![2018: Este es el grupo de amigos que sigue siendo Ad Libitum hoy. Tras 35 años en la brecha, HOY recogió el momento en el que grabaron su repertorio de despedida, que estrenan hoy y que cantarán durante todo el carnaval.](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/201802/09/media/cortadas/121495446-kJv--624x424@Hoy.jpg)
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La murga del buen paño y las botas puestas (literal). La inconformista, libre e incómoda con los políticos, los mangantes, la farándula y las normas del Carnaval. La oficialista nunca oficial. El azote de los Borbones. La del grupo de amigos que piensa en Don Carnal una vez que pasa Reyes. La que le ha cantado a cinco alcaldes. La que siempre ha salido acompañada de un santo.
La murga que defiende la calle como el escenario natural de la fiesta y la única que actúa en los bares dentro de la barra. La hemeroteca cantada. La que tiene en su currículum 35 años ininterrumpidos de carnaval, con 35 disfraces y 35 repertorios distintos. La murga de Badajoz de toda la vida. Aquí Ad Libitum, señores.
Hoy enfilan el que será su último carnaval y su último repertorio. Han decidido jubilarse, colgar las turutas y no pensar en el próximo febrero, salvo Domingo Montaño, que para que no les inunde la nostalgia antes de tiempo bromea con que se irán a Benidorm a cantar Los Pajaritos.
Les pesan los años, los achaques de salud y la saturación de un carro al que cada vez cuesta más engrasar. No han pensado en la renovación ni tienen a quién dejar en herencia la murga. Ad Libitum fueron y son un grupo de amigos, que aprendieron a quererse con todas sus filias y sus fobias. Y juntos, entonarán su retirada.
Esta murga ha sido todo en el Carnaval de Badajoz y por eso quieren irse por la puerta grande, antes de que la cuerda se rompa a las bravas. Se despiden como saben, con un repertorio que es más largo de lo habitual, para hacer una recopilación de sus disfraces y sus letras más emblemáticas, homenajear de una forma muy sutil a las murgas compañeras y por supuesto para cantarle a la actualidad. Y como desde el 2001, dedicándole sus febreros a su amigo Alejandro Mediero.
Es su último esfuerzo para decir adiós a la fiesta a la que nunca han faltado. De esta fidelidad al Carnaval tienen sus mujeres una buena parte del mérito, que discretamente han sabido coser y remendar no solo disfraces sino a la propia murga. Así se lo reconocen los que se han llevado los aplausos y los golpes de los últimos 35 años. «Nunca han cantado pero siempre han venido en carnaval con nosotros. Su amistad ha sido el pegamento que ha servido para que podamos limar todas las asperezas que hemos tenido a lo largo de los años. Ellas nos han ido marcando el camino sin parecer que lo estaban haciendo. Y esto es una parte del éxito de que hallamos podido mantener el grupo».
Además de sus mujeres, los otros dos pilares que sostienen a Ad Libitum son el amor por una juerga y el amor por Badajoz. De uno y y del otro dan buena cuenta durante todo el año.
En su dilatada trayectoria, han llevado hasta sus últimas consecuencias su filosofía de practicar el carnaval libre. Un principio inquebrantable que les llevó a negarse a cantar en La Granadilla porque no estaban de acuerdo con que se sacase la fiesta fuera del centro de Badajoz. Entonces -era el año 1993- fueron los únicos que cumplieron el pacto que se hicieron las murgas. Fueron también los primeros que se saltaron las normas del concurso de murgas, cuando se instaló el repertorio de obligado cumplimiento. Y fue la primera que hace una década abrió el camino de las murgas callejeras, retirándose definitivamente de la competición para cantar solo en la calle.
Y sin embargo, se van con la espinita de no despedirse en el López de Ayala, por supuesto fuera de concurso. «Empezamos en este teatro y lo hemos reivindicamos mucho. Nos hubiera gustado cantar este año ahí». Esta deuda está pendiente.
Sus 35 años de carnavales son la crónica cantada del devenir de España, Extremadura y Badajoz. Nunca tuvieron más censura a la hora de escribir que la que ellos mismos se quisieron imponer.
Ni disfrazarse de mujer, ni hablar de la religión o las víctimas del terrorismo. Estos han sido sus únicos vetos, lo que les ha valido que les llamaran fachas, rojos y traidores de la patria e incluso un amago de querella de quien es hoy su madrina, Cristina Herrera. «Nosotros lo que hemos querido siempre es provocar una reacción positiva y alegre en el público y, en algún momento también, algo de indignación y eso le toca al que está en cada momento y en estos años le ha tocado a todos».
Se van dejando un carnaval que es diferente al que ellos han vivido, más encorsetado, más excluyente y menos de la calle. Pero con la esperanza puesta en las murgas infantiles y juveniles. «Mientras que se respete lo que la gente de Badajoz quiere, nos puede gustar más o menos, pero ese es el carnaval que hay que vivir». Con la marcha de Ad Libitum, Badajoz pierde a sus cronistas más fieles.
Viernes 9 de febrero 22.30 horas: Bar Pepe Jerez (plaza de España). 00.00 horas: Bar Los Canchales (Adelardo Covarsí, 15). 01.00 horas: Pub Lucenqui (Rafael Lucenqui, 5)
Sábado 10 de febrero 16.00 horas: Bar Aeroclub (avenida de Colón, 7). 19.00 horas: Bar El Mercado (plaza de los Alféreces). 21.00 horas: Bar Big Ben (Enrique Segura Otaño, 17). 23.30 horas: Bar Los Canchales (Adelardo Covarsí, 15).
Domingo 11 de febrero 16.00 horas: desfile de Carnaval. 20.30 horas: Bar Las Redes (plaza de las Américas). 22.00 horas: Gambrinus (Godofredo Ortega Muñoz, 58)
Lunes 12 de febrero 22.30 horas: Pub la Buhardilla (plaza de Santa María de la Cabeza). 23.30 horas: Bar Lo Nuestro (plaza de los Alféreces). 00.30 horas: El Viejo Bar (plaza de los Alféreces).
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