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Hay importantes novedades sobre la muerte violenta de Sofía Tato, ocurrida en su vivienda familiar de Arroyo de la Luz alrededor de las siete de la mañana del pasado 24 de agosto. Ella murió como consecuencia de una puñalada en el pecho causada por su marido.
Santiago Cámara, actualmente en prisión, mantiene que lo hizo en legítima defensa, y ha declarado que cuando estaba durmiendo se despertó por las cuchilladas que le estaba dando su mujer, le arrebató el cuchillo y se lo clavó a ella. Él permaneció varios días en la UCI del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres.
Según han indicado al Diario HOY fuentes cercanas a la investigación, la fallecida habría vaciado una cuenta corriente que tenía de forma conjunta con su marido. Una cuenta en la que había inicialmente 100.000 euros pero donde solo quedaban alrededor de 830 euros.
El marido se había enterado unos días antes del crimen de la desaparición del dinero, pero ella le habría dicho según estas mismas fuentes que estaba en una caja de seguridad de un banco en Madrid. Se trasladaron a la entidad, en donde les indicaron que no tenían cajas de seguridad y que Sofía Tato no era cliente de ellos.
Santiago Cámara pidió entonces explicaciones a su banco del dinero desaparecido y el mismo día del crimen, a las nueve y media de la mañana, tenían cita en la entidad. Al parecer, ella un día retiraba 3.000, al siguiente 4.000, pasaban varios días sin ir, para volver a sacar 3.000 euros. Hay incluso una transferencia de unos 3.000 euros a una cuenta de un país africano, a Ghana.
Aparte de este aspecto económico también ha trascendido que la fallecida tenía un guante en la mano derecha en el momento del suceso. Ella era diestra y según la versión dada por el marido, con esa mano cogió el cuchillo con el que le habría atacado.
Poco después del crimen se contó, en varios medios de comunicación, que ese mismo día Santiago Cámara había llamado a su trabajo para decir que no iría porque tenía asuntos personales. Según ha declarado en estos días su jefe, la llamada no se produjo el día del crimen, sino que la realizó varios días antes. Señaló que como en Arroyo iba a haber varios días de fiesta (el sábado se celebraba el Día de la Tenca), iba a aprovechar para intentar solucionar varios asuntos personales, utilizando esos días para saber qué había pasado con los ahorros de la familia. El marido, de 42 años (uno más que su mujer) trabajaba como encofrador en la empresa Ferroluz, en el polígono industrial de Arroyo de la Luz. Sofía Tato era ama de casa.
La agresión ocurrió en pocos segundos, en la habitación del matrimonio, sin testigos. Las dos hijas, de 8 y 11 años, estaban en otro dormitorio.
Entre las pruebas importantes para esclarecer el crimen, está el saber si Santiago Cámara pudo autolesionarse para simular el ataque. Se está a la espera de que el informe de los forenses pueda ser claro sobre esa posibilidad. Ella tenía una puñalada mortal en el pecho, y él varios cortes en la cara, cuello, brazos y piernas; la más grave era en el costado derecho, de tres centímetros de profundidad. Permaneció ingresado en el hospital siete días, pasando luego al centro penitenciario de Cáceres.
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