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Natalia Reigadas
Lunes, 4 de julio 2016, 00:23
La calle Encarnación se huele mucho antes de llegar. La vía que se cerró en 2014 por el riesgo de derrumbe de sus edificios se ha convertido en una zona que acumula basuras, un vertedero en pleno Casco Antiguo de Badajoz. Los edificios cercanos se utilizan como fumaderos de droga y los vecinos piden auxilio para acabar con este problema.
Calle Norte el Ayuntamiento cerró con muros esta vía en septiembre de 2014 por el riesgo de derrumbe de dos edificios que están reforzados con andamios. Estos inmuebles conectan con otro en la Plaza Alta. Hay un proyecto para que sean un hotel, pero no avanza. No se sabe hasta cuándo estará cortada esta vía que une la Plaza Alta con Santa María. Mientras tanto, los vecinos del único portal del tramo abierto han instalado una valla para evitar que se acumule la suciedad.
Calle Encarnación también fue cortada en septiembre de 2014 por riesgo de derrumbe. No hay proyecto ni fecha para su apertura. Hace un año abrieron un butrón en el muro que no se ha reparado y la basura se acumula.
Plaza de San José los edificios cercanos al Arco del Peso pertenecen a la Inmobiliaria Municipal, pero el proyecto para convertirlos en viviendas está parado. Un andamio los sujeta desde noviembre del año pasado.
Calle Luis de Morales varias casas con riesgo de derrumbe están apuntaladas con andamios.
«Es el punto más vergonzoso del centro. Lo dijimos los vecinos cuando lo cerraron, que iba a ser un vertedero y lo es. Dijimos que se iba a utilizar para entrar a drogarse y eso hacen y aquí no viene nadie ni sabemos hasta cuando estará así», dice Matilde, que vive en la calle San Pedro de Alcántara. Como otros residentes teme dar su apellido «porque hay gente mala, los que se meten ahí y no quieres tener problemas».
Encarnación es una de las vías más deterioradas del casco histórico. Muchas de las viviendas están en ruinas o semiderruidas. Conecta San Pedro de Alcántara con la calle Luis de Morales. En septiembre de 2014 el Ayuntamiento de Badajoz decidió intervenir por el riesgo de que varias construcciones se viniesen abajo. Colocó dos muros para cerrar el tramo de la vía más estropeado y otro para cortar el paso desde la calle San Atón. Se creó una zona completamente cerrada.
Pronto los vecinos se quejaron. Temían que se acumulase la basura. Su principal preocupación, sin embargo, es que la calle se clausuró de forma indefinida, sin fecha para su recuperación. El Consistorio ha mostrado su intención de remodelar esta zona e incluso ha concretado que se diseñará una plaza, pero no hay nada concreto ni inminente. Algunas viviendas, incluso, se desconoce a quién pertenecen por lo que la remodelación es aún más complicada.
Los miedos de los vecinos se hicieron realidad unos meses después de la clausura de la calle. Hace un año derribaron la mitad de uno de los muros. Lo hicieron para acceder a una de las casas abandonadas y ocuparla. Esta vivienda se convirtió en un fumadero de droga y comenzaron a acumularse los restos de basura.
El Ayuntamiento llevó a cabo una limpieza de la zona unos meses después. «Se llevaron colchones, bolsas de basura, maderas que eran muy peligrosas porque eso iba a arder y de todo, y pensamos que iban a aprovechar para volver a cerrar el muro, pero se quedó con el agujero y ahí tienes, más basura», asegura Paco, un jubilado y vecino de la calle Luis de Morales. En efecto el tramo cerrado vuelve a estar lleno de basura unos meses después. La puerta de la vivienda que se utilizaba como fumadero fue sellada con ladrillos, pero ya han arrancado parte del cierre y utilizan una escalera para volver a acceder a la casa. También hay signos de consumo de drogas en la zona, por ejemplo, papel de plata que se utiliza para fumar mezcla (heroína con cocaína).
Sin vecinos
Los residentes de la zona se muestran resignados. «No van a hacer nada y nadie se va a venir a vivir aquí. Ya hay varios vecinos que se han marchado. Normal, y eso que antes esta calle (Luis de Morales) era muy buena», dice Pilar. Esta residente intentó negociar hace unos meses con las personas que ocupan las viviendas de la calle Encarnación. Les pidió que tirasen la basura fuera, «porque eso atrae bichos, ratas y de todo», pero «son gente que está muy mal».
Además de la imagen y de no poder utilizar esta vía que ya lleva cortada 21 meses, el estado de la calle Encarnación provoca graves molestias a los vecinos. La peor, el mal olor que se nota a varios metros de las casas abandonadas. Además han aparecido ratas y cucarachas y temen que sea un foco de incendio. En el Casco Antiguo es común que las viviendas ocupadas o utilizadas como fumaderos se incendien. Hay un suceso de este tipo, según datos del Servicio Municipal de Extinción de Incendios, una vez al mes de media.
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