaba el mismo problema. Ojalá se pudiera guiar a las ovejas hasta la cerca con más pasto», recuerda emocionado Fermín López, uno de los creadores de este proyecto. «La idea se fraguó hablando en el año 2006 con el director gerente de Oviso, Juan Carlos Pozo Crespo, y tras mucho esfuerzo y miles de horas en el campo, hoy es una realidad y funciona», añade.
Para desarrollarlo y validarlo han trabajado en un total de 1.816 hectáreas. La primera finca de trabajo fue Valdesequera. En ella, la labor de campo constaba de varias partes. Primero se medía la cantidad de pasto visualmente a partir de una escala de cero (menos materia seca) a cinco (mayor cantidad posible). Eso se hacía a través de un quad y un GPS en miles de puntos de la finca. La segunda fase consistía en cortar pasto para obtener diferentes muestras de la explotación y llevarlas al laboratorio de la Facultad de Veterinaria con el objetivo de analizar la calidad. «Cada dato tomado se georeferenciaba y eso se hacía todos los meses. De este modo, lo que el ojo humano veía y lo que determinaba el laboratorio se correlacionaba con el satélite», explica Miguel.
Eso mismo lo han hecho, durante la fase experimental, en otras cuatro fincas colaboradoras (La Tiesa en Cabeza del Buey, Villaralto y Peñalobosa en Castuera, y Gamonital en Campanario). «Nos pidieron colaboración y no lo dudamos. El ahorro en suplemento alimenticio es complicado saberlo porque depende de muchos factores. Aproximadamente en un año con buenas condiciones climatológicas para el ovino, gastamos unos 80 kilos anuales de suplemento por oveja. Eso supone un total de 24,5 euros», detalla Mario Mera León, representante de la finca de Gamonital que está recibiendo asesoramiento de los técnicos del Grupo Oviso con el nuevo programa.
Las estimaciones en la fase experimental del proyecto es que, gracias al dispositivo, los ganaderos ahorran 2,60 euros anuales por oveja, según la valoración económica realizada en 2015. «El objetivo es llegar a lo máximo posible de ahorro y que se puedan beneficiar de este programa todas nuestras cooperativas, ya que la suplementación del ganado adulto en las explotaciones de ovino de carne está resultando un coste de difícil soporte económico. Además, la incertidumbre en el mercado de las materias primas, con subidas pronunciadas de unos años a otros, impide una correcta planificación de los costes de las explotaciones», asevera Agudo mientras asiente con la cabeza Mera.
Él, como representante de ganadería, confía en la eficacia de esta investigación, que es el resultado de una concatenación de proyectos que en total ronda el millón de euros y que han sido cofinanciados por diferentes entidades. Desde la Junta de Extremadura hasta el Ministerio de Agricultura. «Es un ejemplo de cómo un proyecto que nace en un centro de investigación y que incorpora a una cooperativa se acaba transformado en una realidad para el ganadero», asegura Fermín.
Por el momento, han digitalizado 85 fincas ubicadas en la zona de Herrera del Duque, Trujillo, Alburquerque, Villanueva de la Serena, así como otras de la región de Andalucía. El objetivo es llegar a las miles de ganaderías socias del Grupo Oviso que, como la que representa Mario, buscan el modo de ahorrar en la gestión alimenticia de un sector marcado por la tradición. «Cuando hemos presentado este programa a los ganaderos en charlas no se lo creen», coinciden los investigadores. Y es que muchos de ellos ven lejos estas historias de mapas digitalizados. Para la mayoría, hasta hoy, era impensable que en su finca, esa que sólo conoce el amarillo seco del verano y el verde de las estaciones más húmedas, un satélite guíe a su rebaño.
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