Un técnico municipal pone en duda las mediciones de ruido que se hicieron en la Madrila

«No vengo a contar milongas, porque esto es serio», afirmó en el juicio del ruido Miguel Salazar, presidente de la Asociación de Vecinos de La Madrila, para después declarar que con Carmen Heras de alcaldesa se cerró al tráfico los fines de semana la Madrila Baja, «y eso bajó un 80% el ruido en La Madrila». Recalcó que así se evitaban molestias como los coches parados con la música a todo volumen, en los que se hacia botellón. Señaló que gran parte del ruido se realizaba por un fraude de ley, «se permitía a los bares cerrar a las dos de la madrugada para abrir a las seis, y algunos cerraban esas horas con los clientes dentro». Nombró como los locales más molestos a Submarino, Airbag, Latinos, La Cancha y La Calle, contando que hay vecinos que aún se quejan del ruido.

Tras el representante vecinal declaró Agustín F. A., el técnico municipal que supervisa las mediciones de sonido realizadas por la Policía Local. Él cuestionó las mediciones en viviendas realizadas por el Seprona de la Guardia Civil, ya que no usaron la normativa de la Junta, y midieron con las ventanas abiertas, «midieron el ruido de la calle, con coches, gente, petardos...».

Sobre las mediciones de la Junta de Extremadura indicó que se hicieron por la mañana, «en su horario de trabajo».

Recordó que en la época del mandato de Carmen Heras no se abrieron más locales, ya que La Madrila es zona saturada desde 1996, pero sí hubo traspasos y cuatro locales consiguieron cerrar más tarde al cambiar su tipo de licencias (Ivanhoe, La Calle, Barroco y Pasadena).

También declaró un médico forense, que señaló que es difícil encontrar un nexo causal entre diversas dolencias que sufrían algunos vecinos de La Madrila y la contaminación acústica.