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MIRIAM F. RUA
Domingo, 2 de octubre 2016, 09:10
Se fue de Badajoz a estudiar dirección escénica y cine cuando tenía 19 años. Hoy tiene cuarenta y en este tiempo ha vivido y se ha formado en Madrid y París, pero a la hora de ponerse a escribir sus guiones, la cabeza de Julián Quintanilla vuelve a su barrio, San Roque, y a su universo, el de su infancia en los años ochenta de niños jugando en la calle, de vecinas comiendo altramuces en la puerta de sus casas bajas alicatadas de azulejos de colores y de su madre, la Chary, a la que define como una comedia andante. A ellos le dedica su primera película 'El mundo entero', un mediometraje de treinta minutos que se estrena mañana lunes en pantalla grande en uno de los teatros más importantes del país, el Capitol, en plena Gran Vía madrileña.
Para explicar su fascinación por su barrio y su gente, Julián Quintanilla recita de memoria un párrafo de Jean-Claude Carrière, guionista de Buñuel, al que leyó cuando estudiaba en la escuela de guionistas de Francia: «La misión profunda de un contador de historias es con su cine hacer homenaje a las gentes del lugar donde nació para que la belleza que está en ese lugar no se pierda para siempre de la tierra como si nunca hubiese existido».
De esta manera, en París descubrió que quería enseñar al mundo Badajoz, San Roque y al personaje más potente que tiene en su retina, su madre fallecida a la que revive en la que considera su ópera prima. «Es un homenaje a mi tierra, a mis raíces, a un lugar donde yo encuentro belleza y quiero enseñarla al mundo entero». Así nace la que él llama «mi peliculita», un proyecto personal que ha escrito, dirigido, coprotagonizado -se interpreta a sí mismo- y postproducido y donde ha invertido sus ahorros para que nadie pudiera meter las manos en sus recuerdos ni retocar su imaginario.
La historia que cuenta 'El mundo entero' sucedió cuando él era niño y le dice a su madre que es homosexual. Sin embargo, el cineasta considera que «la dificultad de mi madre para crear un hijo diferente es la anécdota, el tema de la película es que siempre hay posibilidad de cambiar las cosas incluso después de muerta».
Está rodada íntegramente en Badajoz, principalmente en el barrio de San Roque y el cementerio viejo. De San Roque seleccionó las casas más castizas de calles como Vistahermosa o López de Tovar e incluso decoró a su medida la fachada del número 25 de la calle Extremadura para rememorar la estética y la belleza que su memoria tiene del barrio de su niñez.
El cementerio viejo también lo 'tuneó' recuperando el zócalo verde carruaje de su entrada y sus bancos de granito. Allí, frente al nicho en el que está enterrada su madre arranca la trama de la película. «Cuando era pequeño mi abuelo me llevaba allí, nos sentábamos en el banco con el bocadillo y se ponía a hablar con mi abuela y yo quería reproducir lo mismo en la película hablando con mi madre», cuenta Julián Quintanilla.
Además de las localizaciones, en la película trabajan muchos pacenses -salen incluso las vecinas de su madre- y tiene como protagonista a su musa, Loles León, con la que ya ha trabajado y la única que para Quintanilla podía interpretar a su madre. «Yo cuando escribí la película lo hice pensando en que Loles era la Chary.
De hecho, si ella no hubiese querido hacer la peli, no la hubiera rodado», confiesa. Para la película la actriz se puso en manos del estilista Antonio Panizza, que tiene cuatro Goyas por sus trabajos en cine. Su caracterización como la Chary está tan conseguida que el propio Julián Quintanilla confiesa que «Loles ha puesto mucho de su parte para convertirse en la Chary. Veo tanto a mi madre en la película que me da miedo».
'El mundo entero' tiene un componente emocional fuerte, pero también hay muchas escenas de humor. «Vamos a transitar por muchas emociones y eso en una película de media hora es bonito», dice el cineasta. Para rematar su homenaje a su barrio y a sus vecinos, los citará vestidos de gala mañana en la misma avenida y en el mismo teatro donde han estrenado los grandes directores españoles. «Homenajear a la gente de San Roque no hubiese estado completo si no se estrena en el Cine Capitol, donde yo hace un año fui al estreno de 'Ma ma' de Penélope Cruz. Esa es la justicia», considera Julián Quintanilla, quien espera ver las butacas repletas de pacenses.
En diciembre la cinta llegará a Badajoz para proyectarse en el teatro López de Ayala. Entonces Julián Quintanilla volverá a la ciudad y como hizo durante el rodaje dormirá en casa de 'la Encarna', su vecina.
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