Antonio Domínguez no quiere ser el barrio que hay detrás del Materno. Sus 4.500 residentes reclaman que la ciudad cuente con ellos y la cara de esta reclamación es la de Melody Díaz, la nueva presidenta de la asociación de vecinos.
Díaz nació en su barrio y allí continúa 30 años después. Es administrativa y, como muchos vecinos, solo recuerda a Paco Gutiérrez como presidente porque ha estado en el cargo 18 años. Le sucede con la ilusión de seguir siendo una asociación reivindicativa y lograr que la gente joven se quede a vivir en la zona.
-Antonio Domínguez es una asociación de vecinos bastante reivindicativa...
«Solo hace falta dar una vuelta para darse cuenta de que este barrio está totalmente abandonado»
-Sí, la verdad es que sí. Hemos tenido la suerte de contar con Paco y con Manolo, que son los que casi han estado 20 años y han hecho mucho por el barrio, han peleado y, bueno, vamos a intentar por lo menos mantener lo conseguido. Y luego, por supuesto, queremos que se le de más visibilidad a este barrio.
-¿Por qué se ha animado a ser presidenta?
-Me he animado porque ellos iban a dimitir y nadie se presentaba. Ya sabes, es difícil. Pero al no presentarse nadie suponía perder lo conseguido, así que reuní un grupo de gente joven, algunos con negocios en el barrio. Todos vecinos y queremos, por lo menos mantener lo que han conseguido y seguir aquí. Mantenernos. Tener la asociación es importante.
-¿Cuál es el principal reto de Antonio Domínguez?
-Aquí hay mucha gente mayor, yo diría que el 70% de los que viven en el barrio son mayores, así que lo que queremos es ilusionar a la gente joven y que se impliquen, que se queden en su barrio.
-¿Por qué dice que el barrio debe tener mayor visibilidad?
-Hablo de visibilidad en muchos sentidos, porque ya no es solo cubrir las necesidades del barrio, que son muchas. Solo hace falta dar una vuelta por aquí para darse cuenta de que este barrio está totalmente abandonado. Hay socavones que yo recuerdo en calles desde años, años y años. Pero también visibilidad para que se cuente con este barrio en algunos proyectos de la ciudad, que no seamos solo en barrio que está detrás del Materno, sino que participemos y que cuenten con nosotros.
-¿El mantenimiento de las calles es una de sus reivindicaciones?
-Sí. En las calles tenemos socavones que se unen unos con otros, ya no sabemos si contarlos como uno o como varios. Son socavones de medio metro y las aceras destrozadas. Aquí hace falta un plan de asfaltado desde la primera a la última calle, sobre todo porque vive muchísima gente mayor. Yo entiendo que Badajoz tiene otras prioridades, pero van pasando los años y nadie se responsabiliza de esto. Al final lo que consiguen es que los vecinos se resignen y yo no quiero que mis vecinos estén resignados. Otra cosa es que tengamos paciencia, pero resignación no. Hay que empezar a moverse un poquito.
-También tienen problemas con los reventones de tuberías, especialmente en la autopista.
-Sí. Lo del agua es un problema en todo Badajoz. Deberían hacer un saneamiento de la red de aguas total. Y de la luz también. Hay veces que estamos horas y horas sin luz calles enteras. Con lo que eso supone. Niños y ancianos sin luz y electrodomésticos que se estropean y nadie se responsabiliza. Hay un transformador en un solar junto a la autopista que se quemó hace cuatro meses y ahí sigue. Solo no se va a cambiar. Estamos esperando.
-¿Alguna prioridad más?
-El acceso a Antonio Domínguez son unas escaleras, las escaleras de la calle La Pimienta. Son diez escalones y son una barreras desde hace años para los ancianos, para las madres con los carros, para personas con poca movilidad o para los que llevan silla de ruedas. Por favor, que una parte de esa escalera sea una rampa porque los vecinos deben dar un rodeo enorme para entrar y salir del barrio. Llevamos muchos años esperando que nos hagan esa rampa.
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