La Policía Local no le hizo la prueba porque «no vio síntomas»

«Me quejé como se quejan todos los ciudadanos, pagué la multa y me fui. Eso es lo que pasó». Con estas palabras, Alberto Astorga respondió ayer a la llamada que le hizo HOY para conocer su versión de sucedido.

Más tarde, el Ayuntamiento emitió un comunicado en el que indicó que «ni existe informe policial ni hubo control de alcoholemia y todo se redujo a una infracción por aparcamiento y una discrepancia de pareceres entre el concejal y el policía allí de servicio, que acabó en un exceso de celo y enfrentamiento personal entre ambos». El Ayuntamiento señala que el concejal no fue multado por estacionar en la plaza de discapacitado, sino que lo hizo «en el reservado de la Policía Nacional del que hace uso incorrectamente el funcionario que realiza servicios en la oficina de atención al ciudadano en la Plaza de San José», y que la «multa de tráfico, que ascendía a 40 euros, se pagó, como hace cualquier otro ciudadano».

La nota añade que «no se realizó control de alcoholemia alguno ni, por supuesto, denuncia». «La Policía Local está obligada a hacer controles de alcoholemia a todos los ciudadanos si es requerida para ello o ven síntomas para realizarlos y, en esta ocasión, no hubo apreciaciones objetivas que lo demandaran».