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Arriba a la izquierdaagente informa a un conductor en la plaza de la Concepción; arriba a la derecha, un coche cruza el paso restringido en Roso de Luna; abajo a la izquierda, un vehículo trata de acceder a Las Claras; y a la derecha, el concejal de Tráfico, Rafael Mateos, en la Policía.
La Policía avisa de la multa a decenas de conductores que se saltaban las cámaras

La Policía avisa de la multa a decenas de conductores que se saltaban las cámaras

El Ayuntamiento niega que el nuevo sistema de acceso al casco histórico tenga afán recaudatorio, mientras la oposición plantea que se aplique un periodo de adaptación

Manuel M. Núñez

Miércoles, 24 de febrero 2016, 00:29

«¿Qué pasa? Voy ahí mismo», intenta convencer el conductor de un vehículo comercial a uno de los agentes que montan guardia en el cruce de la Plaza de la Concepción para que le deje pasar. El hombre se queda a cuadros cuando el agente le detalla que si sigue adelante con la furgoneta se expone a recibir una multa. «Pero si es un momento», viene a decirle mientras el policía le comenta que no puede ser. Luego explica, también a los vecinos que se interesan, que para llegar hasta la calle Margallo ya no queda más opción que girar desde la Concepción en dirección hacia San Blas y retomar el camino. Es mediodía. Punto y final al atajo por las traseras de la Plaza Mayor.

El nuevo sistema de control de acceso al casco histórico mediante cámaras entró ayer en servicio en medio interrogantes, desconocimiento y quejas de los repartidores y algunos negocios. Hay cambios que van más allá del modelo. No es solo que se quiten los bolardos que se montaron en 2003 y se pongan en marcha una docena de cámaras. Es que, por ejemplo, en la Concepción, esas cámaras y la señal de restricción de paso se sitúa arriba, a la altura del Nuevo Rialto. El pivote estaba en el cruce de General Ezponda y Ríos Verdes. Los peatones han ganado de esa forma unos 200 metros de espacio, aunque para los conductores el engorro está servido. Toca dar un rodeo.

70 llamadas y visitas de última hora a la Policía Local para pedir autorización

  • En el primer día a las dudas y las quejas se sumaron las prisas. Al menos 70 personas pasaron por la Policía Local o llamaron para interesarse por los trámites para solicitar la autorización, según la subinspectora Isabel Mendoza. Los últimos datos facilitados apuntan a más de un millar de vehículos con permiso para acceder al casco histórico, de ellos unos 600 correspondientes a servicios públicos, instituciones o empresas de reparto. El objetivo final es que la zona sea de prioridad peatonal. «Esto es ganas de complicarle la vida a la gente. Me parece absurdo», critica Jorge Pérez, que regenta el bar Nuevo Rialto. A medio día desde su ventana no se dejan de ver conductores que reciben el aviso de la Policía Local. «Los pivotes eran mucho más claros. Si estaban levantados ya sabías que no podías pasar. Ahora los hay que no saben que hay una cámara y que no se puede pasar», afirma. Los hoteles también notan los cambios. Sus clientes podrán acceder con vehículo una vez que comuniquen la matricula a la Policía local. «En principio lo vemos bien», aclara Gema Jordán, directora del hotel Don Carlos. Antonio Serrano, de la distribuidora Coloser, asume las quejas sobre los horarios «Esto son hechos consumados. Al menos nos dejan hasta las 11». Eso sí, solo de lunes a jueves.

«Si no llega a ponerse allí la Policía caigo fijo. Yo hubiera seguido adelante sin problema, no podía imaginar que ya te multan por pasar», relata un profesional que acudía cada día a su trabajo en coche. Desde ahora, tendrá que cambiar el recorrido. En su negocio como en tantos otros las autorizaciones se han pedido tarde, a última hora.

«No se nos puede acusar de que no se haya avisado, que no se haya informado. Llevamos ya tiempo con esto. Algunos lo han dejado para el último día», comenta Isabel Mendoza , la subinspectora de la Policía Local que ayer estaba al mando de las operaciones junto al concejal de Seguridad Vial en la sala de control de tráfico.

«Se puede decir que ha habido normalidad en este primer día. No es posible hablar de sanciones ya que hay un margen para tramitar esos accesos irregulares que se han producido. Se pueden traducir en multas o no», detalla el portavoz municipal y concejal de área, Rafael Mateos. El Consistorio, por ahora, no da datos. Quizás el viernes.

Ignacio, el responsable informático, coordina ocho pantallas en una sala repleta de imágenes de cada uno de los puntos que la Policía Local controla en la parte antigua. Hay seis monitores en la pared y otros dos sobre la mesa de trabajo. En uno de los ordenadores van apareciendo, uno tras otro, los vehículos que intentan cruzar por alguna de esas zonas de control. A las dos de la tarde son ya 27 páginas, y una veintena de vehículos, con el punto de paso, matrícula y otros datos, en una de ellas.

La pantalla refleja que no se puede hablar de incumplimientos masivos. Solo cuatro de los 20 vehículos que se ven en el último registro que muestra el monitor han podido colarse. No se trata aún de sanciones. Hay un margen de 24 horas que marca la ordenanza para justificar esa acción. «No existe un interés ni un afán recaudatorio en este sistema. Si alguien entra por una emergencia, tiene un plazo para argumentarlo y presentar el justificante correspondiente ante el gabinete técnico», señala la responsable policial.

Algunos negocios se quejan del horario de reparto. Igual que los distribuidores. El concejal de Seguridad Vial dice que esa demanda ya fue respondida en su momento. El plazo para distribuir dentro d el caso histórico concluida a las 9,30 horas y se retrasó a las 11 horas. De lunes a jueves. Los agentes se lo hicieron ver ayer a los afectados. Su labor informativa salvó de la multa a decenas de despistados.

Los coches se colaban por Roso de Luna. Allí no había controles. La Policía Local y el titular de Seguridad Vial confirmaron que la sanción será de 200 euros, según recoge el Reglamento General de Circulación. El artículo 65.4 de la Ley de Seguridad Vial tipifica las infracciones graves.

CáceresTú y PSOE se muestran críticos con el sistema. Andrés Licerán, del grupo socialista, considera «excesivas las sanciones» y da un paso más allá. Plantea «que haya un periodo de «adaptación» y aunque a los conductores y repartidores les llegue la notificación de la multa a casa, no se les cobre hasta que todo el mundo se acostumbre al nuevo sistema».

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