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El desahucio político de un concejal

El alcalde de Badajoz destituye a Astorga como responsable de la Policía Local

PPLL

Miércoles, 3 de septiembre 2014, 00:17

El alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, destituyó ayer a Alberto Astorga como concejal responsable de Policía Local. El edil mantiene la cartera de Hacienda y su condición de primer teniente de alcalde. El hecho fue comunicado en rueda de prensa casi un mes después de que este diario publicara el contenido de un informe de la Policía Nacional sobre una disputa entre Astorga y agentes de este cuerpo el 13 de junio, a cuenta de un aparcamiento en zona de discapacitados y donde el edil no sale, precisamente, bien parado. Además, Fragoso convocó para el próximo viernes un pleno extraordinario en el que quien hasta ayer mismo era uno de sus puntales en el equipo de gobierno tendrá que explicar lo sucedido y someterse a la labor de fiscalización de la oposición. Fragoso se mostró ayer disgustado, dijo que algo así nunca debió ocurrir y prometió que, en todo caso, no se repetirá en el futuro.

El alcalde firmó con ello el desahucio político de Astorga. Además dejó la puerta abierta a nuevas y más duras reprobaciones a su compañero de partido -lo siguiente sería apartarlo directamente del gobierno local y pedirle su acta de concejal- si se conociesen nuevos datos que aclaren definitivamente qué ocurrió aquella noche del 13 de junio. Eso sitúa a Astorga en una posición delicada y difícil, pues sabe que mucho deben cambiar las cosas para que su nombre aparezca en la lista del PP a las municipales del año que viene. Debe además continuar en primera línea de fuego al mando de las cuentas públicas de la ciudad. Y, por si fuera poco, tendrá que acostumbrarse a convivir con la espada de Damocles que implica la posibilidad de que se conozcan contenidos que, quizás por segunda vez, contradigan su palabra, como ya ocurriera con la fotografía que publicó también este diario y mostró su motocicleta aparcada donde él había negado que la hubiese aparcado.

Fragoso, que ha vivido momentos difíciles en lo personal por el triste fallecimiento de su padre durante las pasadas semanas, ha demorado su decisión sobre el caso obligado muy probablemente por ese contexto familiar y en su primera gran decisión política como alcalde de la principal ciudad de la región se ha mostrado más hábil que contundente. Ha dejado atrás a un náufrago político; se ha adelantado a la oposición situando un pleno monográfico sobre el caso según los intereses de su propia agenda, sin esperar a que fueran el PSOE o IU los que condicionaran la fecha; ha resuelto el más que seguro conflicto entre fuerzas policiales que causó el episodio; no ha sometido a su gabinete a una profunda catarsis, pues ni Policía Local ni, especialmente, Hacienda son áreas de fácil trasiego administrativo; y tras una aparición fugaz en el escenario ha devuelto el protagonismo al causante de todo este lamentable embrollo.

Como ya se expresó recientemente en este espacio, es la ciudadanía la que debe entender el mensaje del Ayuntamiento y su máximo responsable, primero, y juzgarlo, inmediatamente después. Fragoso ha reducido al mínimo -aunque no totalmente- las posibilidades de que el debate público sobre el 'caso Astorga' se alargue más allá de un par de semanas. Pero eso sí, asume los riesgos inherentes a toda respuesta política que no sea el estoque de descabello. El tiempo le dará o quitará la razón. Quien tiene que sostener el tono y aguantar el tipo vuelve a ser desde hoy Alberto Astorga.

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