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Manuel M. Núñez
Lunes, 14 de noviembre 2016, 23:37
«Es casi milagroso que solo haya fallecido una persona». El jefe de la Policía Local, Ángel Carvajal, reflejaba en su rostro la dureza de una noche interminable que se saldó con un muerto, 13 heridos y una enorme carga de tensión en el pleno centro urbano. La gran acumulación de gas propano en el interior de una vivienda de la cuarta planta del edificio Santa Ana fue la causa más probable de la explosión que acabó con la vida de Germán Juan Rodríguez Prieto, un conocido dentista de origen salmantino instalado en Cáceres desde hace años. Tenía una hija y se había separado.
Germán se encontraba en la cocina en el momento en el que se produjo la detonación. «Fue muy violenta, ha destrozado toda la estancia», confirmó el responsable del Servicio Provincial de Extinción de Incendios (Sepei) de la Diputación, Francisco Hernández Mogollón. Los bomberos, acudieron en escasos minutos, al igual que la Policía Local, pero se encontraron con muchas dificultades. En principio, costó identificar el punto exacto del fuego. Eran las 00.45 horas. Los 13 heridos fueron de carácter leve por inhalación de monóxido de carbono, excepto una chica de 26 años que tuvo que ser atendida con una crisis de ansiedad. Uno de ellos, un hombre, recibió asistencia en Urgencias del hospital. No llegó a ser ingresado.
El bloque se encuentra en el número 19 de la Avenida de la Montaña, con acceso también desde Periodista Sánchez Asensio, junto a los Multicines. Se trata de un edificio de cinco plantas, una primera destinada a oficinas y garaje. Ayer por la tarde solo era posible el acceso a éste, aunque algunos vecinos tuvieron ocasión de entrar a sus casas a recoger sus enseres acompañados por la Policía Local. El bloque fue desalojado por completo en la parte que da a la Avenida Virgen de la Montaña. Quienes tienen negocios o viviendas en Sánchez Asensio ya pudieron regresar. En el hostal Neptuno fueron reservadas siete habitaciones dobles y una triple. El alcalde en funciones, Valentín Pacheco, se desplazó hasta el lugar de los hechos a primera hora de la madrugada. Ayer acudió de nuevo acompañado por técnicos municipales del área de Urbanismo y Edificación. El Ayuntamiento se ha puesto a disposición de los vecinos. Pacheco señaló que eran unas 15 familias afectadas. En total entre ambos accesos hay 58 viviendas. Las 32 de la parte de la Avenida seguirán cerradas. Se espera que la Policía Científica complete el trabajo el miércoles.
Algunos residentes se han trasladado de forma provisional a casa de amigos o familiares. Es el caso de José Ignacio Calvo, al que la explosión le cogió ya en la cama, justo debajo, en el tercer piso. «Bomberos y Policía tardaron apenas 10 minutos. Tuve el tiempo justo de vestirme y echarme a la calle. Yo vivo en el 3º C. Mi vecino del I se fue a por un extintor. Fueron momentos de mucha tensión», relata este vecino, que salió ayer sobre las cinco y media de la tarde del edificio cargado de bolsas tras recoger lo que pudo. «Por lo que nos han dicho al menos hasta el miércoles no podremos volver. Estábamos sin luz ni agua y el técnico de Repsol en una primera inspección no garantizaba el servicio», adelantó.
En un primer informe del área de Urbanismo se apuntan como zonas más afectadas los pisos colindantes al siniestrado (4ºH). Se acuerda el precinto de las viviendas I y H en las plantas segunda, tercera y cuarta, donde se produjo. Además, la prohibición de entrar en el edificio sin autorización se explica por razones de seguridad. Las primeras medidas se toman «en aras de preservar la integridad de las personas», informó el Consistorio.
El director de la Oficina de Desarollo Urbano fue uno de los técnicos municipales que inspeccionó el edificio. También estuvo el jefe de Disciplina Urbanística, al que hace cuatro años ya le tocó pronunciarse sobre el hundimiento del techo del Wok, que se saldó con varios heridos y familias desalojadas en el 52 de la Avenida de Alemania.
Además del precinto de viviendas, el informe también aconseja el apuntalamiento del forjado en un despacho profesional del primer piso. Igualmente, se restringe el acceso por una escalera de subida en los Multicines, donde otras dos salas han sido cerradas. Será necesario asimismo apuntalar el forjado de dicha escalera.
La duración de esos trabajos, que se iniciarán de inmediato según confirmaron algunos afectados, aún está por determinar. El concejal de Urbanismo y alcalde en funciones, Valentín Pacheco, avanzó por la mañana que las primeras impresiones descartaban daños estructurales en el edificio. Sí los hay en el piso siniestrado, el 4ºH. La vivienda estaba conectada con la antigua clínica en la que trabajó el fallecido, pero que había sido cerrada hace tiempo.
«Ha sido una explosión muy violenta. Destrozó toda la fachada que da hacia la Montaña. La contra fachada ha tenido un desplazamiento de unos 30 centímetros. Se han producido fisuras en determinados puntos y eso es lo que se ha visto con los técnicos. El edificio no se caerá», tranquilizaba sobre el terreno el responsable del Sepei, Francisco Hernández Mogollón. «Las paredes han desaparecido literalmente», confirmó el Ayuntamiento. Sobre la base del informe policial se apuntaba ya primera hora como causa probable a una explosión de gas. «Tenemos gas propano. Hay un depósito y pensamos que había llegado a explotar», añadió otro vecino.
El edificio Santa Ana fue construido en 1996. Ocupa 1.644 metros cuadrados en pleno centro. A su alrededor se concentraron decenas de personas en la madrugada del domingo al lunes, nada más producirse la explosión. Dos chicas suplicaban ayuda a gritos desde la ventana de su vivienda antes de ser evacuadas junto al resto de los residentes. Las llamas, como se refleja en las imágenes de vídeo captadas por los presentes, reflejan una situación de tensión. Se mezclaban la incertidumbre provocada por el suceso y la alarma. A pie e calle se montó una carpa para atender a quienes tuvieron que abandonar sus casas y seguían en la calle. Acudieron DYA y Cruz Roja, que repartió mantas, así como todos los efectivos disponibles de la Policía Local, agentes de la Policía Nacional (dos de ellos resultaron heridos), 112 y bomberos.
Los peritos de las aseguradoras intentaron entrar para hacer una primera inspección ayer. La explosión fue tan sonora que se escuchó a casi un kilómetro, en el Perú.
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