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Los extremeños que regresaron el domingo de Portugal vía Elvas se vieron obligados a soportar retrasos de hasta hora y media de duración al saturarse las casetas de cobro en las que se abona el peaje antes de atravesar la frontera.
La queja es compartida por los conductores que hicieron colas de hasta un kilómetro y medio ante la imposibilidad de atravesar el punto de pago que se ubica a la altura de Vila Boim.
Una de las afectada fue Sonia Gómez, que el domingo cumplía 32 años. Había pasado el fin de semana en Lisboa y salió de la capital portuguesa a las 13.30 horas con la intención de llegar a casa unas dos horas después. «Imaginamos que estaríamos en casa a las 15.30 o así para celebrar el cumpleaños, pero antes de pasar Elvas comprobamos que había un atasco enorme».
Su primera reacción fue buscar información en el teléfono móvil, donde localizó una alerta por accidente de tráfico en ese punto. Sin embargo, en el kilómetro y medio que separaba su coche de las casetas de peaje no halló restos de ningún siniestro, por lo que llegó a la conclusión de que el problema estaba en que los puntos de pago existentes resultaban insuficientes para atender el enorme flujo de automovilistas que regresaba a España a esa hora.
Una experiencia parecida tuvo José Manuel. También volvía el domingo desde Peniche, una localidad muy turística situada al norte de Lisboa. En su caso, decidió emprender el viaje a primera hora de la mañana para hacer una parada antes de atravesar la frontera. «Menos mal que salimos con tiempo, porque teníamos una mesa reservada en Elvas y si hubiésemos ido con el tiempo justo se nos habría pasado la hora de comer».
Este pacense contó este lunes que en lugar de llegar a las 13.30 horas a la localidad portuguesa no pudieron hacerlo hasta las 14.50.
En su caso, podría haberse evitado el atasco si al llegar a Estremoz hubiese abandonado la autovía. «Estuve a punto de salirme ahí por equivocación, pero volví a entrar y al final me terminé arrepintiendo».
José Manuel ha explicado que un kilómetro y medio antes del puesto de peaje de Elvas los vehículos tenían bloqueados los dos carriles de circulación. «Al principio pensamos que había un accidente, pero a medida que nos acercábamos solo vimos un coche de la GNR y unos 50 metros adelante otro coche de asistencia».
Las imágenes que tomaron los afectados muestran las colas de coches detenidos, pero esas fotografías fijas no transmiten la indignación que, según afirman, sentían los afectados. «Yo vi a una conductora que se encaró a voces con un encargado del punto de peaje, había mucha tensión en el ambiente».
Quienes se vieron retenidos en ese atasco también pudieron ver que algunas de las personas que iban en los coches se vieron obligadas a buscar lugares más o menos apartados para hacer sus necesidades. «Yo vi a una chica orinando muy cerca de la cuneta, había gente que no podía aguantar más», lamenta José Manuel.
Esa gran retención no solo afectó a los conductores que se veían obligados a detenerse para abonar el importe del peaje, también los conductores que cuentan con el dispositivo de pago a distancia (Via Adherente) que permite pasar sin detenerse quedaron retenidos en la autovía porque las colas se formaron kilómetro y medio antes de llegar a la explanada donde se encuentran los puntos de paso reservados a los vehículos preferentes. «En un primer momento la gente aguantó, pero a medida que pasaba el tiempo el ambiente se crispaba y al final la pitada era continua», resume José Manuel.
Ángel Ferrera, marido de Sonia Gómez, se preguntaba este lunes por qué los encargados de la gestión de esa autopista no tomaron la determinación de abrir las barreras en los momentos de mayor colapso.
En ese caso, el tráfico se habría agilizado, pero la empresa que gestiona esa importante vía de comunicación no habría recaudado los aproximadamente 16 euros que pagan los turismos por el tramo comprendido entre Lisboa y Elvas, cantidad que asciende hasta los 28 euros cuando se trata de un todoterreno.
En todo caso, el problema con el peaje no se mantuvo durante toda la jornada del domingo. A las 22 horas, por ejemplo, había una total fluidez en ese punto de paso.
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