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¿Qué ha pasado hoy, 31 de marzo, en Extremadura?
Una abarrotada Plaza Mayor revivió hacia las once de la noche la quema del dragón de San Jorge tras la representación de la leyenda de la Mansaborá. :: l LORENZO CORDERO

Cáceres revive su leyenda de fuego

Más de 1.200 personas participaron en un desfile que escapó a la previsión de lluvia

Cristina Núñez

Cáceres

Lunes, 23 de abril 2018, 08:08

San Jorge venció al dragón. Es un final que no cambia desde tiempos inmemoriales, aunque siempre se vive con misterio y magia renovada. Lo que no estaba tan claro era que también venciera a las nubes y a las precipitaciones, que mantuvieron en vilo la celebración del desfile durante una parte del día. La lluvia que cayó durante la mañana, continuación de las fuertes precipitaciones nocturnas, hizo suspender la exhibición del dragón en la Plaza Mayor por la mañana y dejó en el aire el desfile.

Pero las nubes se levantaron desde primera hora de la tarde y hasta llegó a salir el sol. Sobraban los abrigos. Las calles se llenaron de gente y el desfile de moros, cristianos, danzantes, saltimbanquis y figuras misteriosas recorrió la ciudad desde la Ronda de la Pizarra para contemplar la derrota del animal mitológico engullido por las llamas.

Hacia las ocho de la tarde se inició el recorrido, en el que participaron 13 grupos además de los figurantes «oficiales». En total, alrededor de 1.200 personas. Las asociaciones de madres y padres de colegios San Antonio, Prácticas, Alba Plata, Carmelitas, Castra Caecilia, La Asunción, Licenciados Reunidos, Nazaret, Giner de los Ríos, Sagrado Corazón, Diocesano y Moctezuma y la Asociación de Vecinos Llopis Iborra-Espíritu Santo desplegaron toda su imaginación y creatividad en sus trajes y en sus bailes. Turbantes, vestidos nobles, pendones, cruces y medias lunas se mezclaron a lo largo del recorrido, que atravesó las calles principales de la ciudad. La marcha resultó relativamente fluida, con algunos parones puntuales que la ralentizaron algo. La comitiva dejó la Fuente Luminosa a las 21,40, una hora considerablemente más temprana que la del año pasado.

Los centros escolares fabricaron 13 dragones que dieron vistosidad al pasacalles

Cada grupo enfoca su participación en esta fiesta de una forma diferente, pero parece que es común el interés en pasar un buen rato y realzar esta fiesta que forma parte de la esencia de la ciudad. El colegio Giner de los Ríos sorprendió con un gran escudo de Cáceres y participantes en patines, el Licenciados Reunidos llevaba una animada charanga, las madres del Castra bailaron con ritmo y echándole humor y el Nazaret ideó una catapulta de confeti muy imaginativa.

Muchos dragones

La participación de los centros escolares ha multiplicado la magia de toparse con esa fiera mítica que es un dragón. Ya no hay solo uno, el que se bate con San Jorge, sino trece, uno por cada grupo que forma parte de este desfile. Ayer, los había para todos los gustos, aunque estos no fueron pasto de las llamas, sino que se conservarán para lucirlos el próximo año. Durante muchos días las Ampas de los centros se afanan el prepararlos al detalle. El colegio San Antonio sorprendía con un dragón en tonos malva, y el del Alba Plata tenía dos cabezas. Las Carmelitas sacaron un dragón móvil estilo chino y el de las Josefinas estaba dentro de la Torre de Bujaco. La imaginación se dejaba ver por todas partes: en los vistosos maquillajes, en los carritos de bebés decorados, en los disfraces. Y sin duda una buena parte del protagonismo de esta fiesta se la llevan los niños: los que desfilan y los espectadores, que contemplan con ojos bien abiertos todo lo que pasa. Y entre los adultos, algunos rifirrafes típicos de todos los actos públicos acerca de quién llegó antes al sitio con más visibilidad. En Cánovas resultó cómoda la contemplación del desfile, aunque en la Plaza siempre hay más apreturas.

La última parte del desfile es la que integra la comitiva «oficial». La majestuosidad de los caballos rodea a San Jorge, al que acompañan otros cuatro corceles con sus correspondientes jinetes.

Los músicos y los danzantes acompañan también esta parte final de la comitiva, en donde aparecen los gigantes y cabezudos, los saltimbanquis y los personajes medievales. Las bailarinas de la danza del vientre son imprescindibles en esta animación que culmina con el gran dragón, de 14 metros de largo, 4 de alto y 3 de ancho. Tonos oscuros y un aspecto más alargado caracterizaban al dragón de este año, elaborado por Juanma Bolaños y Patricia Derecho. Llamativo era su corazón de dragón, colocado fuera de la piel, tal vez para recordarnos que hasta las fieras más voraces tienen su corazoncito.

Representación

Ya en la Plaza, iluminada para la ocasión, se representó la leyenda de la Mansaborá, una teatralización dirigida por Olga Estecha y escrita por Fulgen Valares. Todo transcurrió igual que el año pasado, con el hilo conductor de un abuelo y un nieto que relatan la historia. Según explicó el director de la organización del desfile y la quema del dragón, Francisco Palomino, de Atakama Teatro, se intenta que la obra tenga continuidad, como sucede con otras representaciones históricas como la batalla de la Albuera. Se introdujo, como novedad, una exhibición de espadas. Desde hace algunos años las representaciones de San Jorge evitan las alusiones bélicas.

Pocos minutos después de las once de la noche comenzó a arder el dragón, esa metáfora de la victoria de las tropas de Alfonso IX en 1229 sobre las huestes musulmanas en la Reconquista. Inmediatamente después en el cielo de Cáceres restallaron durante unos veinte minutos los fuegos artificiales que anuncian que hoy, 23 de abril, la ciudad está de fiesta. Ya rozando la medianoche se inició la búsqueda de la gallina, escondida en algún lugar de la ciudad intramuros. El ritual volvió a repetirse al milímetro, un año más.

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hoy Cáceres revive su leyenda de fuego