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EVARISTO FDEZ. DE VEGA
Domingo, 23 de noviembre 2014, 08:30
Un grupo de pacenses encabezado por Gregorio Gómez está dando los pasos necesarios para constituir una asociación que tendrá como objetivo fundamental la creación de un comunicador oculto que permita a las mujeres maltratadas lanzar una señal de alarma ante una situación de riesgo.
La idea de crear la Asociación Alma contra la Violencia de Género surgió tras un encuentro casual entre Gregorio Gómez y una mujer que sufre en su familia los efectos del maltrato. «Ella me habló de la necesidad de disponer de un dispositivo que permitiera lanzar una alerta en caso de peligro, tenía la idea en la cabeza pero no sabía cómo desarrollarla».
Quien sí contaba con experiencia en la realización de proyectos era Gregorio Gómez, que después de trabajar durante casi 20 años en una empresa inmobiliaria, lleva cinco años «reinventándose», un complicado proceso en el que ya ha conseguido desarrollar un proyecto que permite crear pequeñas huertas en viviendas particulares.
Su contacto con personas especializadas en el desarrollo de ideas a través de Avante le hizo ver que la idea de crear un comunicador «casi invisible» era factible, puesto que la tecnología actual permite reducir de forma considerable el tamaño de los dispositivos.
En este caso, el reto es crear un sistema de alerta que resulte imperceptible para el maltratador. «Me puse a bucear en Internet y me di cuenta de que hasta el momento solo existen los teléfonos que asigna la Policía Nacional a las mujeres maltratadas y los dispositivos que entrega Cruz Roja a través del programa Atenpro para víctimas que no conviven con el agresor».
Ambos sistemas son muy útiles para prevenir situaciones de peligro, pero el colectivo al que se quiere dirigir la nueva asociación está formado por personas que, a pesar de sufrir una situación de maltrato, no se atreven a denunciar. «Ha habido varios intentos de desarrollarlo, pero hasta el momento no existe un aparato como el que nosotros deseamos crear. No debemos olvidar que el 90% de las víctimas de maltrato son mujeres que jamás han presentado una denuncia».
La intención del Proyecto Alma es dar los pasos necesarios para que en el plazo de pocos meses el nuevo dispositivo esté diseñado y fabricado. Para ello, Gregorio Gómez ya ha establecido los primeros contactos con la Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales de la Universidad de Extremadura y, según cuenta, «el proyecto ha gustado mucho».
La idea es que el nuevo dispositivo con geolocalizador pueda ir oculto en una prenda de vestir o en un complemento personal que la víctima pueda llevar encima de forma permanente sin que lo sepa el posible agresor. «El simple hecho de saber que dándole a un botón se va a lanzar una alarma podría tranquilizar a muchas mujeres que temen ser agredidas».
Búsqueda de financiación
El impulsor del Proyecto Alma ya ha iniciado una ronda de contactos con distintas instituciones y organismos sociales que tienen relación con el maltrato en el ámbito familiar. Una de las reuniones más fructíferas se ha celebrado en la Casa de la Mujer de Badajoz, donde un grupo de mujeres que sufre este problema hizo aportaciones para conseguir que el futuro dispositivo de alerta se adapte a sus necesidades.
La idea también ha sido presentada a la unidad de coordinación sobre violencia de género de la Delegación de la Gobierno en Extremadura. «El proyecto merece la pena, pero necesita financiación para que pueda hacerse realidad porque hay que diseñar el dispositivo, fabricarlo y buscar la forma de que pueda ser entregado gratuitamente a las mujeres que lo necesitan».
Ese es el primer objetivo, pero la nueva asociación también se propone crear un grupo de voluntarios que recibirían el nombre de «socorrista anónimo». «Tendrían la misión de prestar auxilio a las mujeres que no cuenten en su entorno cercano con personas que puedan ofrecerles ayuda en los momentos iniciales».
Para ello, se quiere crear un programa informático que permita gestionar todas las alertas y ponerlas en contacto tanto con las fuerzas de seguridad como con los socorristas anónimos. «Nuestra intención es abrir delegaciones donde puedan trabajar mujeres y hombres que hayan sufrido el maltrato. Lo ideal sería que quienes sufren este problema encuentren de este modo una solución laboral».
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