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PABLO CALVO
Domingo, 14 de junio 2015, 08:50
Durante sus cuatro años como alcaldesa, Elena Nevado ha sufrido un esguince de grado dos en el tobillo derecho que la obligó a moverse 10 días apoyada en una muleta (coincidió con la confirmación de que iría en las listas al Senado), y una afección hereditaria en el oído medio por la que tuvo que pasar por el quirófano (intervención aplazada unos días para que pudiera asistir al acto de coronación de Felipe VI como miembro de la Cámara Alta), pero la herida que más le ha dolido la ha padecido al final de su primer mandato, cuando su renuencia a dimitir como senadora por exigencia de Ciudadanos e indicación de su partido, llegó a poner en peligro su investidura de ayer como alcaldesa de Cáceres.
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Abogada de 48 años cumplidos el 26 de enero, hermana melliza, casada y con dos hijas estudiantes de Económicas y Periodismo, ha visto cómo su condición de senadora se le volvía en contra, pese a su insistencia de que su presencia en Madrid resultaba beneficiosa para la ciudad. «Tiraré del brazo de los ministros», aseguró en 2011, pero esas hipotéticas ventajas no han sido visualizadas por los ciudadanos, mientras la oposición ha aprovechado para recordar sus ausencias de la ciudad. En estos tres años y medio, Nevado ha realizado siete preguntas en la Cámara Alta, una relaciona directamente con la capital cacereña, el Centro de Formación de Tropa (Cefot). También se interesó por el sector de hidrocarburos tras la apertura de una gasolinera low cost.
Su paso por el Senado sí ha permitido saber, a través de su declaración de bienes, que en 2011 poseía dos pisos en Cáceres y tres automóviles, adquiridos antes de ser elegida por primera vez alcaldesa con 16 concejales, batiendo los récords del PP. Ese triunfo arrollador lo consiguió cuatro años después de haberse iniciado en política, convocada por José María Saponi. Quedó en la oposición, pero la legislatura le sirvió para foguearse en el Ayuntamiento, donde sustituyó como portavoz a un defenestrado Javier Castellano. A partir de ahí, Nevado, compañera de estudios en la Facultad de Derecho de Carlos Floriano y Laureano León, subió de forma vertiginosa. Además de convertirse en alcaldesa y senadora en pocos meses, se hizo con las riendas del PP local y ha sido habitual su participación en foros nacionales como la Federación de Municipios (es amiga de su presidente, el alcalde de Santander), la Red de Ciudades Inteligentes y las intermunicipales del PP, donde ha sido citada como ejemplo de política en ascenso.
Con este currículo, su victoria el 24-M sin mayoría absoluta y el peor porcentaje de votos de los últimos 25 años para el PP en una ciudad donde los populares siempre han ganado (aunque no gobernado) desde 1991, ha sabido casi a derrota. Ella misma lo dejaba traslucir la noche electoral.
Si hay algo en el que todos coinciden es que María Elena Nevado del Campo, alumna de colegio religioso, fumadora moderada, seguidora del Real Madrid y de 'su' Cacereño, que baila cuando suena pop latino, pero es capaz de vestir de rigurosa mantilla negra o en actos militares que se han prodigado bajo su mandato, es una mujer de carácter. Para sus más cercanos, eso se traduce en ser una persona de ideas claras y tener determinación, lo que se ha podido comprobar en varias de sus decisiones: quitar en un día las bicis de alquiler, multiplicar la tasa de ayuda a domicilio... Es también para ellos una mujer trabajadora, de las que lleva los papeles subrayados y que usa de forma constante las ventajas de la tecnología para estar encima de los concejales aunque ella se encuentre fuera de la ciudad. «Es verdad que no ha trabajado al 100% por Cáceres estos años, lo ha hecho al 300%», indican.
Para quienes no se sienten tan cercanos, la fortaleza de carácter la lleva en ocasiones a ser arrogante y a aplicar la prepotencia en su gestión, sensación acrecentada por la mayoría absoluta de la que disfrutó la pasada legislatura. Tampoco se ha caracterizado por demostrar una especial empatía ni con los políticos de otro signo ni con los ciudadanos que han expuesto sus demandas en los plenos. «Con ella llevas el no por delante, no tiene mucha cintura política, pero ahora tendrá que cambiar», señalan.
En estos cuatro años en los que también ejerció de concejala de Economía, se ha mejorado el pago a los proveedores aprovechando los planes de Montoro. La principal inversión, anunciada junto a su amiga la exvicepresidenta de la Junta Cristina Teniente, ha sido la peatonalización de la calle San Pedro de Alcántara, un proyecto del periodo Saponi, pero que ha levantado suspicacias por tener allí su despacho profesional, Cáceres Jurídico, en funcionamiento como sociedad limitada profesional. Ella posee un 25%, su marido (que acaba de obtener el grado de Derecho) otro tanto. Hace dos años cambiaron de socio, que tiene la otra mitad, y salió de la sociedad Francisco Elías. Con él y otros letrados, Nevado, que fue vicedecana del Colegio de Abogados de Cáceres, sufrió en 2003 un grave accidente de tráfico. Pero esas heridas ya no duelen.
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